¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando dejas de hacer ejercicio?

Para no perder todos los beneficios del ejercicio físico y así no tener problemas de salud es conveniente que lo retomemos lo antes posible, siempre de forma gradual para evitar lesiones
¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando dejas de hacer ejercicio?
Karla Henríquez

Revisado y aprobado por la médica Karla Henríquez.

Escrito por Okairy Zuñiga

Última actualización: 06 julio, 2023

Aunque le pongas la mejor intención, a veces hay imprevistos que dificultan mantener las rutinas y dejas de hacer ejercicio. Sea cual sea el motivo, la falta de actividad física  hará que el cuerpo pierda parte de los progresos conseguidos.
También puede que una lesión te obligue a guardar reposo o que un período vacacional te lleve fácilmente a omitir el entrenamiento por un tiempo. Peor aún, un par de días pueden alargarse a semanas e incluso meses, volviendo al punto de partida. A continuación te explicaremos qué pasa cuando dejas de hacer ejercicio.

Cuando no te ejercitas durante unos días

Si dejas de hacer ejercicio un par de días o menos de una semana no notarás grandes cambios en musculatura (en términos de tonificación y demás). Además, puede que te canses mucho al hacer actividades sencillas, como caminar de tu casa al trabajo, ir a comprar el pan o incluso limpiando el hogar. 

 

En cambio, si te ejercitas de manera regular, el cuerpo tendrá más probabilidades de recuperarse. De esta manera, el organismo puede aprovechar ese período para recuperarse de las exhaustivas actividades. Esto te ayudará a volverte más “fuerte”, o mejor dicho, a ganar una mayor resistencia.

Lo único que debes evitar en esos días es una alimentación poco saludable. No es tan grave si descansas unos días, e incluso puede ser beneficioso. Para los principiantes, la rutina de ejercicios representa una gran clave.  Recuerda que luego de este par de días de descanso es momento de buscar la motivación para recuperar la rutina.

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Cuando no haces ejercicio durante una semana

Respirar al hacer ejercicio: ¿cómo se da este proceso?

La capacidad aeróbica es la que permite que el cuerpo pueda transportar el oxígeno de la sangre a los músculos. El problema es que esta disminuye tras solo una o dos semanas de no hacer ejercicio.
La capacidad funcional del corazón también  disminuye. Después de tres a cuatro semanas de reposo en cama, la frecuencia cardiaca en reposo aumenta de 4 a 15 latidos.

El volumen sanguíneo, por su parte, disminuye en 24 horas. Esto podría hacer que te sintieras un poco más débil de lo normal, ya que las fibras de los músculos empiezan a descansar y el cuerpo comenzará a retener algunos líquidos extra.
Lo mejor es que no te sentirás tan mal. Si decides ir al gimnasio tan solo una semana después, no notarás ningún cambio significativo.

Cuando no te ejercitas durante un par de semanas

Definitivamente, la rutina desaparece cuando dejas de hacer ejercicio por un par de semanas. En este punto, la capacidad cardiaca será lo primero que se irá. Te costará mucho subir unas escaleras, sentirás que las piernas arden o que te llevará el viento. Cuando entrenes de manera regular nuevamente, el corazón empezará a incrementar su eficiencia.
Esto permite que el oxígeno sea transportado de forma correcta durante el entrenamiento. Así, cuando dejas de practicar actividad física, la habilidad cardíaca empieza a declinar.

Cuando no realizas ningún ejercicio durante un mes

Cuando dejas de hacer ejercicio durante un mes la capacidad cardíaca y flexibilidad se pierden, igual que la masa muscular que has ganado. A cambio, acumularás probablemente  más grasa corporal. Además, puede que estés más estresado, y no podrás tampoco controlar el ritmo acelerado del corazón ni dormir tan bien como antes.


Cuando abandonas el entrenamiento de fuerza por un mes, los cambios musculares tienen lugar en cuestión de días. El músculo, al no recibir su desafío regular, comenzará a perder las proteínas que se absorben en la circulación y se excretan por la orina. La pérdida leve de proteína muscular puede empezar muy rápidamente.
La pérdida de resistencia se produce primero debido a un cambio en los impulsos del nervio a las fibras musculares, seguido poco después de la pérdida real de masa muscular.  El tiempo que lleva recuperar ese nivel de condición física dependerá de la razón por la que dejaste de hacer ejercicio, ya sea por enfermedad o por falta de tiempo.

Cuando no te ejercitas durante unos meses

El metabolismo ya estará muy lento y perezoso, lo que se traducirá en una quema más lenta de calorías. Lo más probable es que te canses mucho. El corazón tendrá que trabajar más y los pulmones no absorberán tanto oxígeno como antes.

El efecto más inmediato será que entrarás en un estado de gran pereza y no podrás volver a la rutina rápidamente. En este punto te costará mucho iniciar de nuevo. Si piensas hacerlo, es importante que comiences con una actividad ligera y avances poco a poco.

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Cuando no te ejercitas durante un año

Tras no haber realizado ejercicio por un año te habrás convertido en una persona sedentaria. Además de un aumento en el porcentaje de grasa corporal, pérdida de masa muscular y metabolismo lento, tienes alto riesgo de llegar a padecer enfermedades como:

  • Depresión.
  • Insomnio.
  • Colesterol alto.
  • Diabetes tipo 2.
  • Presión sanguínea elevada.

Por supuesto, la pérdida no es menor cuando frenas o paras totalmente el entrenamiento. Es decir, cuando pasas de entrenar y hasta competir con regularidad a no hacer nada más que la actividad mínima que requiere el día a día durante mucho tiempo.
Quizás ahora estés preocupado si llevas mucho sin hacer ejercicio pero hay buenas noticias: puedes hacer algo para evitar estos cambios en el cuerpo. Tan solo necesitas comenzar con una actividad física de forma gradual.

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