Muchas veces se subestima el poder que tiene la actitud mental en el deporte. Sin embargo, esta variable puede facilitar…
Diferencia entre ambiente competitivo y cooperativo
¿Alguna vez has estado en un ambiente deportivo viciado de competencia? Te mostramos las diferencias entre este enfoque y uno de cooperación, así como los resultados de centrarse únicamente en uno de ellos.

La diferencia entre ambiente competitivo y cooperativo se acentúa cuando existe un clima polarizado. Por supuesto que estos dos tipos de ambiente pueden coexistir, pero eso requiere mucho trabajo y conocimiento. Muchas veces, cuando un ambiente es solo competitivo o solo cooperativo, los deportistas no sienten el respaldo suficiente para alcanzar sus objetivos.
Parecería que hablar de competitividad y cooperación es hablar de dos polos opuestos, cuando el camino al éxito está en su combinación. Ahora bien, estos dos tipos de ambiente tienen características muy distintas, y es de suma importancia su comprensión e integración.
Competencia y cooperativismo: ¿qué son?
En primer lugar, podemos decir que son dos formas de concebir el deporte y la vida en general. Estas perspectivas pueden aplicarse a cualquier ámbito de la vida y se definen como una manera de proceder en grupo. Así entonces, dependiendo de la dinámica, estos enfoques pueden influir en un equipo de trabajo, una familia y hasta un grupo de amigos.
Competencia
La competencia es algo así como la llama sagrada del deporte. Es un concepto que engloba rivalidad y ansias de superación. Comprende la intención de ganar, llegar antes a un objetivo y lograr vencer a un contrincante.
Esta habilidad está muy ligada al deporte y se dice que un equipo es competitivo cuando logra dar pelea de igual a igual. No en vano los deportistas sienten la competencia desde niños y la integran como un mecanismo de superación, tanto dentro como fuera de sus equipos.
Cooperación
La cooperación, al igual que la competencia, engloba a cualquier actividad que no sea individual. Cooperar es la capacidad de unir esfuerzos con otras personas para llegar a una meta.
Por lo tanto, la cooperación es un pilar fundamental de nuestra especie, ya que a nivel filogenético, vivir en sociedad trae consigo de forma inherente la habilidad de interactuar eficazmente.
Diferencias entre ambiente competitivo y cooperativo
En los ambientes deportivos, hay aptitudes que son marcadamente competitivas como cooperativas. Por ejemplo, en un grupo siempre puede haber una persona extremadamente competitiva y otra que intente unir al equipo asignando roles que habiliten una estructura.
Por más que es difícil englobar rasgos distintivos, ya que las dinámicas son muy distintas entre los deportes, podemos enumerar ciertas diferencias fundamentales:
- Equipo: la competencia interna siempre es buena, pero que un equipo como unidad sea competitivo depende del grado de cooperación que tenga. Por lo tanto, la cooperación y la competitividad difieren según el nivel en que se manifiesten.
- Individualidades: los deportistas siempre deben tener un afán de superación, ya sea para ganarse un puesto dentro del equipo como para ser mejores que sus rivales. Asimismo, la cualidad cooperativa de un deportista también es fundamental, ya que la mayoría de los deportes son en equipo. Entonces, un deportista únicamente competitivo es aquel al que solo le importan las metas personales; en tanto, uno cooperativo busca las metas grupales.
- Tipo de ambiente: hablamos de ambiente cuando describimos las pautas dichas y no dichas de un equipo de trabajo. En un ambiente extremadamente competitivo, seguramente habrá individuos que destaquen muy por encima del resto. De forma antagónica, en un equipo muy cooperativo, el conjunto logrará buenas metas, aunque pocos sujetos destacarán.
El rol del entrenador en un ambiente competitivo y cooperativo
El cuerpo técnico es el que suele impartir las pautas de funcionamiento, pero ¿cómo puede incidir en el tipo de ambiente? Sencillamente, si desde la cúpula de decisiones se premian aquellas aptitudes únicamente competitivas, los deportistas interiorizarán que es lo correcto o la forma de ganarse un puesto. Igualmente, si el entrenador premia aquellas aptitudes cooperativas, fomentará este rasgo en sus deportistas.
Ambientes extremadamente competitivos o cooperativos: efectos
Las consecuencias son variadas, aunque muy predecibles. Resumiendo, podemos decir que cuando un ambiente se polariza adquiere todas las bondades de su enfoque, pero pierde todas las del otro polo. Planteamos entonces algunos ejemplos ilustrativos:
- Ambiente únicamente competitivo: cuando se pone la vara muy alta y solamente nos enfocamos en la competencia, algunos deportistas pueden estar muy motivados, así como otros pueden perder el gusto por el deporte. Pongamos el ejemplo de un equipo de fútbol: si se pone mucho énfasis en que los titulares son los mejores, esto desvaloriza a los suplentes. En este ambiente, son más frecuentes los casos de burnout deportivo y de pérdida de carácter lúdico del deporte.
- Ambiente únicamente cooperativo: un ambiente cooperativo es aquel en el que todos se sienten un engranaje clave más allá de sus habilidades. El problema es cuando la cooperación excesiva apaga la motivación competitiva. Sigamos con el ejemplo del fútbol: si en un equipo nunca se premia el desarrollo personal y todos juegan la misma cantidad de tiempo sin importar sus habilidades, tampoco se obtendrán buenos resultados.
Ambiente competitivo y cooperativo: la clave de su combinación
Cuando hablamos de competitividad y cooperación, no hablamos de enfoques incapaces de mezclarse como el agua y el aceite. Los entrenadores resaltan que el buen clima es el que potencia las metas grupales.
Este buen clima se logra cuando los deportistas compiten por un puesto, pero cuando uno lo gana o lo pierde, apoya a su compañero de forma incondicional, por que lo que prima son los resultados grupales. De esta forma, se premia tanto el desarrollo personal como el grupal.
Deportes individuales
Los deportes individuales no son una excepción a la regla. La cooperación es un aspecto fundamental del equipo de trabajo.
Se debe tener en cuenta que, a pesar de que solamente una persona salga al campo, detrás hay todo un equipo. De igual modo, la competencia excesiva entre rivales también genera que se polaricen los sentimientos tras una derrota y una victoria.
Es necesario entender las características de ambos enfoques para lograr buenos objetivos. La rivalidad es un aspecto intrínseco del deporte y eliminarla no es la solución para los problemas que se pueden presentar. La cualidad más destacada está en saber disfrutar de la competencia y que esta no se transforme en un suplicio para el deportista.
Graduado en Psicología por la Universidad de la República Oriental del Uruguay en el año 2016. Máster en Neuropsicología (2018) y aspirante a PhD por la Universidad de Salamanca (España). Cuenta con licencia de entrenador de Fútbol (Instituto Universitario ACJ, Uruguay 2014).
Actualmente trabaja en investigación neuropsicológica y psicométrica dentro del área de los trastornos del sueño. Psicólogo clínico de la unidad del sueño del Hospital de Clínicas (Uruguay), con diversos trabajos en consultorio privado. Entrenador y parte del gabinete de psicología del club Unionistas de Salamanca.
Escritor y administrador de diversos medios digitales del ámbito político, filosófico y psicológico. Emprendedor y trotamundos.