Autoconfianza y rendimiento deportivo
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Una de las variables psicológicas que más se relaciona con el rendimiento deportivo es la autoconfianza. La creencia en las capacidades de uno mismo es fundamental para tener éxito no solo en los resultados, sino en el proceso de convertirse en un mejor deportista.
La autoconfianza se define como la creencia que tiene en una persona acerca de sus capacidades para conseguir una meta. Aplicado en el campo del deporte, un atleta con una alta autoconfianza confiará más en sus recursos, y afrontará las dificultades de una manera más proactiva y valiente.
No hay una sola razón que explique porqué la autoconfianza repercute de manera positiva sobre el rendimiento. En general, una sólida confianza en uno mismo influye sobre el resto de variables psicológicas como la concentración, memoria y la toma de decisiones. Con todo esto, a continuación profundizaremos en cómo se relacionan la autoconfianza y el rendimiento deportivo.
Aumenta la motivación dirigida a metas
La variable principal sobre la que se ve la influencia de la autoconfianza sobre el rendimiento es la motivación. Ambas están estrechamente relacionadas, de manera que lo que sucede en una afecta a la otra.
Cuando un deportista confía plenamente en sus capacidades es más probable que se establezca objetivos ambiciosos y que se esfuerce más por conseguirlos. Además, el ir alcanzando los objetivos que uno se propone también es algo positivo para la confianza, pues hace que los objetivos cada vez sean más difíciles, y al final esto es lo que promueve el crecimiento deportivo.
A la hora de plantearse nuevos objetivos es de gran utilidad utilizar fórmulas como el acrónimo “SMART”. Este es muy utilizado en la psicología deportiva debido a que cada letra representa una de las características que deben cumplir los objetivos para aumentar las probabilidades de éxito. Dicho acrónimo representa lo específico, medible, alcanzable, realista y temporal que debe tener un objetivo para ser realizado.
Cuidado con los excesos de confianza
Una creencia errónea que tienen muchos deportistas es que a mayor autoconfianza, más alto va a ser el rendimiento deportivo. Esto no es del todo cierto, los deportistas tienen que aprender a regular el nivel de confianza para que ni los excesos ni los defectos jueguen una mala pasada.
El exceso de confianza es igual de peligroso que la falta de seguridad en uno mismo, aunque quizás lo primero no sea tan conocido. Cuando un deportista tiene una autoconfianza desmesurada corre el riesgo de perder la concentración o de no prepararse lo suficiente la competición.
Según un estudio realizado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, los excesos de autoconfianza perjudican al rendimiento deportivo. Además, se encontró que los niveles moderados son los que más benefician a la ejecución deportiva.
Optimiza la autoconfianza con la visualización
Hay muchas técnicas que ayudan a potenciar la confianza en uno mismo. Entre ellas destaca la visualización, tanto por sus buenos resultados como por su amplia aplicación en el ámbito del deporte.
Visualizar consiste en que el deportista imagina una situación con el mayor realismo posible con el objetivo de prepararse, o poder afrontar con antelación esa situación. La situación a imaginar puede ser real, como una competición que se va a disputar, como ficción, la victoria en una hipotética competición.
Lo importante es que sea lo más realista posible y ajustado a las capacidades reales del deportista. Si esto no es así, más que la técnica de visualización se estaría practicando la imaginación positiva, otra herramienta con objetivos distintos.
Siguiendo con la visualización y su relación con la autoconfianza, una investigación realizada por la Universidad de los Andes encontró una relación positiva entre la práctica de la visualización y el rendimiento deportivo con una muestra de futbolistas.
Conócete bien para regular el nivel de autoconfianza
Como ya se ha visto, no solo es importante tener autoconfianza para rendir bien, sino que hay que trabajar por alcanzar un nivel de confianza óptimo. Esto es, ni demasiado inflado ni devaluado.
Para conseguir esta misión lo primero que debe hacer el deportista es conocerse a sí mismo. Esta primera tarea de autoconocimiento implica recordar sensaciones acerca de cuándo rinde mejor y traerlas de vuelta para trabajar sobre ellas. Las sensaciones pueden ser físicas, pero también los pensamientos que se tuvieron en una competición que salió bien.
Por último, recuerda que es normal que el nivel de autoconfianza vaya cambiando a lo largo de la temporada. No es una variable estanca, sino una creencia fluida que se ve afectada tanto por lo que pasa fuera como por lo que pasa dentro de uno mismo.
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