¿Qué es una inyección subcutánea y cómo aplicarla?

La inyección subcutánea es una forma de administración sencilla y poco costosa, muy útil para medicamentos de absorción lenta como la insulina. Te explicamos cómo funciona.
¿Qué es una inyección subcutánea y cómo aplicarla?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 03 junio, 2021

La inyección subcutánea se emplea muy a menudo en medicina. La razón es que puede ser administrada por el propio paciente y sirve para medicamentos comunes, como la insulina de los diabéticos.

La inyección subcutánea es aquella que se inyecta en el tejido adiposo subcutáneo. Es decir, en la capa de grasa que se encuentra entre la piel y el músculo. Este tejido contiene pocos vasos sanguíneos, por lo que sirve para volúmenes pequeños de fármacos.

Además, se recomienda que sean medicamentos de absorción lenta y continua. Aunque sea fácil de utilizar, es importante tener en cuenta ciertos aspectos de esta forma de administración. 

¿Qué es la inyección subcutánea?

Es frecuente que se tienda a confundir la inyección subcutánea con la intradérmica. Esta última se realiza con una aguja que solo penetra en la dermis (la capa intermedia de la piel).

Al igual que la subcutánea, sirve para productos de absorción lenta y local. La diferencia entre ambas es la profundidad y el ángulo en el que se realiza. En la intradérmica se pincha la aguja en un ángulo de unos 10 grados, casi paralelo a la piel.

La inyección subcutánea, por otro lado, es aquella en la que la aguja penetra el tejido subcutáneo. Este tejido se encuentra entre la piel y la capa muscular. También recibe el nombre de tejido adiposo.

Se emplea para administrar medicamentos en pequeños volúmenes. De hecho, suelen ser cantidades de menos de 1 mililitro, aunque pueden llegar a los 2 mililitros. Al ser un tejido que está poco vascularizado, la medicación que se administra se absorbe de forma gradual.

Esta es una de las principales diferencias con la inyección intravenosa, que tiene un efecto más rápido. Además, la subcutánea es más sencilla de realizar y menos costosa. Una de sus principales utilidades son los fármacos que no se pueden prescribir por vía oral.

Insulina subcutánea.
La inyección subcutánea de insulina es el paradigma de estas aplicaciones. Cada paciente aprende a colocarla en su propio hogar.

Recomendaciones antes de hacer una inyección subcutánea

Antes de aplicar una inyección subcutánea hay que tener en cuenta ciertos aspectos. Tal y como explica un artículo publicado en Nursing, no se deben inyectar medicaciones irritantes. Pueden provocar la aparición de abscesos o incluso la necrosis del tejido.

Al contrario que en otras inyecciones, no se debe aspirar después de insertar la aguja. Es un gesto que se suele realizar en las intravenosas para comprobar si la aguja está bien colocada. Sin embargo, podría llevar a la formación de un hematoma.

Tampoco se recomienda masajear la zona en la que se ha inyectado el fármaco. Esto puede propiciar una absorción más rápida del mismo, que no es el efecto que se desea.

Lo ideal es ir variando el sitio de las inyecciones en el caso que se necesiten de manera continua. Por ejemplo, como ocurre con la insulina en los diabéticos. De esta manera se previene la formación de cicatrices.

Las zonas deben estar separadas entre sí por uno o varios centímetros. En el caso de la insulina, se recomienda hacer círculos en el abdomen para la variación del sitio de punción.

Materiales para la inyección subcutánea

Para realizar una inyección subcutánea se requieren diferentes materiales. Lo primero es la jeringa. La misma consta de tres partes: aguja, barril y émbolo. La aguja es la parte que debe penetrar en la piel, mientras que el barril es donde se almacena el medicamento. El émbolo sirve para introducir y extraer el medicamento de la jeringa.

Las jeringas pueden tener diferentes capacidades. Todas constan de marcas que ayudan a saber cuántos mililitros se van a administrar o cuántas unidades internacionales.

Para realizar una inyección subcutánea se debe utilizar una aguja nueva cada vez. Deben ser del tamaño correcto. Lo ideal es utilizar guantes desechables a la hora de manipular la aguja o la jeringa, ya que así se disminuye el riesgo de infección.

Para colocar todos los materiales se recomienda tener en casa papeles esterilizados que se usen como superficie. Además, disponer de alcohol desinfectante o toallitas con alcohol también sirve.

¿Cuánto debe ingresar la aguja?

La inyección subcutánea debe hacerse a cierta profundidad y con un ángulo adecuado. Pueden ser aplicadas a 90 grados (perpendiculares) o a 45 grados. El primer ángulo se emplea cuando se puede coger un pellizco más o menos grande de la piel. El ángulo de 45 grados se reserva para zonas o personas que tienen poco tejido adiposo.

Según una publicación de Murcia Salud, no siempre es necesaria la limpieza de la piel antes de la inyección. Solo debería hacerse en los casos en los que la piel esté visiblemente sucia.

También es importante preparar la jeringa antes del proceso. Se sostiene con la mano más hábil, entre el dedo pulgar y el índice. Con la otra mano hay que coger la porción de piel en la que se va a realizar la inyección.

Tal y como explica un artículo de Kaiser Permanente, la aguja debe insertarse con fuerza. Cuando esté completamente dentro se debe presionar el émbolo de la jeringa para que entre el fármaco. Después se retira la aguja en el mismo ángulo en el que se introdujo. 

Una vez hecho esto se suelta el pliegue de la piel. Es posible que la zona de la inyección sangre de forma ligera. En ese caso, con aplicar un poco de presión con un algodón o una gasa es suficiente.

Inyección subcutánea de anestesia.
Algunos procedimientos que requieren anestesia local se valen de las inyecciones subcutáneas para aplicar el anestésico.

¿Dónde se puede aplicar una inyección subcutánea?

Las inyecciones subcutáneas se pueden aplicar en diferentes áreas del cuerpo. Una de las zonas más empleadas es el abdomen. Se debe hacer penetrar la aguja a 2 pulgadas del ombligo, evitando acercarse demasiado. Tampoco se debe presionar el hueso de la cadera ni las costillas.

Otra zona que se puede utilizar para la inyección subcutánea es la pierna. En concreto, la zona externa del muslo, entre la rodilla y la cadera.

La parte inferior de la espalda, justo encima de los glúteos, es otra de las áreas que se utiliza. En este caso, la inyección debe hacerse bajo la cintura y sobre una línea imaginaria ligeramente encima de los glúteos. Por último, también se puede concretar en el brazo.

Aprender a colocarla para reducir los riesgos

La inyección subcutánea es un tipo de inyección que se realiza en el tejido graso situado entre la piel y el músculo. Se utiliza para administrar volúmenes pequeños de medicamentos. Además, deben ser fármacos que requieran una absorción lenta y gradual.

Uno de sus principales usos es la administración de insulina. Para hacerlo de forma adecuada se recomienda cambiar el sitio de la inyección y preparar correctamente los materiales. Del mismo modo, es fundamental seguir las mejores condiciones de esterilidad y asepsia.


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