¡No me gusta la Navidad! ¿Qué hago?
Todas las tiendas están decoradas con árboles, luces y figuritas, pero tú querrías encerrarte en casa durante un mes. Todo el mundo está pensando dónde, cómo y con quién pasar las fiestas. Pero tú afirmas que no te gusta la Navidad, no te preocupes, hay muchas otras personas como tú.
La Navidad y sus rituales: el trastorno de cada diciembre
Los villancicos, el belén, los árboles decorados, el turrón… Para muchos esta época es de felicidad, de reuniones familiares y buenos deseos. Para otros es un trastorno que, más que unir, trae como consecuencia problemas y desencuentros.
Parece ser que todos deberíamos ser felices y rebosar de espíritu navideño. De lo contrario, somos antifiestas, aburridos o negativos. Decir que a uno no le gusta la Navidad es casi como afirmar que se es de otro planeta.
En estos casos, la gente no te comprende, piensa que eres raro o que tienes algún problema que vienes arrastrando desde la niñez cuando te enteraste de que Papá Noel no era quien decía ser o no recibiste el regalo que querías.
No obstante, no tiene que ver con ello, sino con no sentirse identificado con la fiesta en sí, o incluso estar en contra de ciertos hábitos que tiene la gente durante diciembre.
Gastar dinero que no tienen en regalos para personas que solo ven una vez al año, o volverse locos con las compras para preparar una cena para familiares que no soportan… Todo esto puede ser considerado hasta hipocresía o falta de realismo.
¿Celebración o consumismo?
Las comilonas, los presentes, las tensiones, los centros comerciales repletos… Todo es un caos los días previos a la Navidad. ¿Y por qué? Por una fiesta que para muchos ya no tiene que ver con lo religioso, sino con el consumo desenfrenado y el aparentar en las redes sociales lo felices que son.
A todo esto le debemos sumar la presión adicional de ser felices que nos imponen no solo los familiares, sino también la publicidad. En los anuncios todos sonríen compartiendo una cena abundante y perfecta, o repartiendo regalos carísimos que no siempre se ajustan a nuestro presupuesto.
Si no te gusta la Navidad, no te sientas mal por ello. Ser diferente muchas veces genera desencuentros o falta de entendimiento. Pero si no deseas que los demás te juzguen, trata de no juzgar a los demás. Recuerda que muchos, incluso sin ser fanáticos de las fiestas, las siguen por tradición.
Consejos para “sobrevivir” a la Navidad
Más allá de sentirte un extraño por no querer celebrar la Navidad (lo mismo que puede suceder si dices que no te gusta el verano o que no comes carne), tienes que hacer frente a la situación y evitar que te supere.
1. Considera la Navidad una fecha cualquiera
Algunas personas optan por quedarse en su casa y cenar como cualquier día mirando la televisión o leyendo un libro. Pero, por supuesto, para ello debes vivir solo o aceptar que tus familiares lo celebren en otro sitio.
Incluso, si no eres el único de tu círculo íntimo al que no le gustan las fiestas, podéis aprovechar para cenar juntos como si se tratase de un encuentro cotidiano. Nada de velas, brindis ni pan dulce.
2. Sal de vacaciones
Quizás la mejor manera de huir de las fiestas es justamente no estar en casa para esas fechas. Los billetes de avión suelen ser más baratos el 23-24 de diciembre, por ejemplo.
Puedes ir a un país donde no se celebre la Navidad (por ejemplo, Marruecos, Turquía, Vietnam, Tailandia o Dubái). Tal vez estar lejos de tu familia ya sea un “peso” menos para ti y aproveches para quedarte en el hotel esa noche como si se tratase de cualquier otro día.
3. No organices
Si no te gusta la Navidad, no participes en la planificación de las cenas o los regalos. Que otros se encarguen de ello. Tú solo asiste al lugar elegido y disfruta de la comida. Piensa que para alguien de tu familia puede ser especial que estés presente en esa fecha.
No hace falta que te pases dos días cocinando o limpiando tu casa, escuchando a tu madre hablar de que no se pone de acuerdo con tu abuela o que le falta comprar el regalo para tu primo. No participes en nada relacionado con la celebración, pon esa condición para estar con tu mejor cara ese día.
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4. Rodéate de gente positiva
Quizás no te agrada la Navidad porque cada año es igual al anterior. Ves a la misma gente, comes los mismos platillos o hablas de los mismos temas.
¿Has pensado en organizar unas fiestas diferentes con amigos? Puede ser en cualquier sitio pero sin tantas presiones familiares o tradiciones que “hay que cumplir”.
5. Busca el sentido de la Navidad
En definitiva, la celebración debería estar relacionada con la religión, y no con el consumismo o el aparentar que somos felices.
Puede que te sirva ese día ayudar a los enfermos en un hospital, ir a la iglesia para rezar o ayudar a los necesitados en una parroquia. Tal vez lo que no te gusta de la Navidad es la tradición “vacía” o impuesta. Ahora bien, puedes hacer lo que quieras para pasarlo de maravillas.
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