¿Por qué engordamos?

El hecho de ganar o perder peso, salvo en situaciones patológicas, es una cuestión puramente matemática. Descubre en este artículo por qué engordamos.
¿Por qué engordamos?
Sara Viruega

Revisado y aprobado por la farmacéutica Sara Viruega.

Última actualización: 10 octubre, 2023

La respuesta a la pregunta ‘¿por qué engordamos?’, es muy sencilla: porque ingerimos más calorías de las que somos capaces de quemar. A pesar de esta sencilla ecuación, ambas variables pueden ser modificadas por multitud de factores.

Pueden existir mecanismos hormonales que disminuyan el gasto energético o malos hábitos que aumenten la ingesta calórica. En esta fórmula, cualquier pequeño desbalance ocasionaría una subida o una bajada de peso. Vamos a verlo con más detalle.

¿Por qué engordamos?: Gasto energético

Mujer sedentaria comiendo
El sedentarismo es la principal causa de obesidad, ya que no hay un gasto calórico suficiente para quemar la sobreingesta de alimentos.

Se trata de un elemento que se puede modificar. Existe un gasto energético por el simple hecho de estar vivos, denominado gasto energético basal. A partir de aquí, cualquier actividad física aumenta el gasto de energía diario.

El deporte tiene una doble función, por una parte, supone un gasto energético como tal y, por otra parte, aumenta el tono y el volumen muscular, lo que se traduce en un aumento del propio gasto en reposo. Para maximizar este efecto se debe de priorizar el entrenamiento de fuerza sobre el entrenamiento aeróbico, que, incluso, podría ocasionar una pérdida de masa muscular.

El ejercicio regular es, por lo tanto, un excelente método de control de peso, de acuerdo con un artículo publicado en la revista “Metabolism”. Sirve tanto para prevenir la obesidad como para combatirla.

Las personas sedentarias tienen una mayor facilidad para engordar, puesto que la cantidad de comida que necesitan suele ser inferior a su apetito, lo que conduce a la sobreingesta.

Por tanto, una posible respuesta a la pregunta ‘¿por qué engordamos?’, es porque no realizamos ejercicio físico.

¿Por qué engordamos?: Ingesta calórica

Se trata de la otra variable modificable en la ecuación de la ganancia de peso. Es fundamental intentar adecuar la comida al nivel de actividad. De este modo, la gente deportista tendrá unas demandas energéticas mayores que la gente sedentaria para mantener el peso.

Normalmente, el apetito suele adecuarse a las necesidades energéticas, sobre todo en individuos con morfotipo ecto y mesomorfo. Sin embargo, hay individuos que presentan fallos en la regulación del apetito, bien por desbalances hormonales (hormonas tiroideas y grelina) o por subestimación calórica de los alimentos.

De este modo, mucha gente cree consumir menos calorías de las que realmente come, lo cual se traduce en una ganancia de peso. Esta sería otra posible respuesta a la pregunta ‘¿por qué engordamos?’.

Puede ser perjudicial un excesivo consumo de aceite, pan o productos procesados. Las salsas suelen ser productos que también contribuyen a aumentar la densidad calórica de la dieta. Y no nos debemos olvidar del alcohol. Así lo afirma un estudio publicado en la revista “Obesity”.



Hombre con un vaso de cerveza
El consumo de alcohol empeora los síntomas de las enfermedades digestivas.

Patologías asociadas a la ganancia de peso

No obstante, hay grupos de individuos que pueden engordar aún a pesar de comer aparentemente sano. Es el caso, por ejemplo, de quien sufre hipotiroidismo. Estas personas presentan un déficit en la producción de una hormona que regula el gasto energético. Por lo tanto, sus necesidades se ven disminuidas y la cantidad de comida que necesitan es bastante menor que la que necesita un individuo sin esta patología.

Por otra parte, hay individuos con alteraciones en la producción de la grelina. Esta hormona controla el apetito y está mediada por una serie de receptores. Un fallo en el funcionamiento del receptor puede producir un exceso de la producción de esta hormona, aun cuando las demandas energéticas están cubiertas. Por lo tanto, la consecuencia será un aumento de peso.

Todas estas situaciones suelen escaparse al control dietético y, a menudo, necesitan apoyo farmacológico para ser corregidas. La medicación permite regular los sistemas hormonales y que el manejo nutricional sea más sencillo.

Patologías asociadas a la pérdida de peso

Aparte de enfermedades que desequilibran la ecuación hacia el lado de la ganancia de peso, hay otras que producen el efecto contrario. Un ejemplo claro son el hipertiroidismo o el cáncer, patologías que aumentan el gasto energético en reposo y los requerimientos de nutrientes.

Este hecho se tiene que ver compensado con un aumento de la densidad calórica de la dieta, si esto no es así, concluye con una pérdida de peso que puede llegar a dificultar el control de la enfermedad.

El papel de la microbiota intestinal

No obstante, en los últimos años se está introduciendo una tercera variable en esta ecuación que es el papel de los organismos vivos del intestino. La microbiota podría tener un impacto clave en la absorción de nutrientes y en el aumento del peso corporal.

De este modo, la suplementación con probióticos podría suponer un punto de inflexión sobre las estrategias enfocadas a la reducción de peso. De todos modos, este campo todavía se encuentra en estudio y no se han sacado conclusiones claras.

Engordamos por un desequilibrio energético

El hecho de ganar o perder peso, salvo en situaciones patológicas, es una cuestión puramente matemática. Si comemos más calorías de las que necesitamos, o somos capaces de gastar, engordaremos; de lo contrario, perderemos peso.

Por este motivo, la educación nutricional es un elemento crucial para ser conscientes del número de calorías que ingerimos normalmente. Esto evitará tanto subestimaciones como sobreestimaciones de la comida que comemos y facilitará el control del peso y la prevención de enfermedades complejas.


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