Lágrimas artificiales contra los ojos secos: ¿cómo se usan?
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Las lágrimas artificiales son un producto que tiene como fin cumplir una función similar a la de las lágrimas naturales. En particular, mantienen la humedad adecuada y la hidratación de los ojos. Por eso, es frecuente su uso en condiciones de ojos secos.
Su aplicación disminuye la inflamación o la irritación que se genera por la falta de lubricación. Además, protege frente a otras complicaciones asociadas. ¿Cómo se utilizan de forma correcta? A continuación, lo detallamos.
Ojos secos y sus posibles causas
Los ojos secos son un problema habitual que genera síntomas molestos como el picor o el ardor. A veces se trata de una condición temporal; por ejemplo, al pasar mucho tiempo frente al ordenador o en una habitación con aire acondicionado.
No obstante, hay ocasiones en las que este síntoma se torna crónico, como cuando se deriva de las siguientes condiciones:
- Envejecimiento.
- Enfermedades autoinmunitarias.
- Cambios hormonales.
- Enfermedades oculares alérgicas.
- inflamación de las glándulas sebáceas del párpado.
De cualquier modo, la sequedad ocular causa varias incomodidades. Incluso, hace que la visión se vuelva borrosa o a que se produzca fatiga ocular. La solución más práctica para esta condición son las lágrimas artificiales.
¿Qué son las lágrimas artificiales?
Las lágrimas artificiales son unas gotas que lubrican los ojos secos y ayudan a mantener la humedad en la superficie externa de estos órganos. Se emplean para combatir la sequedad y son el tratamiento de base para quienes padecen el síndrome del ojo seco.
Su función es imitar la constitución de las lágrimas reales. Aun así, su composición puede variar según la marca. Para ser más exactos, contienen uno o varios de los siguientes elementos:
- Lubricantes oculares. Todas las marcas lo contienen. Su función es sanar la superficie del ojo, cuando hay daño.
- Goma guar. Está en las gotas más aceitosas y son de ayuda para quienes tienen un problema severo de ojo seco.
- Conservantes. Evitan que crezcan las bacterias dentro del líquido.
Las lágrimas artificiales pueden obtenerse sin prescripción médica. Casi siempre las personas deben probar varias marcas antes de encontrar la que es mejor para su caso. Es habitual que en las condiciones más severas se utilice también algún ungüento o gel.
Lee también: ¿Cómo me aplico correctamente las gotas en los ojos?
¿Cómo elegirlas?
Como ya lo indicamos, este producto suele ser la primera opción de tratamiento en los casos de ojos secos. Sin embargo, es importante señalar que lo ideal es tener un tratamiento personalizado, en especial si el problema es crónico o muy pronunciado.
Dicho esto, lo idóneo es utilizar aquellas fórmulas sin fosfatos y sin conservantes. Asimismo, lo recomendable es que tenga una osmolaridad baja; es decir, una baja concentración de sustancias disueltas. Esto compensa el exceso de sales —o hiperosmolaridad— que siempre está presente en el ojo seco.
Cabe señalar que estas tienen diferentes grados de viscosidad. Las más fluidas tienen un efecto de corta duración. Las más espesas tienen un efecto de mayor duración, pero son más incómodas, ya que producen visión borrosa. Por eso, suelen utilizarse solo por las noches, antes de ir a la cama.
¿Son seguras?
En general, las lágrimas artificiales son seguras. Solo se debe tener algo de precaución con las gotas que tienen conservantes. A menudo, estas vienen en frascos multidosis. Los conservantes impiden que crezcan las bacterias en el medicamento, pero irritan los ojos de algunas personas.
Por su parte, aquellas sin conservantes vienen en empaques de una sola dosis, es decir, se utilizan y se tiran. Suelen ser más costosas, pero también son más seguras para quienes deben utilizarlas más de cuatro veces al día.
Eso sí, ambos tipos pueden provocar visión borrosa o generar una reacción alérgica. Si se nota alguna molestia después de utilizar las gotas, como ardor, picor o inflamación, debe suspenderse el uso. Si además hay mareos, nauseas o dificultad para respirar, es necesario buscar ayuda médica de inmediato.
Uso de las lágrimas artificiales para los ojos secos
Las lágrimas artificiales con conservantes no deben aplicarse más de cuatro veces al día. Si no tienen conservantes, es posible usarlas hasta ocho veces. En todo caso, lo mejor es consultar con el médico y seguir sus indicaciones.
Antes de aplicarse las gotas es necesario lavarse las manos. Después, retirar los lentes de contacto —si se usan— y agitar el frasco. Enseguida, poner en práctica los siguientes pasos:
- Inclinar la cabeza hacia atrás ligeramente, mirando hacia arriba.
- Sostener el frasco de gotas con los dedos pulgar, índice y medio, sin tocar la punta del frasco o el borde del empaque.
- Cerrar los ojos.
- Colocarse una gota en el rabillo del ojo, cerca de la nariz y sin tocar el párpado.
- Abrir los ojos y parpadear varias veces hasta que la gota se desplace dentro del ojo.
- Aplicar en el otro ojo.
- Cerrar bien el producto, guardarlo y lavarse las manos de nuevo.
Recomendaciones finales
Los lentes de contacto provocan sequedad ocular. En esos casos, lo mejor es que el médico indique cuáles son las lágrimas artificiales más adecuadas. Casi siempre se recomiendan las que tienen ácido hialurónico al 0,15 % y sin conservantes.
Las gotas para aliviar los ojos rojos, o descongestionantes, suelen empeorar los síntomas del ojo seco. Por lo tanto, no son recomendables. Si el uso de lágrimas artificiales no resulta eficaz, es importante comentarlo con el oftalmólogo para encontrar otras opciones de tratamiento.
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