La importancia del refuerzo positivo en la educación de los hijos
El refuerzo positivo o estímulo es una buena estrategia para la educación de los niños, tanto en la escuela como en el hogar. El objetivo prioritario de usar refuerzos positivos es fomentar aquellas actitudes y conductas que es importante que el niño desarrolle para su vida.
El refuerzo positivo, tal y como evidencia este estudio llevado a cabo por la profesional Marta Albert, consiste en brindarle al pequeño una respuesta agradable, estimulante cada vez que manifieste un comportamiento adecuado. Así, entenderá, poco a poco, que hay actitudes que hacen felices a sus progenitores. También otras que los ponen tristes y, naturalmente, tenderá a repetir los primeros y evitar los otros.
Por ejemplo, la mamá o el papá le ofrecerán un halago y un gran beso después de que haya puesto en orden su dormitorio. O bien le darán un dulce como premio a que se ha portado bien en la visita al odontólogo. Este “premio” le provocará sentimientos de satisfacción y fortalecerá su autoestima.
Refuerzo positivo e inteligencia emocional
La vida en la familia es la primera escuela de aprendizaje de las emociones. En el entorno familiar el niño aprende cómo sentirse consigo mismo. También cómo reaccionar y qué respuestas provocan en los demás sus comportamientos.
Los maestros en esta escuela familiar son los padres. El niño aprende directamente de lo que ellos hacen o dicen, de cómo actúan frente a lo que él o sus hermanos hacen. En este sentido, la coherencia de los padres y la continuidad en el propósito de atender a la educación de su hijo es un factor primordial.
El estímulo positivo debe ser el premio a un esfuerzo por conseguir algo. En este sentido, el famoso test de la golosina de Walter Mischel es muy ilustrativo:
- Los niños muestran los trucos más creativos para contenerse y no comer la golosina, esperando que el investigador vuelva para recibir dos.
- Saber esperar es una condición que se aprende y el refuerzo positivo contribuye a desarrollarla.
Esta estrategia puede aplicarse con otras conductas utilizando otros refuerzos. Los comportamientos así aprendidos se instalan en el niño y no se olvidan.
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¿Cómo implementar la estrategia de los refuerzos positivos en casa?
Se trata de construir un hogar en que se valoren los logros y el respeto por los sentimientos de los demás. Un espacio en el que se busque la paz y la armonía es el entorno adecuado para la educación de los niños. Este ambiente favorecerá el diálogo y el refuerzo positivo será efectivo.
- Para que el refuerzo positivo provoque el efecto esperado, se buscará un momento adecuado en el que el niño esté tranquilo. La mamá o el papá se sentarán con él y se asegurarán de que está atento a la conversación. Así pues, se le explicará el procedimiento antes de que tenga lugar la conducta deseada.
- Se utilizarán palabras que expresen positividad. Por ejemplo: “A partir de hoy, si recoges los juguetes y dejas tu habitación ordenada, podrás dedicar 30 minutos a los videojuegos“. El refuerzo (premio) será adecuado a la edad y preferencias del niño.
- Es necesario explicar con exactitud qué conducta se quiere lograr. Por ejemplo, “portarse bien” es un concepto demasiado amplio y al niño quizás no le quede claro.
- Definiremos qué comportamientos son los que encierra ese “portarse bien“: quedarse quieto, no correr, no gritar, etc.
Plazos y contenido del refuerzo positivo
- El refuerzo también debe ser detallado. Debe contener un qué, un cuándo y un durante cuánto tiempo. “Podrás jugar a los videojuegos durante 30 minutos si dejas tu cuarto ordenado”.
- El plazo establecido para que el niño reciba su recompensa debe ser corto. Recibirá el beneficio justo después de la conducta deseada.
- Si el comportamiento deseado es que ordene su cuarto todos los días y el premio establecido es una tableta nueva a fin de año, no será efectivo, pues la espera será demasiado larga.
- El refuerzo positivo es como el anzuelo que mueve el comportamiento. Por lo tanto, tiene que ser tentador, agradable, pues actúa como elemento motivador. Y así lo evidencia este trabajo llevado a cabo por investigadores de la Unidad Académica de Ciencias Sociales, Machala, Ecuador.
- El cariño, la satisfacción, el afecto incondicional, un beso, un abrazo, siempre deben estar presentes en la educación del niño, y han de acompañar tanto a los aciertos como a los errores. Hacerles creer que sus padres lo querrán solo si hace las cosas bien es un fallo grave que genera inestabilidad emocional y equivoca a los más pequeños.
En definitiva, cuando los padres aprendan a utilizar el refuerzo positivo, los castigos se reducirán de manera natural. Los niños interiorizarán las reacciones adecuadas y esto les generará seguridad. Entre otras cosas, sentirán que las relaciones con los demás mejoran, tan to en casa como en el colegio.
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