La relación entre las lesiones en la cabeza y la demencia senil
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Cada vez más datos apuntan hacia la relación existente entre las lesiones en la cabeza y la demencia senil.
El término “demencia senil” es un concepto demasiado amplio y vago, que está bajo revisión. Este encierra una cantidad importante de síntomas, con orígenes variados.
Asimismo, el vocablo senil, etimológicamente hablando, se refiere a la vejez, o a este periodo en la vida de las personas. Este está relacionado con la degeneración progresiva y la pérdida de capacidades físicas, motoras y mentales, por edad avanzada.
Igualmente, se aplica a daños degenerativos producidos en el cerebro, pero que pueden ocurrir antes de alcanzar la “tercera edad”.
En cualquier caso, lo que buscan los especialistas es dar nombre y apellidos a los distintos síntomas relacionados con los cuadros demenciales, de acuerdo a sus causas y a otras especificidades.
Las lesiones en la cabeza: sospechosos habituales de la demencia senil
Cualquier tipo de lesiones en la cabeza puede acarrear graves consecuencias para el implicado. Por insignificante que parezca.
Los episodios de traumas cerebrales son responsables de un número importante de casos que derivan en patologías. Entre estas encontramos el alzhéimer, la enfermedad de Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica.
El problema radica en que estas lesiones en la cabeza afectan seriamente el sistema linfático, responsable de eliminar las toxinas del cerebro.
Este exclusivo programa de limpieza cerebral trabaja durante las horas de sueño. Con él, se dejan en óptimas condiciones todas las operaciones mentales para afrontar un nuevo día. Una leve afectación dentro de este complejo enramado de tuberías genera dificultades en la expulsión de los residuos.
Lo más delicado dentro de esta progresión negativa es que, a diferencia de la mayoría de las células del cuerpo humano, las cerebrales no tienen capacidades regenerativas. Por esta razón, al morir no existe posibilidad de recuperación o reemplazo.
En ausencia de una limpieza adecuada, las proteínas tóxicas pueden acumularse preparando el escenario para la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer u otras, en edades más avanzadas.
Ver también: ¿puede prevenirse un accidente cerebrovascular?
Lesiones en la cabeza como traumas craneales: el inicio un proceso degenerativo que lleva su tiempo
Expertos estadounidenses aseguran que las consecuencias fatales sobre las células cerebrales no suelen producirse de manera simultánea con los episodios traumáticos.
Es un proceso que puede tardarse más o menos tiempo. Dependiendo en sí de la gravedad de la lesión.
Sin embargo, las contusiones cerebrales generan daños de forma inmediata. Son el inicio de lo que ha sido denominado como una “cascada bioquímica”. Esto se refiere a un camino que eventualmente puede conducir a estados de deterioro mental irreversibles.
Hoy en día se están estudiando diferentes métodos que permitan detener estos avances degenerativos. Se busca evitar la afectación definitiva y catastrófica de las capacidades cognitivas y mentales.
El peligro asociado a la práctica de deportes de alto impacto
Algunas prácticas deportivas están asociadas a una alta incidencia en daños cerebrales que pueden culminar en demencia.
El número de casos ha sido tan elevado que incluso se le dio un nombre específico: encefalopatía traumática crónica , tal como indican investigaciones como la publicada en la revista Journal of Neuropathology & Experimental Neurology. El término hace referencia directamente al boxeo. Sin embargo, para algunos médicos no solo se limita a este deporte.
- En torno a un 20% de los boxeadores, tanto profesionales como amateurs, están afectados. La única causa: los continuos puñetazos recibidos en la cabeza. La mayoría de ellos es por debajo del umbral de fuerza necesaria para provocar contusión cerebral.
- Su desarrollo puede durar entre 12 y 16 años desde el momento en que las personas inician una carrera sobre el ring.
Desde la década de 1950, varios grupos de médicos han solicitado en reiteradas ocasiones la prohibición de este deporte en los circuitos profesionales y olímpicos. Entre otras cosas por sus efectos dañinos para la salud mental.
Por otro lado, el fútbol americano es igualmente una disciplina muy cuestionada. Se estima que hasta el 99% de los jugadores que hacen o hicieron vida en la NFL estadounidense sufren de algún daño cerebral.
En menor medida, el fútbol “europeo” también ha estado bajo revisión en los últimos años. Se han observado múltiples contusiones cerebrales generadas por los choques cabeza contra cabeza entre jugadores. El cabecear de manera reiterada el balón también llama la atención de los médicos.
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Golpes infantiles y una futura demencia senil
De igual forma, los primeros años de vida, hasta la adolescencia, son periodos de alto riesgo.
Lo delicado de sufrir lesiones en la cabeza en esta etapa es que el cerebro todavía está “en construcción”. Es decir, no se ha terminado de formar.
Además, un trauma en estas edades no solo afecta el desarrollo de todas las células grises que conforman el cerebro. También puede detener su progresión.
Entonces se deben procurar los máximos cuidados. Aunque en la mayoría de los casos no hay forma de evitar estos accidentes.
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