¿Cuáles son las actitudes mentales para el mindfulness?

Antes de iniciarse en el aprendizaje del mindfulness es preciso conocer las actitudes mentales que sustentan esta técnica.
¿Cuáles son las actitudes mentales para el mindfulness?
Gloria Redondo Rincon

Escrito y verificado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo Rincon.

Última actualización: 25 diciembre, 2022

Cualquier persona debería conocer las actitudes mentales para el mindfulness antes de empezar a practicar este tipo de meditación.

En la actualidad  podría considerarse el mindfulness como una herramienta terapéutica. De hecho, existe un programa, el Mindfulness-Based Stress Reduction (MBSR, por sus siglas en inglés) con buenos resultados en el aumento del bienestar psicológico.

De acuerdo con una investigación publicada en la revista Health Education & Behavior, el entrenamiento durante seis semanas en este programa produjo mejoras significativas en variables psicológicas como la reducción del estrés o la capacidad atencional.

El mindfulness es una forma de meditación que aporta numerosos beneficios para la mente, pero para obtener el máximo potencial es preciso tener unas actitudes y comportamientos específicos. Los expertos han descrito seis actitudes mentales básicas para la práctica del mindfulness. A continuación, iremos explicándolas de forma ordenada.

Las seis actitudes mentales para el mindfulness

El mindfulness parte de la base de tratarse con el mayor respeto y cariño posible. Cada sesión de meditación debe ser un momento para el autocuidado y la reflexión personal. Por ello, no hay que tratarse con dureza a pesar de que no se experimenten inmediatamente sus beneficios.

El mindfulness realmente puede contribuir al rendimiento deportivo.
El mindfulness es una disciplina que aporta muchos beneficios al organismo.

1. No juzgar

La primera premisa en la práctica del mindfulness es no entrar a juzgar el contenido o las causas de los pensamientos que surgen espontáneamente.

Juzgar es entrar en una discusión con uno mismo, lo que genera estrés y distrae a la persona de los verdaderos objetivos de la sesión. Por tanto, la actuación correcta sería aceptar con amabilidad la presencia de cualquier sensación, pero tratando de volver a centrar la atención en el ejercicio en cuestión.

2. Tener paciencia

El mindfulness como cualquier otra habilidad no se domina de la noche a la mañana. Para saber aplicársela a uno mismo y notar sus beneficios es necesario ir aprendiéndola poco a poco. Todo esto es sinónimo de tener paciencia.

Tener paciencia no solo con el proceso sino con uno mismo. Cada persona tiene su ritmo de aprendizaje y aunque uno crea que avanza despacio, esto no significa que no se estén produciendo cambios. Los objetivos se acaban cumpliendo para todo aquel que sabe esperar al momento correcto.

3. Tener confianza

La confianza en uno mismo es un pilar fundamental en el mindfulness. Es cierto que su práctica continuada tiene efectos positivos sobre esta variable, pero también hay que partir con esta actitud para afrontar el proceso de aprendizaje.

Esto se debe a que confianza y motivación están muy relacionadas. Si una persona no tiene la confianza de que es capaz de lograr algo, la motivación para lograrlo se verá muy reducida.

4. No realizar sobreesfuerzos

Meditar debe ser una actividad relajante que permita desconectar, no una fuente de estrés y agotamiento mental. Es por ello que se debe adoptar una actitud de dejarse llevar y disfrutar del camino.

Es difícil tener el control acerca de todo lo que genera nuestra mente. Las sesiones de mindfulness van destinadas a crear determinados pensamientos, escenarios mentales o sensaciones, pero no siempre sucede así.

Si esto no se consigue no hay que forzarse o ser duro con uno mismo. Lo único que se puede hacer es tener paciencia y seguir afrontando la práctica con mentalidad positiva.

5. Aceptación

La aceptación en el mindfulness es igual a amor propio y equilibrio mental. En este contexto no solo se trata de aceptarse a uno mismo con sus virtudes y defectos, sino aceptar todo el flujo de pensamientos e ideas que se tiene a lo largo de la sesión.

Pero para que la práctica sea completa es necesario ir más allá de la mera aceptación y comprometerse con la tarea. Es decir, no hay que tratar de expulsar los pensamientos no deseados cuando aparecen, pero hay que ir más allá e intentar, siendo amable con uno mismo, volver al ejercicio de meditación.

Mujer disfrutando de la aceptación
La aceptación de la situación es fundamental para sobreponerse a la adversidad.

6. Aprender a dejar ir

Una de las enseñanzas más valiosas que aporta el mindfulness es aprender a vivir en el momento y tiempo presente. Esto significa no aferrarse a lo que sucedió en el pasado, ni tampoco sufrir por lo que pueda pasar en el futuro.

Librarse de las ataduras y dejar ir es estar en paz con uno mismo. Cuando uno vive estancado en un momento que no es el presente se pierde todas las oportunidades que puedan surgir en el presente.

Pon en práctica las actitudes mentales para el mindfulness

En el mindfulness, como en cualquier otra disciplina de meditación, es igual de importante tanto el camino como la meta. Es normal que lleve un tiempo experimentar sus beneficios, pero solo el trabajo y la constancia te llevará a disfrutar plenamente de esta técnica.

Por último, estas enseñanzas del mindfulness también aportan mucho en otros ámbitos de la vida. Por lo que tener presente estas actitudes mentales puede ayudar a llevar una vida más plena y feliz.

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