Cómo lidiar con el conflicto y la confrontación

Saber mantener la calma sin importar el estado de crispación de nuestro interlocutor puede ser la clave para no caer en la confrontación. Evita en todo momento adoptar una actitud defensiva
Cómo lidiar con el conflicto y la confrontación
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

En ocasiones, es imposible evitar que surja algún conflicto, aunque hagas impresionantes esfuerzos para impedirlo. Pueden ocurrir entre familiares, amigos, compañeros de estudio o trabajo, socios y clientes.

No cabe la menor duda de que estas situaciones pueden resultar agobiantes. En especial cuando hay sentimientos involucrados como la amargura o la ira.

En estos casos lo esencial es mantener la tranquilidad. Así, podremos hacer frente y lidiar con el conflicto y la confrontación y calmar alguna situación estresante.

1. Busca hasta encontrar maneras de calmar los ánimos

Sopesa de manera madura la situación conflictiva. Por lo general las confrontaciones se deben a intercambios bruscos de palabras.

En algunas situaciones pueden generarse estallidos violentos. En tales casos, es más inteligente retirarse y evaluar la situación de manera cuidadosa, ya que la seguridad y la integridad física están involucradas.

Evalúa si puedes mantener una discusión de manera segura o no. Igual debes proceder con precaución pero, si no puedes, aléjate. Si no te sientes cómoda, lo mejor es retirarte lo antes posible.

Pedir ayuda, lejos de mostrar cobardía, puede ser una decisión inteligente. Sobre todo si buscas la guía de una persona madura y neutral, que pueda servirte bien como moderador o, simplemente, para confortarte.

Sé tú la persona madura y, si notas que tu integridad o la de terceros corre algún riego, lo mejor es acudir a las autoridades.

2. Tu actitud influye en tu agresor

conflicto en el trabajo

A veces, al mantener la calma, puedes influir de manera tranquilizadora en la otra persona. Esto se logra cuando tratas de manejar la situación con madurez sin dejar que influyan las emociones.

  • El lenguaje corporal desempeña un papel importante. Debes ser neutro y apacible. Evita desviar la mirada y cruzar de manera desesperante los brazos.

Estas posturas pueden indicar falta de respeto y transmitir una frustración. Esto no ayuda para nada en una situación conflictiva.

  • Sin importar cómo te sientas, debes mantenerte en todo momento serena y respetuosa. Trata de manera cordial, pero evita los tonos sarcásticos.

No tiene nada de malo si te disculpas, aunque consideres que no eres el responsable de la situación. Practica la empatía y trata de simpatizar con la otra parte.

Si lo que quieres es calmar los ánimos, no puedes regañar o mandar. Eso es el resultado, en gran parte, de cómo tú enfrentes la situación.

Si permaneces calmada, agradable y apacible, habrás hecho todo lo posible por limar asperezas.

3. Concéntrate unos minutos en escuchar

El conflicto puede solucionarse de algunas maneras
Una buena educación pasa por saber escuchar la opinión y los intereses de otra persona. Así podría llegarse a una solución más fácilmente.

Ten en cuenta lo que tiene que decir la otra persona para que disminuyas su frustración de no ser escuchada. Así, puede que evites las consecuentes sensaciones de impotencia. Estas podrían llevar a la otra persona a cargarse de resentimiento, lo que puede generar violencia.

Al escucharla, quizá se calme y podrás averiguar cuál es el origen del conflicto. De esta manera manifestará lo que la tiene angustiada. Esto será clave para calmar la situación, porque podréis encontrar juntos la solución.

  • Para esto, debes tener paciencia y dirigir a la persona con preguntas que la ayuden a revelarte su perspectiva del problema.
  • Tal vez revele sus sentimientos al respecto, los posibles pensamientos preocupantes y lo que espera respecto a la solución del problema.
  • Si tienes la oportunidad de comenzar a tomar nota de sus necesidades, hazlo. Así, puede que no solo evites conflictos posteriores, sino que vea que la tomas en serio.

Busca la raíz del problema y trata de determinar de manera tajante la solución del conflicto, para que no queden pendientes.

4. Esfuérzate por evitar involucrarte emocionalmente en el conflicto

Escucha sin reaccionar, aunque la otra persona esté molesta contigo. Incluso aunque no lo esté contigo, evita tomar un bando o sacar conclusiones precipitadas.

No te tomes como ofensa personal nada de lo que diga una persona molesta. Ella se está dejando llevar como marioneta de sus emociones y lo más probable es que no sea en serio. La actitud defensiva y el enojo solo traerán más problemas.

Piensa cada palabra que dirás, estúdialas muy bien y mide mentalmente las consecuencias de lo que digas antes de hablar.

Pregúntate cosas como: ¿Cómo reaccionaría si digo…? Y no pienses en cómo reaccionarías tú, sino la otra persona. Recuerda que se trata de esforzarte por entender su punto de vista.

Respira, habla con sensatez, muestra madurez y no busques culpables, sino soluciones.


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