Flúor dental: ¿cómo ayuda a prevenir las caries?
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Desde hace tiempo, se ha establecido que el flúor dental ayuda a prevenir las caries. Junto con el cepillado y el control de la dieta, utilizar este elemento es una de las aristas principales para proteger las piezas dentarias de esta enfermedad.
Pero, ¿sabes cómo incorporar el mineral? ¿Cómo y cuándo usarlo? ¿O si su uso puede resultar perjudicial en algunos casos? Resolver estos interrogantes es importante. Por eso, a continuación, te contamos más al respecto.
¿Qué es el flúor dental?
El flúor es un mineral natural que está presente en la superficie terrestre, en depósitos de agua y en algunos alimentos. Se puede encontrar en productos del reino animal, como el salmón, las sardinas y el hígado; o del reino vegetal, como el té, el tomate, la papa y las espinacas.
Además de la incorporación a partir de fuentes naturales, este mineral se agrega en varios productos como suplemento. Dado que se ha demostrado que el flúor dental contribuye a la prevención de las caries, algunas comunidades lo usan en las aguas de red para disminuir el impacto de dicha enfermedad. De este modo, el agua viene fluorada, al igual que sales y leches.
Entre otras cosas, se puede encontrar en productos de cuidado dental, como pastas dentífricas, enjuagues e hilos dentales. Asimismo, está en materiales que utilizan los odontólogos en sus consultorios para prevenir y tratar la enfermedad.
El cuerpo humano dispone de mecanismos metabólicos que regulan y controlan la absorción, la utilización y la excreción de este elemento. La mayor parte del flúor se retiene en los huesos y los dientes; y una mínima parte en los tejidos blandos. El excedente es eliminado a través de la orina y, en menores cantidades, mediante el sudor y las heces.
¿Qué son las caries?
Las caries afectan tanto a los niños como a los adultos. En concreto, es una patología infecciosa que afecta los minerales de las superficies dentarias. Los microorganismos de la boca metabolizan los azúcares presentes en la dieta y producen ácidos capaces de atacar el componente inorgánico de las piezas dentarias.
Los tejidos duros se desmineralizan. A medida que esto avanza, los elementos dentarios pierden su estructura. Cuando el proceso carioso se inicia, se puede observar una mancha de color blanco opaco que se torna más oscura a medida que avanza la lesión.
Si no se trata y continúa la desmineralización, aparecen las cavidades o huecos en los dientes, que se hacen cada vez más profundos y grandes. Luego, la superficie de los dientes se reblandece y la lesión puede afectar la zona de la pulpa. Esto da lugar a la aparición de sintomatología dolorosa o a procesos infecciosos.
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¿Cómo puede ayudar el flúor dental a prevenir las caries?
El flúor dental ayuda a prevenir las caries a través de dos mecanismos de acción principales:
- Por un lado, el elemento se combina químicamente con los cristales del esmalte, lo que transforma la hidroxiapatita en fluorapatita, que es más resistente a la descalcificación. Esta reacción no es definitiva ni estable, por lo que es importante la exposición frecuente al mineral.
- Por otro lado, la presencia del elemento en el medio bucal reduce el metabolismo de las bacterias de la placa. Esto disminuye la producción de los ácidos responsables de la desmineralización de las piezas dentarias. Además, inhibe la adhesión de los microorganismos entre sí, lo que dificulta la agregación y el acúmulo de esta película tan dañina.
La incorporación del flúor en el organismo puede darse a través de dos vías principales. Una es la sistémica, por la que el mineral ingresa través de la ingesta de agua fluorada, alimentos o suplementos que lo contengan. Se distribuye por el organismo mediante el torrente sanguíneo y se deposita sobre las estructuras dentarias que se están formando.
La acción del flúor por esta vía tiene importancia cuando las piezas dentarias se están desarrollando en los bebés y en los niños pequeños. Esto se debe a que se combina con los cristales del esmalte y da como resultado un tejido mucho más resistente a las caries.
La otra vía es la local, cuando el mineral se coloca sobre las superficies dentarias una vez que los dientes ya han erupcionado y están en la boca. El flúor llega allí a través de pastas, enjuagues o hilos dentales que lo contienen. También en barnices o geles que coloca el odontólogo en el consultorio.
Cabe destacar que el flúor también tiene una acción terapéutica en los inicios de la enfermedad, pues es capaz de remineralizar el esmalte cuando ya se han perdido varios minerales.
Peligros del uso excesivo del flúor dental
El exceso de flúor dental puede resultar perjudicial. Su efecto sobre los dientes depende en gran medida de su concentración. Así, si es en bajas cantidades, su acción es beneficiosa. Por el contrario, si es excesiva, se derivan algunos efectos secundarios como el daño de las piezas dentarias.
La fluorosis es la alteración que ocurre por la exposición exagerada al elemento durante la formación de los dientes. En esta afección, las piezas dentarias se observan manchadas, con líneas blancas o marrones. El esmalte está dañado y puede tener hoyuelos o deformaciones en los casos más graves.
En general, las comunidades suelen fluorar las aguas de consumo para disminuir la prevalencia de caries de la población, mediante el uso concentraciones seguras. En esos casos, la incorporación de flúor sistémico a través de suplementos no es necesaria.
La concentración óptima del mineral en las aguas de bebida es de 0,7 a 1,2 miligramos por litro (mg/L). Con esos valores y el uso de las pastas dentales fluoradas habituales – que traen niveles del mineral de 1000 a 1200 partes por millón (ppm) – es suficiente para proteger la boca contra la enfermedad sin correr riesgos.
Si las aguas de bebida no contienen flúor, el odontólogo puede sugerir la toma de suplementos con el mineral, sobre todo durante la infancia cuando las piezas dentarias se están formando. La cantidad y la manera de usarlo la especificará el profesional, según la edad del niño y el riesgo de caries que presente.
Además, si el dentista lo considera necesario, también puede indicar el uso de pastas dentales con un mayor porcentaje de flúor o enjuagues bucales que contengan el mineral.
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Otros consejos para evitar las caries
Si bien el flúor dental ayuda a prevenir las caries, no es el único factor que se debe tener en cuenta a la hora de cuidar la salud bucal. A continuación se enumeran otras prácticas que ayudan a evitar la aparición de esta enfermedad.
- Cepillado dental: limpiar todas las caras de todos los elementos dentarios es fundamental para eliminar la placa bacteriana que origina la enfermedad. Se debe realizar al menos dos veces al día, con un cepillo de cerdas suaves y pasta dental fluorada.
- Hilo dental: es necesario para complementar la higiene dental y llegar a las zonas entre los dientes donde el cepillo no logra limpiar. Se debe usar al menos una vez al día. La limpieza de estos sitios de difícil acceso también se puede realizar con cepillos interdentales e irrigadores.
- Dieta equilibrada: alimentarse de manera adecuada y limitar el consumo de azúcares simples, ultraprocesados y refrescos ayuda a prevenir las caries.
- Masticar chicles sin azúcar: esta práctica favorece la autolimpieza debido a la producción de saliva que se genera en la masticación. Además, suelen traer sustitutos de azúcar como el xilitol, que ayuda a prevenir las caries.
- Visitar con frecuencia al dentista: los controles odontológicos periódicos permiten detectar y tratar cualquier problema a tiempo. Las limpiezas profesionales y las topicaciones con flúor en el consultorio son un refuerzo extra que protege la dentadura.
- Selladores de fosas y fisuras: los realiza el odontólogo colocando un material especial sobre las superficies retentivas de las piezas dentarias. De esta manera, es más fácil higienizarlas y se evita que se acumulen bacterias en zonas de difícil limpieza.
- Resolver la sequedad bucal: los pacientes que sufren xerostomía o sequedad bucal deben hidratarse de manera frecuente y usar sustitutos de saliva para contrarrestar este efecto que favorece las caries.
- Tratar enfermedades que disminuyen el pH bucal: hay que identificar y tratar enfermedades como la bulimia, la anorexia nerviosa y el reflujo gastroesofágico, asociadas a las caries.
Seguir las recomendaciones del odontólogo
El flúor dental ayuda a prevenir las caries y se debe aprovechar este beneficio para cuidar la salud oral. De todos modos, aunque no es tan frecuente, el exceso del consumo de este mineral, sobre todo cuando se están formando los dientes, puede resultar dañino.
Por lo tanto, lo ideal a la hora de usar productos para el cuidado de la boca y para la prevención de las caries es consultar al odontólogo. El profesional podrá evaluar las condiciones particulares de la cavidad oral, los hábitos del paciente, la presencia o no del flúor en el agua para recomendar los productos ideales. También explicará cómo usarlos y por cuánto tiempo.
Por eso, acudir de manera frecuente al dentista es la mejor manera de proteger tu boca. Dialogar con el profesional sobre las inquietudes respecto al uso del flúor y confiar en sus consejos te permitirán lucir una sonrisa saludable.
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