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Intolerancia a la sacarosa: todo lo que debes saber
La intolerancia a la sacarosa puede condicionar de forma significativa la dieta de una persona. Sin un tratamiento, puede causar severas molestias digestivas. Te contamos más al respecto en este espacio.

La sacarosa es un carbohidrato presente en muchos alimentos, entre ellos, el azúcar de mesa. Por lo general, este compuesto tiene una fácil asimilación. Sin embargo, hay quienes presentan intolerancia al mismo, lo que condiciona la dieta debido a que es necesaria su restricción.
Hay que tener en cuenta que la sacarosa se encuadra dentro de los carbohidratos de alto índice glucémico. Por ello, en condiciones normales, ha de consumirse con moderación. De lo contrario, se podrían experimentar picos en la glucemia sanguínea contraproducentes para la salud.
Intolerancia no es lo mismo que alergia
Lo primero que se debe aclarar es que una intolerancia no es lo mismo que una alergia. La primera está causada por una malabsorción del nutriente a nivel intestinal, mientras que las alergias son un problema de carácter autoinmune. De hecho, las intolerancias se pueden llegar a solucionar en ciertos casos.
Por otra parte, una situación de intolerancia permite cierta ingesta del nutriente en cuestión, mientras que en el caso de las alergias esto no es posible. Incluso, es posible desarrollar un shock anafiláctico que pone en riesgo la vida, como lo explica un estudio en Vnitrni Lekarstvi.
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Causas de la intolerancia a la sacarosa
A menudo, la intolerancia a la sacarosa cuenta con un origen de tipo genético. Sucede lo mismo que con otros problemas de malabsorción relacionados con carbohidratos, tal y como apunta un estudio publicado en Gene Reviews.
Existen ciertas semejanzas en la fisiopatología de esta clase de condiciones, ya que todas emanan de un polimorfismo a nivel genético que condiciona la función digestiva. No obstante, también es posible que el foco del problema tenga que ver con la microbiota.
Una disbiosis puede impactar de forma negativa en la capacidad del tubo digestivo para absorber y asimilar los nutrientes. En consecuencia, se genera una situación de intolerancia.
De hecho, se ha demostrado que la suplementación con probióticos podría corregir algunas de estas situaciones, aunque no hay investigaciones concretas sobre el caso de la intolerancia a la sacarosa.
Síntomas relacionados
La mayor parte de los síntomas de la intolerancia a la sacarosa son de tipo gastrointestinal, y se producen tras la ingestión del azúcar. Lo más normal es experimentar diarreas, gases o hinchazón. Además, en raros casos pueden darse problemas mayores como náuseas y vómitos.
Ahora bien, la severidad de los síntomas depende en gran medida del grado de intolerancia, que no es igual en todas las personas. Con frecuencia, algunos pacientes toleran una pequeña cantidad del nutriente sin presentar la sintomatología asociada.
Tratamientos disponibles para la intolerancia a la sacarosa
El tratamiento de la intolerancia a la sacarosa se basa en el control dietético. Hay que modificar la alimentación en función de la severidad con que se presente. En particular, es necesario limitar la ingesta de productos que contienen azúcar.
Si bien es cierto que la suplementación con probióticos podría ser de gran ayuda, todavía faltan investigaciones lo suficientemente rigurosas para implementar este protocolo de manera sistemática. Además, no está determinado qué cepa de bacterias resulta más conveniente en este caso.
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Alimentos que debes evitar
Como comentamos, la intolerancia a la sacarosa requiere de una modificación en los hábitos alimentarios. En primera instancia, habrá que limitar o retirar el azúcar de mesa y todos los productos comestibles que lo contengan. No obstante, no solo los dulces cuentan con este elemento en su composición.
Existen frutas con concentraciones elevadas de sacarosa, como el mango, la piña, el melocotón o el higo. También el tomate cuenta con un contenido significativo del azúcar. Dentro del grupo de las legumbres, habrá que tener especial cuidado con los guisantes.
Además, es conveniente evitar los lácteos azucarados, los chocolates, los productos de bollería, los refrescos, el maíz y los cereales. Dichos productos son susceptibles de presentar concentraciones elevadas del carbohidrato.
Intolerancia a la sacarosa, un problema con difícil solución
Es poco frecuente experimentar intolerancia a la sacarosa, de hecho, es más común desarrollar un problema de malabsorción de fructosa o de lactosa. Pero sí que es cierto que, en el caso de existir, se trata de una condición de carácter crónico que requiere un manejo dietético de por vida.
La buena noticia es que puede presentarse con diferentes niveles de intensidad. Por ello, existen sujetos que pueden ingerir cierta cantidad del azúcar sin mayores problemas. Asimismo, hay quienes experimentan una mejoría con tratamientos complementarios como la suplementación con probióticos.
De todos modos, es difícil que la patología remita por completo. Es necesario consultar al médico y al nutricionista para obtener un tratamiento individualizado que permita llevar una buena calidad de vida.
Graduado en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Santiago de Compostela, con un postgrado en Condicionantes Genéticos, Ambientales y Nutricionales del Desarrollo y el Crecimiento y un curso de Experto Universitario en Nutrición Deportiva por la UNIR.