Flor de pascua o poinsettia: cuidados para una planta navideña
La poinsettia o flor de pascua es oriunda de México y Centroamérica. Se ha convertido desde hace varios años en una planta navideña que demanda cuidados específicos.
La flor de pascua es común verla en rojo, pero también las hay rosadas y blancas. Te decimos todo lo que debes saber acerca de sus cuidados.
10 errores que cometes al cuidar tu planta poinsettia
Si la poinsettia no recibe los cuidados razonables, perderá las hojas hasta el punto de quedar desprovista de ellas. Cuando sucede esto es señal de que la flor de pascua está bajo estrés.
Empieza tornando sus hojas inferiores amarillas hasta que se caen; esto continúa de forma paulatina a las hojas superiores si el motivo del estrés no es eliminado. Para evitar que esto suceda, es importante que sepas las causas y cómo remediarlas.
1. No le provees el agua necesaria
Puede que encuentres a tu poinsettia en mal estado y tanto las flores como las hojas cuelguen. Este es el primer indicio de que algo anda mal.
Toca la tierra de la maceta y si esta se siente seca, puede que hayas dado con el problema: falta de riego. En ocasiones, cuando las plantas están recién compradas, es común que lleguen con escasez de agua.
¿Cómo ponerle remedio a esto? La planta necesita un riego profundo si buscas salvarla. Sin embargo, su apariencia no será la mejor durante un tiempo.
Durante la sequía, las raíces de la flor de pascua han sufrido y no podrán absorber el agua de forma eficaz. Por ello, se recomienda sumergir la maceta de 15 a 20 minutos luego de un riego general.
2. La has dejado expuesta al frío extremo
En época decembrina, cuando se suelen comprar poinsettias, hace frío en algunos países. Y pese a lo que se puede creer, debes cuidar la planta de las temperaturas inferiores a 10 grados centígrados. De lo contrario, corres el riesgo de que se caigan las hojas.
Para evitar que esto suceda puedes envolver la planta antes de sacarla del vivero y antes de introducirla al vehículo, caliéntalo. Tampoco la expongas a corrientes gélidas cuando esté en casa. Ubícala en un rincón donde reciba rayos de sol, pero no directos.
3. La dejas por mucho tiempo envuelta
Algunas veces, cuando compramos plantas de pascua nos las envuelven en papel de regalo transparente. El inconveniente de esto es que la poinsettia segrega un tóxico conocido como etileno, que no causa daño cuando la planta está al aire libre.
Pero si esta se mantiene envuelta, la concentración de etileno se incrementa y termina perjudicando a la planta en sí. Lo que sucede es que sus hojas y el follaje comienzan a caerse. ¿Cómo evitarlo? Apenas llegues a casa, sácala del envoltorio.
4. Exposición al monóxido de carbono
¡Cuidado! Si tu poinsettia comienza a perder hojas y brácteas de forma exponencial tras su llegada a casa, puede que el nivel de monóxido de carbono en el lugar sea muy elevado. Estas plantas, al igual que los canarios, pueden percibir una fuga de gas.
Si observas lo descrito, puedes comprobar los niveles de monóxido de carbono en el lugar con la ayuda de un detector especial para tal fin. Si la alarma suena, llama a emergencias y sal de la propiedad.
5. El aire de la estancia en demasiado seco
Sí, la poinsettia puede llegar a tolerar el aire seco, pero solo si este no es excesivo ni prolongado. Cuando el aire se torna muy seco, a menos del 30 % de humedad, es inevitable que las hojas de la planta de pascua se caigan. No sin que antes se pongan pardas en las puntas y sus bordes.
¿Cómo saber si está el aire seco? Luego de regar tu planta, observa si la tierra se seca demasiado rápido, en 2 o 3 días. Para paliar esta situación puedes usar un humidificador, que aumenta la humedad de la estancia. O bien puedes colocar a la planta sobre una bandeja humidificadora.
6. La riegas demasiado
Nada en exceso es bueno; incluso el riego. El agua debe ser proporcionada en su justa medida a la poinsettia. Esta planta reacciona de la misma forma si la riegas mucho o poco.
Lo que sucede es que con una tierra húmeda por largos periodos, las raíces se pudren y no reciben oxígeno. Así las cosas, la planta se arruina por completo. Este problema no tiene solución, por lo que se recomienda descartar la planta y buscarle sustituto.
7. Hace demasiado calor o frío
El calor excesivo perjudica tu planta de pascua. La temperatura ideal para ella oscila entre 15 y 24 grados centígrados.
Ten presente que las temperaturas extremas harán que la poinsettia pierda las hojas. ¿Qué debes hacer al respecto? Trasladarla a una estancia más fresca o más cálida, de acuerdo a la situación.
8. No la provees de suficiente luz
La planta de pascua puede estar varias semanas a la sombra, pero cuando este periodo se prolonga a meses, se comienzan a apreciar los problemas. Ante la escasez de luz solar pierde su follaje inferior.
Dicho esto, durante las fiestas puedes adornar casi cualquier rincón de la casa; solo que si es un lugar que carece de luz natural, procura no dejarla allí por más de 4 semanas. Luego de las festividades, acerca la planta de pascua a una ventana.
9. Está minada de insectos
¡Oh, oh! Cuidado con los insectos. En especial, las moscas blancas. Estas sienten una atracción por las poinsettias y vuelven el follaje amarillento hasta que se termina cayendo. Cuando ocurre esto, casi siempre la planta viene infectada desde la tienda.
La araña roja y la cochinilla son otras variedades que se hacen presentes y producen los mismos efectos que la mosca blanca. Dicho esto, antes de comprarla debes observar en detalle las hojas, las ramas y la tierra.
Si se te ha escapado alguna plaga, entonces dale un baño con jabón potásico.
10. No quitas las hojas viejas
La muda de hojas es algo normal en la mayoría de las plantas, incluyendo las poinsettias. Cuando su hojas y follaje son viejos o han dejado de funcionar, se desprenden de forma natural. ¿Qué debes hacer? Solo quita el follaje caído.
Para una flor de pascua llena de vida cuida el nivel de humedad
La planta de pascua debe regarse de forma semanal si el clima es sombrío, pero si hace calor, regarla cada 3 o 4 días está bien. Para asegurarte, se recomienda verificar la humedad del piso cada 3 días. Introduce el dedo índice en la tierra hasta llegar a la segunda articulación; este será tu indicador de riego.
Si la tierra está seca, debes regar la planta; pero si está húmeda, espera por al menos 2 o 3 días más. Recuerda que las condiciones ambientales cambian de forma continua y estos factores son determinantes.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.