No soy como tú esperabas

Idealizar a la pareja conduce a la decepción. Hay que aprender a amar a las personas por lo que son, no por se quiere que sean.
No soy como tú esperabas
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 09 julio, 2023

Llegó un día en que me dijiste: «yo no soy como tú esperabas». Pero ¿qué era lo que en verdad yo esperaba? Quizá la respuesta se encuentre en todo aquello que pensaba y que nunca llegó a hacerse realidad. Porque te idealicé, te puse en el pedestal más alto y cuando abrí los ojos, todo se vino abajo.

Muchas personas idealizan a su pareja. Tanto es así que llega el punto en el que se enamoran de alguien que no existe. ¿Qué ocurre cuando pasa el tiempo? Que abres los ojos y empiezas a descubrir de quién realmente te has enamorado.

No he cambiado, nunca he sido lo que esperabas

Es curioso cómo las personas que quieren vivir en pareja llegan a desconocer a quien realmente tienen a su lado. Pero, a veces, no se conoce a la propia pareja porque tampoco se ha llegado a conocerse a uno mismo.

Quizá no quieras tener a tu lado a un compañero de vida, sino a una persona que supla tus carencias. Tal vez, temas estar solo o tengas algún tipo de miedo. Lo que desconoces es que esta no es la solución y que el resultado será bastante doloroso.

Ningún vínculo perdurará en el tiempo si tu pareja se convierte en tu «salvación», si te apoyas en ella para intentar escapar de tus verdaderos problemas. Solo te estarías mintiendo a ti mismo porque esperabas que fuese eso que tanto necesitabas, pero con el tiempo te darías cuenta de que has estado viviendo en un sueño.

Cuando le recriminas a tu pareja que ha cambiado, quizá no eres consciente de que quien ha querido cambiarla has sido tú, sin querer abrir los ojos, creyendo que era lo que tú querías que fuese.

Al final, te encontrarás vacío, te decepcionarás y te desenamorarás. Eso que tanto esperabas se esfumará y tendrás la tentación de buscar un sustituto. Tu pareja debe ser tu compañero de viaje, nunca tu prisionero o la solución de tus problemas.

Los verdaderos compañeros de viaje

El amor nunca debería ser sinónimo de cambio . No tienes por qué amoldarte a la otra persona, ser la pareja perfecta, esa que tanto desea. La base siempre debe ser la autenticidad: deben quererte por cómo eres, no por cómo quieren que seas.

Por este motivo, si en verdad quieres un compañero de viaje, nunca debes «usarlo». No te permitas estar con alguien porque tienes miedo a la soledad, ni porque tus carencias afectivas te «obligan» de alguna manera a estar con alguien.

¿Cómo escoger sabiamente a tu pareja? Aquí, te dejamos algunos consejos:

  • Afinidad emocional: el amor no se elige, muchas veces llega sin avisar y sin que estés preparado para afrontarlo. Pero, si hay una muy buena sintonía y empatía, es posible que sea un buen compañero de tu vida.
  • Compatibilidad intelectual: el amor se basa también en la complicidad y la amistad. Tu pareja tiene que ser también tu amigo, tu confidente.
  • Compatibilidad física es importante: si bien no todo se reduce a un físico, sentirse atraídos físicamente es necesario. Aunque muchos digan que el sexo no es todo, son muchas las parejas que empiezan a decaer cuando las relaciones sexuales no se cuidan.
  • Mismos valores, misma visión del mundo: es imposible que la otra persona sea igual que tú. No obstante, es importante que tengáis unos valores compartidos y una visión del mundo similar. Si esto no es así, no es tu compañero de vida.
  • Amor no es posesión: pregúntate si estás con esa persona porque la amas o porque la necesitas. A veces, se confunde el amor con el deseo de poseer, de tener a alguien que cubra ese vacío. De esta manera, se la hace partícipe de las propias inseguridades y los propios miedos. Se la utiliza para los propósitos personales.
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Si una persona no es lo que esperabas, pregúntate cuánto la has idealizado o cuánto has querido que fuese lo que tú querías. Deberías amar y aceptar a las personas tal y como son, pero muchas veces se priorizan las propias necesidades, sin siquiera notarlo.

Finalmente, no te permitas sumergirte en relaciones tóxicas. Nadie se merece ser utilizado, ni idealizado en exceso. Aprende a amar a las personas tal y como son y que te amen igualmente. Así, te evitarás decepciones y ya no pensarás «no soy como tú esperabas».


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