¿Cómo introducir la carne en la dieta del bebé?
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La lactancia materna cubre las necesidades nutritivas de los recién nacidos durante los seis primeros meses de vida. A partir de aquí es necesario introducir nuevos alimentos, como la carne, en la dieta del bebé.
Saber qué orden y qué alimentos ofrecer suele generar muchas dudas entre los padres. Te invitamos a seguir leyendo el artículo para saber en qué momento, cómo y cuáles son las más adecuadas.
¿Cómo se recomienda introducir la carne en la dieta del bebé?
La introducción de alimentos complementarios a la leche materna es necesaria tanto para el desarrollo del bebé como para iniciar la transición hacia los hábitos alimentarios de la familia.
Si bien cada país tiene un orden de introducción de los alimentos distinto que sugieren las autoridades, los expertos coinciden en la necesidad de hacerlo de forma gradual y empezar cuando el bebé muestra signos de estar preparado. Esto no suele ser antes de los 6 meses.
Iniciar con carnes blancas
Para comenzar, las mejores carnes son las de pollo, conejo y pavo, pues son las más suaves y digestivas. Además, presentan un porcentaje menor de grasa y colesterol. La pechuga y el muslo son las partes más magras.
Estas pueden darse a partir de los 6 meses, cuando se inicia la alimentación complementaria. Si bien es más habitual empezar con las verduras, las frutas y los cereales.
Carne roja
Una vez el bebé ha aceptado bien este primer tipo de carne que se le ofrece, es el momento de pasar a las rojas. Esto suele ser alrededor de los 8 meses, aunque es importante respetar el ritmo de cada niño.
Estas se introducen un poco más tarde, ya que tienen un porcentaje de grasas más elevado, lo que puede dificultar ligeramente su digestión. Su color rojo indica que tienen más mioglobina y, por lo tanto, mayor contenido de hierro.
Es interesante tener en cuenta algunos consejos sobre estas variedades:
- Empezar con la ternera blanca y probar con la roja unos días o semanas más tarde.
- Elegir partes del cerdo como el solomillo o el lomo, pues son más tiernos.
- Probar otras opciones no tan corrientes, como el cordero. En este caso es preferible que sea lechal, que es más suave.
- En todas ellas es importante elegir las partes más magras y retirar la grasa visible.
Carnes de caza y otros productos desaconsejados
La carne procedente de animales cazados con munición de plomo no se puede dar a los niños menores de 6 años. Los fragmentos de este metal no pueden eliminarse con seguridad y pueden tener efectos negativos en su salud.
Tampoco se aconseja ofrecer a los bebés carnes procesadas, como las salchichas de Frankfurt, los embutidos o las carnes ahumadas (aunque sean de pavo o pollo). Estas suelen presentar cantidades elevadas de sodio y grasas.
¿Cómo se le puede preparar la carne?
La mejor recomendación es preparar en casa las comidas de los pequeños. Existen opciones ya elaboradas de buena calidad, ideales para momentos puntuales en los que no es posible cocinar o transportarla en condiciones óptimas.
La carne en la dieta de los bebés se puede ofrecer de dos formas. La más común son los clásicos purés o papillas. Se prepara hervida junto con otros ingredientes, como verduras, patatas o arroz. Pero también se puede dar a trozos si se opta por evitar los triturados. En este caso hay que tener en cuenta algunos aspectos:
- Se puede cocinar hervida, a la plancha o guisada y no se recomiendan las frituras, rebozados ni altas temperaturas.
- La carne tostada o muy seca puede provocar irritaciones en el sistema digestivo.
- La mejor forma de cortarlas es en tiras o en trozos que pueden coger con sus manos con facilidad.
Antes de cocinarla y ofrecerla a los niños se retira la piel, los nervios, los huesos y la grasa visible. Se puede aderezar con un poco de aceite de oliva virgen extra, pero no es necesario añadir ningún otro condimento, ya sea sal o especias. En ambos casos, las cantidades recomendadas son las mismas. En la Guía de la Agencia Catalana de Salud Pública se establecen raciones de 20 a 30 gramos al día tanto de pollo, conejo, ternera y cerdo.
A partir de los 12 meses esta cantidad se aumenta a 40-50 gramos diarios. Hay que tener en cuenta que existen otras fuentes de proteína, como el pescado, los huevos o las legumbres. La ración de carne ha de combinarse con la presencia de estas.
Es importante respetar las cantidades indicadas para cada edad. Si bien los nutrientes que aporta la carne son buenos para el crecimiento y el desarrollo óptimo de los bebés, no es necesario darlos en exceso.
No hay que olvidar que entre los 6 y los 12 meses la leche materna o de fórmula aporta una gran parte de los nutrientes que necesita el bebé. La introducción de alimentos es un complemento y una forma para que los bebés se acostumbren a nuevas texturas y sabores.
Nutrientes que aporta la carne en la dieta del bebé
Debido al rápido crecimiento y desarrollo que experimentan los niños durante los dos primeros años de vida, las necesidades de nutrientes por quilogramo de peso son altas. En este sentido, los alimentos de origen animal tienen un perfil nutricional interesante. Estos son sus componentes más destacados:
- Proteínas de alto valor biológico y de fácil digestión: son indispensables para el crecimiento rápido a estas edades tan tempranas y para la regeneración de los tejidos.
- Hierro de las carnes rojas: junto con el zinc, es uno de los más deficitarios en la leche materna, por esto a partir del sexto mes es necesario aportarlo con los alimentos complementarios. Si no se proporciona en las cantidades suficientes, existe el riesgo de anemia.
- Zinc: necesario para la promoción de una correcta función inmune y para hacer frente a las enfermedades infecciosas.
- Vitaminas del grupo B (B12): solo se encuentra en alimentos de origen animal. Esta es esencial para la formación de los glóbulos rojos y un correcto desarrollo cerebral.
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Últimas consideraciones sobre la carne en la dieta del bebé
Cuando se trata de la alimentación de los más pequeños, la seguridad alimentaria es muy importante. Esto empieza por la compra de carne de buena calidad que debe conservarse de la forma adecuada. A la hora de cocinar, toda la pieza ha de quedar bien hecha antes de ofrecerla al bebé. No es recomendable prepararla con antelación ni recalentar los alimentos.
Al principio es normal que los bebés solo coman una o dos cucharadas de carne, pues para ellos son un sabor y una textura nuevos. Con el paso del tiempo van aceptando las porciones adecuadas a su edad.
Durante la complementación alimentaria es imprescindible introducir los alimentos de uno en uno. De esta forma es mucho más fácil reconocer cuando alguno de ellos genera reacciones adversas.
Como fuente de proteínas y otros nutrientes, la carne debe combinarse con alimentos como el pescado, los huevos o las legumbres. En los bebés también es preferible dar prioridad a la carne blanca por delante de la roja.
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