Fotoqueratitis: la ceguera de la nieve
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La fotoqueratitis, también conocida como fotoconjuntivitis, ojo de arco o ceguera de la nieve es una afección de los ojos por sobreexposición a los rayos ultravioleta (UV). Tales rayos pueden provenir de una fuente artificial, del sol o de su reflejo sobre la nieve, la arena blanca, el agua o el hielo.
Se le llama ceguera de la nieve porque el agua en ese estado potencia su capacidad reflectante: refleja el 80 % de los rayos ultravioleta que caen sobre ella. Así mismo, en las zonas altas el aire es menos denso y esto hace que disminuya la protección contra los rayos UV.
¿Por qué se produce la fotoqueratitis?
La ceguera de la nieve es la forma más común de fotoqueratitis, pero no la única. Cualquier sobreexposición a los rayos UV puede causar esta enfermedad. Sin embargo, es más común en las personas que viven cerca de los polos o en montañas altas. La proporción de radiación ultravioleta aumenta un 10 % por cada 1000 metros de altitud.
La fotoqueratitis es, en pocas palabras, una quemadura de la córnea. Este es el tejido transparente que cubre el ojo y tiene forma de cúpula. La capa más externa es el epitelio y es un tejido muy sensible, que se irrita y se inflama cuando llega demasiada luz ultravioleta al ojo.
La ceguera de la nieve puede provocar una pérdida temporal de la visión. También se produce por congelación o secado severo del epitelio. Esto ocurre cuando una persona se expone a un clima seco y frío en exceso, como el que predomina en los sitios nevados.
Síntomas
Los principales síntomas de la fotoqueratitis son las alteraciones en la visión y un fuerte dolor en los ojos. Esto empeora de forma paulatina y a medida que pasa el tiempo aparecen otras manifestaciones molestas.
La fotoqueratitis comprende tres fases. En la primera solo hay una alteración de la visión, similar a un deslumbramiento. Es en este punto que todavía no existe ninguna lesión ocular.
En la segunda fase el síntoma principal es la fotofobia o rechazo a la luz. Cualquier iluminación molesta cada vez más y aparece una sensación como si se tuviera arenilla en los ojos, en especial al momento de parpadear. Ya hay afectación en la córnea.
La tercera fase se caracteriza por dolor e irritación intensos. También aparecen manifestaciones como las siguientes:
- Lagrimeo.
- Ojos rojos y párpados inflamados.
- Visión borrosa y con halos.
- Mucha sensibilidad a la luz brillante.
- Espasmos en los párpados.
- Dolor de cabeza.
- Disminución de la agudeza visual y cambios en la percepción de los colores.
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Tratamiento de la fotoqueratitis
La fotoqueratitis o ceguera de la nieve suele resolverse por sí sola en un lapso de 24 a 48 horas. Si aparecen los síntomas, lo más indicado es quitarse los lentes de contacto si se usan, ya que estos pueden agravar la situación. No es conveniente tampoco frotarse los ojos.
Algunas medidas a las que es posible acudir son las siguientes:
- Aplicar una compresa fría sobre los ojos. Esto ayuda a aliviar el dolor y el ardor.
- Hidratar las córneas. Esto se puede hacer con lágrimas artificiales y suele acelerar la curación.
- Evitar la exposición a la luz.
- Emplear analgésicos de venta libre para la cefalea.
En caso de que los síntomas se vuelvan muy severos o persistan por más de dos días es necesario consultar con el oftalmólogo. Es posible que se necesite atención especializada, bien sea por la severidad de la fotoqueratitis o porque hay algún problema adicional.
¿Cómo prevenirla?
Prevenir la fotoqueratitis es muy sencillo: basta con unas medidas básicas. La primera y más importante es la de llevar unas gafas de sol polarizadas, ya que estas reflejan los rayos del sol y protegen de la radiación ultravioleta.
Lo indicado es que esas gafas cumplan con las siguientes características:
- Deben ser homologadas por las normas ISO y exhibir la marca CE.
- El filtro más adecuado es grado 4.
- Entre más cerradas, mucho mejor, ya que reducen los reflejos laterales.
- Si no hay certeza sobre la calidad de las gafas, lo mejor es consultarle al oculista para que las examine.
De otro lado, las gafas fotocromáticas también pueden ser una excelente opción. Cuando una persona sufre de ojo seco, lo más indicado es que se humecte con lágrimas artificiales de forma periódica. Proteger la cabeza con un sombrero o una gorra también ayuda.
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La fotoqueratitis no solo es por nieve
Como ya se mencionó, la fotoqueratitis es más común en los sitios en donde hay nieve o que están a gran altitud. Sin embargo, lo más correcto es proteger los ojos en todo momento y lugar. Por eso es aconsejable utilizar gafas de sol, incluso en los días nublados y pese a que no se esté en contacto con la nieve.
La ceguera de la nieve rara vez genera complicaciones graves. Sin embargo, se trata de una enfermedad muy dolorosa que llega a ser incapacitante por un par de días. Las lámparas y camas de bronceado, así como la soldadura por arco, también pueden provocar esta afección.
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