¿Cómo tratar un desgarro muscular?
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Tratar un desgarro muscular es un proceso que se debe llevar al pie de la letra. Es decir, debemos hacer exactamente lo que los especialistas nos digan. Esto es así porque se trata de la lesión muscular más grave que hay. A continuación, vamos a ver un poco más sobre esta patología y las maneras más eficaces de llevar a cabo la rehabilitación.
Un desgarro muscular se da cuando hay una rotura de fibras. Es decir, es la patología que sigue en gravedad a la microrrotura, ya que se seccionan grandes paquetes de fibras musculares.
¿Cuándo se ocasiona un desgarro?
Un desgarro puede ocurrir por ejemplo en casos en los que hay una contracción súbita y muy intensa. Asimismo, es posible que se dé cuando el daño ocasionado por contracciones reiteradas y prolongadas en el tiempo se acumula.
En este último caso, también influirá el no darle el descanso que necesita para recuperarse entre sesión y sesión o no tratar a tiempo patologías menores. Al dejar de haber continuidad entre las fibras, para recuperarse no solo hay que conseguir que se vuelvan a unir, sino también dar tiempo a que esa unión se cemente.
Síntomas de un desgarro
Los síntomas son similares a otras patologías musculares, pero más intensas. Los más comunes son:
- Dolor agudo localizado en la zona donde ha tenido lugar la rotura.
- Hinchazón debido a la inflamación que crea el cuerpo para tratar de recuperarse.
- Veremos un hematoma generado por la rotura de vainas musculares que hace que la sangre se salga al exterior.
- Incapacidad funcional. Con el músculo roto, no se podrá contraer y por lo tanto, no podrá haber movimiento.
En cuanto al momento lesivo, los deportistas que la sufren dicen que notan como si les hubieran tirado una piedra. Es el conocido «síndrome de la pedrada».
Al notar estos síntomas, es importante acudir a un centro de salud para que nos hagan las pruebas correspondientes. De esta manera, descartaremos otras posibles patologías, ya que los signos clínicos de varias lesiones musculares son comunes, como explica un estudio publicado en la Revista de Ciencias del Deporte.
Claves para tratar un desgarro muscular
En la fase aguda, es decir, cuando la lesión acaba de producirse, la principal tarea será controlar la hemorragia y la inflamación. Por tanto, lo que deberemos hacer inmediatamente es aplicar frío, comprimir la zona, mantenerla elevada y guardar reposo.
Con estas cuatro acciones, evitaremos que la inflamación se descontrole. Asimismo, limitaremos la cantidad de sangre que se trasvase al exterior, con lo que se acelera la recuperación.
Tras las primeras 24-48 horas, ya convendrá realizarnos un masaje drenante para ayudar al cuerpo a eliminar los líquidos que se han extravasado. También es positivo que nos realicen movilizaciones pasivas, es decir, que otra persona nos mueva el brazo o la pierna afectada. De esta manera, mantendremos cierto grado de movilidad sin solicitar la contracción muscular.
A continuación, ya podremos ampliar las opciones terapéuticas. Por ejemplo, habrá que pasar de aplicar frío a aplicar calor. De igual modo, añadiremos movilizaciones activas suaves para provocar contracciones voluntarias.
Fase final del tratamiento de un desgarro
Transcurrido un tiempo, ya podremos pasar a realizar estiramientos suaves. Con esto, ayudamos a que las fibras consigan la orientación adecuada, lo que hará que no tengamos secuelas tras la rehabilitación. También podremos incrementar la intensidad de los movimientos activos.
En la última fase de la rehabilitación, ya podremos realizar ejercicios activos intensos, así como ejercicios excéntricos. También será una opción aumentar la intensidad de los estiramientos, así como recibir tratamiento fisioterápico más intenso.
La duración de todas estas fases variará en función del alcance de la lesión. Existen tres grados de desgarro, y cada músculo es diferente. Por lo tanto, la recuperación podrá durar desde algo más de una semana hasta un par de meses. Deberá ser un especialista quien evalúe cada situación y nos vaya indicando cuándo pasar a la siguiente fase.
La recuperación total es posible
Pese a ser una de las lesiones musculares más importantes, el pronóstico suele ser bueno. Es decir, lo más probable es que obtengamos una recuperación total si seguimos las pautas de rehabilitación correctamente. De hecho, solo deberían quedar secuelas en aquellos casos muy graves, en los que un músculo grande sufre una rotura significante.
Incluso si aparece tejido fibroso o una mala orientación de fibras debido a una rehabilitación deficiente, hay solución. Existen métodos fisioterapéuticos que atacan estas situaciones patológicas y ayudan a corregirlas, como se explica en una investigación publicada por la Revista Chilena de Ortopedia y Traumatología.
Por lo tanto, si sufres un desgarro muscular, no desesperes y ten la paciencia necesaria. Tratar un desgarro muscular es posible, y probablemente te recuperarás totalmente.
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