La importancia de una buena alimentación

Una buena alimentación no solo mejora nuestro bienestar físico, sino que también interviene en nuestro estado de ánimo, ya que nos ayuda a sentirnos con más energía.
La importancia de una buena alimentación
Carlos Fabián Avila

Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila.

Última actualización: 09 julio, 2023

La buena alimentación es uno de los hábitos más importantes para gozar de salud -tanto a nivel físico como mental- y tener una buena calidad de vida. Por esto mismo se hace tanto hincapié en la importancia de adoptarla y mantenerla en el tiempo junto a otros hábitos de vida saludables, como la práctica regular de ejercicio, una buena rutina de descanso, etc.

En el glosario de la FAO se define la alimentación como “el proceso consciente y voluntario que consiste en el acto de ingerir alimentos para satisfacer la necesidad de comer”. A continuación, se presenta la alimentación sana, que según esta misma fuente, se define como aquella que aporta todos los nutrientes esenciales que el organismo necesita para funcionar correctamente. 

Visto así, no es lo mismo alimentarse que alimentarse saludablemente. Lo segundo refiere a lo que normalmente entendemos por dieta equilibrada, mientras que lo primero viene a ser una definición más amplia, que no necesariamente tiene que incluir exclusivamente alimentos saludables.

Aunque haya alimentos y comestibles de todo tipo, es fundamental mantenerse en el marco de una dieta equilibrada. De no ser así, se pueden producir deficiencias nutricionales y otros problemas de salud.

Ahora, ¿cómo llevar una buena alimentación? ¿Cuáles son sus beneficios? Pues bien, para resolver estas interrogantes, hoy queremos dedicar este espacio a los aspectos más relevantes de una dieta equilibrada y saludable.

¿Qué es una buena alimentación?

Como veníamos comentando, una buena alimentación es aquella que le proporciona al organismo todos los nutrientes que necesita para trabajar de manera adecuada a lo largo del día.

  • No debe excluir ningún grupo nutricional, debe ser variada y se tiene que adaptar a los requerimientos del cuerpo según la edad, el peso y el estado de salud.
  • Para garantizar platos completos y controlados en calorías, no es aconsejable improvisar los menús. Lo idóneo es planear cada plato con anticipación, para no reemplazarlos con alimentos perjudiciales.

¿Cuáles son los beneficios de adoptar una buena alimentación?

A través de la alimentación se obtienen decenas de nutrientes que participan en todas las funciones del cuerpo. Cuando los requerimientos no se cumplen, los órganos empiezan a tener dificultades y se producen enfermedades.

Adoptar una alimentación equilibrada, completa y reducida en calorías tiene múltiples beneficios, tanto físicos y mentales, que a veces se pasan por alto. Recordemos algunos:

  • Mejora el estado de ánimo.
  • Mejora la circulación sanguínea.
  • Combate el cansancio y la fatiga crónica.
  • Retrasa el proceso de envejecimiento.
  • Ayuda a fortalecer el sistema inmunitario.
  • Reduce el riesgo de enfermedades crónicas.
  • Ayuda a conservar la piel, el cabello y uñas sanas.
  • Previene y combate las enfermedades cardiovasculares.
  • Estimula el sistema nervioso y mejora la salud cognitiva.
  • Mejora la salud metabólica y previene el sobrepeso y obesidad.
  • Aumenta la sensación de energía y mejora el rendimiento físico y mental y, además, promueve la formación de masa muscular.

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Consejos básicos para una buena alimentación

Mujer en la mesa siguiendo una buena alimentación

La Organización Mundial de la Salud señala que una buena alimentación no es aquella que excluye grupos de alimentos con el fin de reducir el número de calorías. Aunque lo ideal es moderarlas, es primordial garantizar la absorción adecuada de todos los nutrientes esenciales. Por lo tanto, las recomendaciones generales para comer bien son las siguientes:

Alimentos bajos en grasa

  • Optar por las fuentes de ácidos grasos saludables, por ejemplo, el aguacate, el aceite de oliva o el pescado.
  • Evitar grasas saturadas como los aceites hidrogenados, las frituras y la mantequilla.

Carbohidratos y almidones moderados

Siempre y cuando no sean refinados, está bien comer pequeñas porciones de pasta, patatas o pan.

Alto contenido de fibra

  • Los cereales integrales, las legumbres y los vegetales son algunas de las principales fuentes de fibra dietética.
  • Este nutriente es clave para regular la digestión, prolongar la saciedad y controlar el colesterol. Asimismo, contribuye con la mejora del estado del ánimo.

Vitaminas, minerales y antioxidantes

  • Para obtener dosis adecuadas de vitaminas y minerales, se deben consumir de 5 a 6 porciones de frutas y vegetales al día. Dependerá del tamaño y tipo de la fruta. En líneas generales, frutas y verduras deben ocupar la mitad de la comida.
  • Según el tipo de verdura se recomienda que ocupe casi la mitad de un plato principal en lo que respecta a alimentación saludable, como indican los expertos de la Universidad de Harvard.
  • También se pueden encontrar en otros alimentos sanos como los cereales integrales y carnes magras.

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Azúcar limitado

  • El azúcar blanco, los dulces de panadería, las golosinas y todas las fuentes de azúcar deben limitarse al máximo.
  • Esta sustancia es uno de los principales enemigos de la salud metabólica y el peso, tal y como revelan varios estudios al respecto.

Poca sal

La sal está presente en decenas de alimentos de consumo diario. Además de limitarla de las comidas regulares, conviene revisar las etiquetas de los empaquetados para no caer en excesos.

Proteínas de alta calidad

  • Las carnes magras, legumbres y lácteos son algunas fuentes de proteínas de alta calidad.
  • Su consumo, diario y moderado, es primordial para recargar el cuerpo de energía y cuidar la salud muscular y metabólica.

Comer despacio

Masticar bien los alimentos y consumirlos en un lugar tranquilo también es clave en la dieta. Hay que dedicar el tiempo necesario a la comida.

Dividir las porciones

  • En lugar de comer tres porciones abundantes, lo ideal es dividir los platos en cinco o seis comidas al día.
  • Esto evita los “picoteos” continuos y, a su vez, mejora la actividad del metabolismo.

Cambiar los hábitos alimentarios es una de las mejores formas de promover la salud del organismo. ¿Sigues comiendo mal? ¡Mejóralo ahora!


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