¿Qué es la recuperación activa del cerebro?
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El descanso es una parte fundamental de cualquier entrenamiento. Todos los deportistas conocen de sobra que tienen que descansar los músculos para rendir mejor. Lo que no todos saben es que la recuperación activa del cerebro también tiene sus beneficios.
El cerebro no es un músculo, pero actúa como tal. A medida que se ejercita, sus conexiones se fortalecen, se hace más ágil y es capaz de soportar cargas mayores de trabajo. Por otro lado, también sufre fatiga y sobreentrenamiento cuando no se introducen suficientes pausas entre y durante las rutinas.
La recuperación activa del cerebro es una faceta deportiva fundamental, no solo para procurar un rendimiento óptimo, sino también para prevenir lesiones. Por ello, a continuación trataremos qué es y cómo se puede poner en práctica.
¿En qué consiste la recuperación activa del cerebro?
Durante una rutina de entrenamiento, se deben asegurar periodos de descanso, pero hay muchas formas de realizarlo. Existe una variante pasiva en la que el deportista desconecta, física y mentalmente, para después reengancharse al entrenamiento.
Por el contrario, está la variante activa del descanso. Esta se caracteriza porque el deportista no desconecta por completo. En su lugar, reduce la intensidad, realiza otra actividad alternativa suave o piensa sobre cómo mejorar el entrenamiento.
Aplicado a la recuperación activa del cerebro, actividades como la visualización, la respiración diafragmática o la planificación mental son ejemplos estupendos.
¿Cómo realizar un descanso activo?
Juntar las palabras «descanso» y «activo» parece contradictorio, pero en realidad tiene todo el sentido. Descansar no es lo mismo que estar inactivo. En realidad, lo que significa descansar es realizar otra actividad más suave para recuperar fuerzas.
Ahora, lo que cabe preguntarse es ¿qué actividades se pueden realizar para hacer una recuperación activa?
1. Piensa qué puedes mejorar
En la sesión de entrenamiento, el deportista debe destinar todos sus recursos atencionales al ejercicio y a realizar correctamente la técnica. La atención es limitada en cuanto a duración y extensión, por lo que, por mucho que quiera, no podrá prestar atención a todos los estímulos presentes.
En los descansos es una buena idea aprovechar que la estimulación no es tan intensa para recordar qué ejercicios se han hecho y, lo que es más importante, cómo se han hecho.
Al recapitular cómo se ha hecho el ejercicio, se abre la posibilidad de pensar en cómo mejorarlo. Hacerlo durante el descanso es la mejor opción para luego seguir con más motivación y ganas.
2. Visualiza los siguientes ejercicios
La visualización es una potente técnica para aumentar el rendimiento. En breves cuentas, consiste en imaginar con todo lujo de detalles una escena concreta con el objetivo de activar un determinado estado mental antes de una competición.
Esta es una de las técnicas más utilizadas para mejorar el rendimiento en el deporte. Mayormente, los beneficios se manifiestan en la variable de la concentración. En un estudio publicado por la revista Cuadernos de Psicología del Deporte se demostró que el entrenamiento en visualización, entre otras habilidades psicológicas, influyó en los deportistas para tener un mejor rendimiento.
3. Olvida el teléfono durante el descanso
Muchas personas entrenan con el teléfono móvil a mano, pero eso no es una buena idea para el rendimiento. El teléfono durante el ejercicio es una fuente de distracción innecesaria que consume tiempo y no aporta beneficios.
El entrenamiento debe ser un momento para centrarse en uno mismo, algo difícil de conseguir si se está pegado al móvil chequeando las redes sociales. Además, al cerebro tampoco le aporta nada bueno. Según un estudio publicado en la revista Performance Enhancement & Health, el uso del móvil durante el entrenamiento reduce significativamente la intensidad de la rutina.
La recuperación activa del cerebro aporta muchos beneficios
Una buena rutina de entrenamiento tiene que consistir en periodos organizados de trabajo físico y descanso. Cuando falla alguno de los dos aparecen la ralentización en el rendimiento y los síntomas de fatiga.
Como se ha mencionado, hay dos formas de hacer los descansos: bien de forma pasiva, o bien de forma activa. Escoger la modalidad activa de descanso aporta mayores beneficios en comparación con la pasiva, pues el cerebro sigue trabajando a una intensidad menor. Y por último, recuerda por encima de todo que es igual de importante trabajar el cuerpo como la mente.
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