El uso de antiinflamatorios en las lesiones deportivas
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Los antiinflamatorios son de los medicamentos más vendidos y empleados para tratar las lesiones deportivas. Ante un dolor o un traumatismo que parece iniciar con el proceso de inflamación, se tiende a comprarlos y consumirlos.
Sin embargo, es importante entender que los antiinflamatorios no son inocuos. Resultan de gran ayuda para calmar dolores y disminuir inflamaciones, pero poseen efectos secundarios que aumentan con la dosis.
Siempre debe haber un profesional de la salud guiando el tratamiento cuando el dolor o la inflamación exceden a unos pocos días, sobre todo si sobrevienen como consecuencia de un traumatismo importante. Veamos las diferencias entre los distintos tipos de antiinflamatorios y cómo sería su uso correcto.
Tipos de antiinflamatorios
Estos medicamentos se dividen en dos grupos: los esteroideos y los no esteroideos. Los primeros son conocidos también como corticoides, mientras que los segundos se conocen por su sigla AINE (antiinflamatorios no esteroideos).
En realidad, los corticoides son supresores de la inmunidad. Esto implica que actúan sobre las células de defensa para restringir su acción y limitar su ataque. Por ende, cuando hay un dolor o una inflamación, lo que hacen es obstaculizar la respuesta natural del cuerpo para aliviarnos el sufrimiento.
Por otro lado, los AINE cumplen su función bloqueando una enzima que participa en la catalización y formación de sustancias mediadoras de la inflamación. No son inmunosupresores y el efecto final es reversible, pero su uso prolongado acarrea efectos adversos.
Antiinflamatorios cuando no hay lesiones deportivas
Una práctica que es más habitual de lo que se cree es la de consumir los antiinflamatorios antes o después de hacer ejercicio, sin que exista dolor. Existe una creencia bastante generalizada de que esto evitaría, a mediano plazo, un posible daño muscular o inflamación. Es como emplear un ibuprofeno, por ejemplo, de manera preventiva.
Este hábito es riesgoso para la salud. En primer lugar, porque los antiinflamatorios no funcionan de esa manera, anticipándose, sino que actúan cuando ya hay inflamación en el cuerpo. En segunda instancia, estamos agregando estrés al sistema digestivo.
Un estudio publicado en la revista Medicine and Science in Sports and Exercise asoció el aumento de lesiones internas en la mucosa digestiva de los atletas evaluados con el consumo de ibuprofeno. En teoría, el estómago producía más ácido por el antiinflamatorio y el estrés de la competencia.
Con base en estos resultados, se puede entender que no hay fundamento para la práctica. No se trata de fármacos preventivos, sino que actúan cuando ya inició el proceso de dolor.
Uso correcto de los antiinflamatorios en lesiones
Se pueden utilizar los antiinflamatorios en las lesiones deportivas, pero hay ciertas pautas que deben respetarse para evitar efectos adversos. No se trata de medidas complicadas, sino de precauciones y limitaciones en el uso.
Una de ellas tiene que ver con el tiempo de empleo. Un antiinflamatorio no debería consumirse por más de 72 horas, ya que su continuación implicaría que el cuadro no responde al plan terapéutico y aumenta el riesgo de los efectos adversos. Del mismo modo, la dosis diaria máxima no debe encontrarse por encima de los 1200 miligramos.
Por otro lado, combinar antiinflamatorios no es lo mejor. Si bien existen formulaciones comerciales que lo hacen, es más difícil controlar la dosis final; además, muchos de ellos actúan en el mismo sitio sin generar un efecto agregado, pero aumentando el riesgo de efectos adversos.
Debido a que una de estas posibles consecuencias es el de hemorragia digestiva, como advierte una publicación de la Revista Española de Enfermedades Digestivas, el horario de consumo debe combinarse con comidas para aliviar la reacción de la mucosa gástrica. De esta manera, el aumento en la producción de ácido clorhídrico es absorbido por los alimentos.
La venta libre no significa uso indiscriminado
Muchos antiinflamatorios son de venta libre. No obstante, eso no es representativo de su uso, ni tampoco una invitación a emplearlos en todas las lesiones deportivas. Hay traumatismos leves que mejoran con medidas locales, como frío, y no se requiere ni un analgésico.
En ciertas ocasiones, el fármaco es ineludible, pero deberíamos limitar su uso a lo mínimo indispensable. Con un tiempo máximo de tres días a dosis recomendadas, un AINE demostrará si está haciendo efecto o no. Ante la falta de mejoría, se necesitan métodos complementarios y una nueva evaluación diagnóstica.
Cuando estés lesionado y puedas consultar a un médico, esa será la mejor opción. El profesional evaluará si necesitas un fármaco o no y, en caso de prescribirlo, te alertará sobre los efectos adversos para que te cuides.
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