Qué hacer si se sospecha una conmoción cerebral durante los deportes
Podemos verlo en el fútbol americano, o incluso en deportes de entretenimiento como la lucha libre. Cuando existe la posibilidad de conmoción cerebral en este ámbito, las alarmas se encienden. La consecuencia es que el deportista que la sufre corre el riesgo de caer en la inactividad temporal.
El problema está en que los síntomas experimentados en estos eventos son muy generales. Ante la sospecha, se abre un período amplio de chequeos médicos y reposo para vigilar la salud del atleta. Este tema hasta puede generar complicaciones legales en algunas disciplinas.
¿Qué es una conmoción cerebral?
La conmoción cerebral es un estado de salud que implica la alteración de la función cerebral a causa de un traumatismo. La pérdida de conocimiento temporal es uno de sus síntomas, aunque en muchos casos esto no ocurre. Debido a ello, el chequeo médico se hace indispensable.
Este tipo de incidencia suele ser generado por un golpe sufrido en la cabeza. No obstante, los contactos fuertes en la cara, el cuello o la frente también pueden generar este padecimiento. Este estado incluso puede producirse si el traumatismo ocurre en otra zona corporal y genera un impulso o fuerza hacia la cabeza.
Igualmente, se conoce a estas contingencias como traumatismos cerebrales leves. A nivel deportivo, este tipo de episodios puede ocurrir con gran regularidad. Por ejemplo, en Estados Unidos se calculan unas 300.000 contusiones por año. El problema está en que muchos deportistas no las reportan por temor a perder oportunidades en su ámbito deportivo.
Síntomas recurrentes
Toda conmoción cerebral suele venir con una serie de síntomas. Lo primero es verificar la reacción inmediata al golpe. En ella, puede haber pérdida de la conciencia y desvanecimiento, así como anomalías temporales en la visión.
La amnesia temporal es otra de las sintomatologías que se manifiesta en algunos pacientes. También se puede presentar cualquier clase de alteración mental; aquellos que deben socorrer a la persona afectada han de prestar atención a todo tipo de reacción fuera de lo común.
Casi todos estos síntomas tienden a desaparecer entre las 48 y las 72 horas posteriores al golpe. En el peor de los casos, estos tienen una duración máxima de dos semanas. No obstante, lo problemático de estos eventos son los posibles efectos a largo plazo en el deportista.
Qué hacer en un primer momento
Frente una posible conmoción cerebral en pleno juego, el jugador debe parar la actividad física. De hecho, en ocasiones no se ven síntomas y las personas continúan la práctica deportiva. En realidad, cuando hay sospechas, lo mejor es descansar.
En el mismo momento, se le debe prestar atención médica al jugador. Un paramédico podría ver indicios de una posible conmoción; posteriormente, será necesario realizar las pruebas médicas de rigor.
En la mayoría de los deportes, las conmociones cerebrales no generan un impedimento. Claro que todo dependerá del nivel de contacto de la disciplina, la gravedad y la edad del deportista.
El neurólogo es el especialista indicado para realizar este tipo de diagnóstico; para verificar el estado del cerebro, se realizan una tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear.
El tiempo de recuperación
En el caso de este tipo de sucesos, el tiempo de recuperación es extremadamente importante. Durante este lapso, el deportista debe realizar la menor actividad física posible.
El esfuerzo físico y todo tipo de trabajo intelectual son reducidos de manera considerable. Por lo general, el paciente cuenta con un justificante detallado de su médico.
El tiempo de reposo mínimo para este padecimiento es de dos a cuatro semanas.El peligro real aparece cuando un deportista recibe otro traumatismo sin haberse recuperado de uno anterior. En ese sentido, se cree que un deportista aumenta en dos o cuatro veces la probabilidad de adquirir otra contusión luego de recibir la primera.
Aunque la conmoción cerebral no suele ser causa de retiro, sí es común que modifique la dinámica del deportista. Con el tiempo, el daño cerebral puede aparecer gracias a traumatismos menos fuertes. Así, las contusiones cerebrales múltiples pueden ocasionar problemas a largo plazo.
A este daño se le conoce como encefalopatía traumática crónica; quienes la padecen suelen presentar síntomas similares a la demencia, como fallos de la memoria y problemas de percepción de la realidad.
Por todo lo mencionado, se debe tener mucho cuidado con los golpes en la cabeza. La conmoción cerebral no es una lesión más, y merece ser considerada como tal para evitar complicaciones mayores.