¿Qué es la psicoeducación en la terapia psicológica?
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Tras un diagnóstico, se esconde un desafío: la aceptación de la enfermedad por parte del paciente, de tal modo que inicie y mantenga conductas de cuidado. ¿Cómo lograrlo si hay temores, creencias personales, estigma social y otras vivencias negativas? A través de la psicoeducación.
La psicoeducación es una de las herramientas con las que se trabaja en psicoterapia para lograr que el paciente comprenda cómo funciona su enfermedad y colabore con sus cuidados de manera comprometida, sostenida y responsable. Veamos un poco más.
¿En qué consiste la psicoeducación?
La psicoeducación es una herramienta que se emplea en terapia con el objetivo de que el paciente sea el verdadero protagonista de su proceso de mejora y bienestar. De esta manera, apunta a su empoderamiento y a promover una mayor autonomía, brindando información sobre el padecimiento que sufre.
A través de la psicoeducación, el paciente puede aprender a identificar síntomas, ciclos, cambios o diferentes alertas, que le ayudan a prevenir acontecimientos. Así, adquiere habilidades para afrontar situaciones negativas.
Sin dudas, se trata de una herramienta para el cambio.
La psicoeducación también se emplea con la familia o el entorno del paciente, buscando que se conviertan en partícipes o facilitadores de los procesos. La red familiar o de apoyo puede ser un factor de salud o de riesgo en la recuperación.
De esta manera, además de brindarles información, se les enseñan distintos recursos para acompañar, contener y para que estén preparados en las diferentes circunstancias que puede presentar una enfermedad. Tal es el caso de las recaídas.
Importancia del proceso
La importancia que tiene la psicoeducación radica en que convierte al paciente en un colaborador activo en su proceso terapéutico. Es decir, consigue que su responsabilidad trascienda el marco de lo que acontece en el consultorio.
Por otro lado, también puede ser útil para lograr que el paciente adquiera un nuevo sentido respecto de su enfermedad. Al tener información y estar preparado, puede poner en juego sus recursos y entender lo que le pasa. De este modo, siente que hace algo, que es útil y que tiene poder sobre el padecimiento.
Esto es válido para su entorno, ya que contribuye como herramienta para disminuir el estigma que tienen determinadas enfermedades. Un aspecto que trabajan los profesionales es el de recordarle a la persona que una patología no significa valer menos o ser débil. Así también se abordan cuestiones vinculadas con la autoestima y se mejora la adherencia al tratamiento.
Al ofrecer un espacio de información, se contribuye a desterrar mitos o creencias erróneas sobre determinado diagnóstico.
Cuando la familia se convierte en parte del tratamiento, también son informantes más confiables en las recaídas. Esta información resulta de enorme utilidad para los equipos de salud.
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Ventajas de la psicoeducación
Algunas de las ventajas que encontramos en la aplicación de la psicoeducación en la terapia psicológica son las siguientes:
- El paciente aprende a convivir mejor con la enfermedad, la acepta como parte de su vida, por lo que adquiere un papel más activo. También mejora su actitud y le permite ganar seguridad.
- Mejora la calidad de vida, ya que se asumen pautas de autocuidado.
- Facilita la interacción entre el paciente y su familia. Cuando los seres cercanos conocen lo que sucede, pueden ayudar y comprender. Sus expectativas respecto al proceso de salud-enfermedad son más adecuadas y reales.
- Hay mejor adaptación a la enfermedad, tanto por parte del paciente como de su entorno cercano.
«¿Me estaré volviendo loco, me estoy por morir, esto es grave?». Estas son algunas de las preguntas (acompañadas de todo un correlato emocional) que surgen cuando no contamos con la información suficiente respecto a lo que nos pasa. En este sentido, la psicoeducación permite reducir la ansiedad, la incertidumbre y el temor.
¿En qué casos se utiliza?
La psicoeducación es recomendada para múltiples casos e incluso es empleada por diferentes profesionales. No solo en el marco de una terapia psicológica.
Es especialmente útil para aquellos casos en los que el trastorno o enfermedad tiene características crónicas. Sobre todo, se aplica para pacientes con depresión, ansiedad y esquizofrenia.
Psicoeducación más allá del consultorio: para la vida
La estrategia promueve un abordaje completo de la enfermedad, al enfatizar en los aspectos biológicos, cognitivos y sociales. Tiene como fundamento la educación del paciente para que cuente con información respecto a lo que le sucede.
La información es clave en cualquier tratamiento y es un derecho del paciente que consulta.
La psicoeducación también es un punto de encuentro entre el paciente y el profesional, ya que no se trata de prescribir órdenes, sino de encontrar propuestas y soluciones conjuntas. Que sea el mismo paciente quien pueda descubrir qué le sirve, qué le funciona y qué no.
De esta manera, no es un proceso verticalista ni unidireccional, sino activo y participativo. En este sentido, es importante comprender que se trata de que sea el paciente quien aplique estrategias de autocuidado y quien encuentre las habilidades para afrontar su enfermedad en el momento presente y para el futuro.
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