Jazmín: cómo cuidarlo y cuándo podarlo
Si eres amante del mundo de la jardinería, sin dudas querrás incluir al jazmín en tus cultivos. Bien sea trepadora o arbustiva, se trata de una planta ornamental, resistente y rústica que cuenta con más de 200 variedades alrededor del mundo.
El Jasminum es muy popular, sobre todo para adornar los muros, las paredes exteriores y las pérgolas. Sus bellas flores desprenden una deliciosa fragancia con un perfume insuperable.
Una vez que escoges tu ejemplar favorito, debes saber cómo cuidarlo, cada cuánto podarlo y cómo hacerlo. De esta manera, le sacarás el máximo provecho. Esto se traducirá en una buena decoración para tu casa, así como en vitalidad y larga vida para tu jazmín.
6 consejos para cuidar un jazmín
Ten por seguro que, si pones en práctica estos consejos, tu planta crecerá sana y serás capaz de resolver cualquier problema que se te presente. ¡Saca lápiz y papel!
1. Evita cultivarlo en temperaturas heladas
Esta especie es muy flexible en lo que refiere al clima, pues se adapta a lugares fríos y cálidos. Es una de las grandes ventajas de tenerla en casa. Sin embargo, no soporta las temperaturas heladas.
En cuanto a los meses más fríos, si tienes el jazmín en interiores opta por sacarlo al aire libre, siempre y cuando las temperaturas sean estables (sobre 10 grados centígrados). Siguiendo este paso, la producción de flores será normal en los tiempos cálidos.
Una técnica válida para enfrentar los climas muy fríos, si el jazmín está en el suelo, es recubrir las raíces empleando un acolchado o manta especial de jardinería. No obstante, si está en un recipiente, funcionará taparlo con hojas secas.
2. Usa un sustrato aireado y nutrido
El sustrato es el medio en el que el jazmín crecerá. Por esta razón, se aconseja escoger uno aireado o suelto y jamás uno arcilloso. Para optimizarlo más, una buena alternativa es agregar un poco de arena.
Además, tendrás mejores resultados si lo enriqueces con abono orgánico, como humus de lombriz, composta o una mezcla de turba, fibra de coco y humus en partes iguales. Sin dudas, favorecerás la etapa de crecimiento.
Más adelante, cuando la mata esté formada, lo indicado es usar abonos ecológicos, ricos en componentes como el nitrógeno y el potasio. En las épocas cálidas es beneficioso colocarle fertilizante una vez cada mes.
3. Riega con frecuencia
En el caso del jazmín, lo más recomendable es regarlo tres veces cada semana durante las estaciones más calurosas y de una forma moderada. Mientras que, en las temporadas frías, lo correcto es hacer un riego semanal o cada 15 días.
En este sentido, es necesario que reconozcas cuándo le hace falta agua a tu planta, independientemente de si está en el suelo o dentro de una maceta. Menos agua de la cuenta causará su deshidratación, pero el agua en exceso la encharcará.
Aunado a esto, es básico adquirir un contenedor con agujeros para el drenaje, con la finalidad de mantener el jazmín húmedo, pero no desbordado de agua. Una señal que puede alertarte de la sobrecarga de líquido son las hojas amarillas.
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4. Mantén una buena iluminación
El sol es otro de los factores imprescindibles en el cuidado del jazmín. Por eso, no olvides mantenerlo muy bien iluminado, incluso si lo tienes en áreas interiores.
Asegúrate de ubicarlo cerca de una ventana o en el balcón para que los rayos solares se reflejen directamente. El tiempo mínimo es de cuatro horas al día con sol.
5. Permite el paso del aire natural
Tener el jazmín en maceta no es una excusa para que no reciba aire natural. Este ayuda a equilibrar los niveles de humedad que toda planta necesita y se reflejará en unas preciosas y grandes flores.
6. Trata las plagas
Presta especial atención a las plagas, ya que el jazmín es propenso a ser atacado por cochinillas o áfidos, llamados popularmente pulgones. Para combatirlos puedes usar vinagre blanco.
¿Cuándo podar un jazmín?
Debes tener claro la especie de jazmín que tienes en tu cultivo. ¿Es de verano o de invierno? En el primer caso, es preferible podar en la fase final del invierno, así te libras del riesgo de las heladas. Con el inicio de la primavera, las condiciones serán óptimas para que la planta esté bien, pese a la poda.
Entretanto, a los jazmines de invierno conviene podarlos después de la floración. Por lo general, esto ocurre entre marzo y abril.
El punto de partida es tener a mano los instrumentos necesarios. Deben estar desinfectados, por supuesto.
Jazmín trepador
Este tipo de jazmín suele ser el más difícil de podar, sobre todo la primera vez. La razón es que los tallos están entrecruzados.
Entonces, el camino más fácil es empezar por la parte de abajo, dedicándote a cada tallo individualmente. Así lograrás la simetría que buscas.
Ten cuidado al podar aquellas ramas que se encuentren entrecruzadas con las que quieres conservar. Una alternativa es ayudarte con las manos para desenredar y reorientar el sentido de las hojas.
Jazmín arbusto
La tarea será mucho más ligera con el jazmín arbusto. Se aconseja cortar las ramas que veas fuera de la estructura del follaje.
El hecho es que las dimensiones de tu planta quedan a tu criterio, de acuerdo con tu gusto o el espacio que dispongas. Concéntrate en podar las ramas que crecen horizontalmente y las que nacen hacia el lado interno, debido a que son un estorbo para los nuevos brotes y propician el enredo.
Jazmín en maceta
En maceta, la planta crece desequilibrada y abundante. El arbusto demandará podas más constantes.
En las épocas de crecimiento hay que estimular los brotes nuevos, pero no podes durante la floración. Asimismo, en cada trasplante es primordial podar las raíces.
Un tutor para el jazmín trepador
Un método agrícola muy popular es el entutorado. Consiste en utilizar un apoyo, conocido como tutor, para encaminar el crecimiento. Pues esta planta no se sujeta sola a la superficie en la que se desarrolla.
De no hacerlo, te arriesgas a que el jazmín caiga en forma de un arbusto en vez de trepar. Este consejo, más que una pauta de cuidado, es una solución estética.
Si tienes la fortuna de contar con una terraza o jardín con espacio, no puedes negarte la oportunidad de disfrutar de esta bella planta que es muy noble y no amerita tantos cuidados. Lo mejor de todo es que tendrás un ambientador natural en casa. ¡Disfruta de su espectacular aroma!
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