Lesiones más frecuentes del manguito rotador
Como siempre decimos, es importante conocer cuáles son las principales lesiones que podemos padecer cuando practicamos deporte para poder prevenirlas. En deportes en los que se produce una gran demanda del tren superior, el hombro suele ser una de las articulaciones más vulnerables. En este artículo vamos a analizar las lesiones más frecuentes que se producen en el manguito rotador.
El manguito rotador: ¿cómo está compuesto?
El hombro es la articulación más móvil de nuestro cuerpo. Sin embargo, esta gran movilidad lleva consigo una gran inestabilidad; determinadas estructuras, si no son trabajadas adecuadamente, pueden lesionarse con más facilidad.
El músculo principal del hombro es el deltoides. Sin embargo, en la parte posterior encontramos la estructura conocida como manguito de los rotadores. Se llama así porque está formado por unos músculos que se encargan de rotar el hombro internamente y externamente. Estos músculos son los siguientes:
- Supraespinoso: se origina en la escápula, en una región conocida como fosa supraespinosa. Se inserta en el tubérculo mayor del hueso más grande de nuestro brazo, el húmero. Produce la abducción del brazo.
- Infraespinoso: de mayor tamaño, también se origina en la escápula en la fosa infraespinosa y se inserta junto al supraespinoso. Es un rotador externo.
- Redondo menor: es un músculo más pequeño que los anteriores. Tiene el mismo origen y la misma inserción que el infraespinoso, y también se encarga de la rotación externa.
- Subescapular: este es el único que se sitúa en la parte anterior del cuerpo. Se origina en la fosa subescapular de la escápula y se inserta en el tubérculo menor del húmero. Este es el único rotador interno del manguito de los rotadores.
Lesiones más comunes
En este apartado vamos a ver cuáles son las lesiones más comunes que se producen en esta estructura anatómica. Sin embargo, antes de enumerarlas, queremos puntualizar una cosa muy importante.
Tendinitis del manguito rotador
Estas cuatro palabras han sido escuchadas y leídas en informes médicos hasta la saciedad por muchos de nosotros. No obstante, es apropiado dejar claro que es un térmico incorrecto y obsoleto.
El sufijo ‘-itis’ indica inflamación de una región determinada; si hablamos de tendinitis, nos referiríamos a la inflamación del tendón, pero para que exista inflamación debemos contar con estructuras vasculares.
El tendón no tiene irrigación, por lo que no es una estructura que se pueda inflamar. En cambio, sí que es correcto hablar de tendinosis o tendinopatía, ya que lo que realmente se puede inflamar son las estructuras contiguas al tendón.
Tendinopatía o tendinosis
Como hemos dicho previamente, el término correcto para referirnos a la afectación de los tendones de cualquier músculo del manguito de los rotadores es tendinopatía. Lo más frecuente es que se afecte el tendón del supraespinoso o sus estructuras adyacentes, como la bursa o el propio tejido muscular.
Esta lesión se produce por movimientos repetitivos con peso; es muy común en ciertos oficios o en el deporte de fuerza. La lesión del tendón de cualquier otro músculo suele producir una sintomatología similar; con frecuencia son el infraespinoso y el redondo los que más se lesionan, después del supraespinoso.
El tratamiento suele ser el reposo y la toma de antinflamatorios, bien por vía oral o por infiltración. En determinados casos, puede ser necesaria la cirugía. También está indicada la rehabilitación activa con fisioterapia y la relajación de los músculos con punción seca.
Rotura
La rotura muscular o tendinosa de cualquiera de los cuatro músculos explicados es la patología más grave del manguito rotador. Normalmente ocurre cuando existe previamente un desgaste de alguno de los músculos o tendones.
Si existe una tendinopatía, es muy importante saber reconocer que algo no va bien y parar de realizar ejercicio o determinado trabajo El motivo es que esto puede inevitablemente acabar desembocando en una rotura total o parcial del tendón o el músculo.
El tratamiento suele ser quirúrgico. Se puede seguir un tratamiento conservador con fisioterapia, pero nunca volveremos a recuperar la movilidad, especialmente en movimientos que impliquen la elevación del brazo. Este tipo de tratamientos solo están indicados en personas mayores que ya no van a realizar un gran desempeño físico o cuando la cirugía presente más riesgos que beneficios.
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