¿Qué es la anquilostomiasis y qué la produce?
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La anquilostomiasis es una infección intestinal causada por parásitos de las especies Nacator americanus y Ancylostoma duodenale. Se encuentra dentro del grupo de helmintiasis transmitidas por el suelo que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afectan a más de 1500 millones de personas en el mundo.
Esta enfermedad, en particular, causa infección en unas 740 millones de personas en las zonas húmedas tropicales y subtropicales. Se estima que el 10 % de la población mundial presenta a este parásito, el cual causa síntomas intestinales y respiratorios.
Por todas estas razones, dicha condición se considera un problema de salud global. Esta parasitosis provoca retraso del crecimiento en infantes, una reducción de la productividad en adultos, entre otras muchas cosas. Si quieres saber más al respecto, continúa leyendo.
Síntomas de la anquilostomiasis
Tal y como indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la anquilostomiasis suele ser en muchos casos asintomática. Sin embargo, es común que las personas afectadas presenten una área de la piel roja y abultada, hecho que corresponde al lugar de entrada de las larvas de los parásitos.
Las larvas, una vez entran en el torrente sanguíneo del hospedador, viajan por el corazón y los pulmones para poder llegar al intestino delgado. Esto puede provocar fiebre, tos, sibilancias y dificultades respiratorias. Algunos pueden sufrir en esta etapa neumonía eosinofílica, es decir, una reacción autoinmune que afecta a los pulmones.
Según el Manual MSD, una vez los parásitos se alojan en el intestino, el paciente puede experimentar un dolor intenso en la parte superior del abdomen, pérdida de apetito, diarrea y pérdida de peso. En niños y en personas con infecciones duraderas la situación se puede complicar un poco, con algunos de los siguientes eventos:
- Deficiencia de hierro y anemia debido al sangrado de la pared intestinal.
- Malnutrición crónica por la pérdida de proteínas en el plasma sanguíneo.
- Defecación caracterizada por la presencia de sangre en las heces.
¿Cómo se puede dar la infección?
De acuerdo con información de la fundación Healthy Childrens, la infección se produce por el contacto con tierra contaminada de heces humanas. Las larvas, excretadas con las deposiciones de alguien enfermo, pueden permanecer viables en el medio por 3 o 4 semanas y se infiltrarán por la epidermis del nuevo hospedador en cuanto entren en contacto con él.
¿Qué animales se pueden infectar?
Hojas informativas sobre la anquilostomiasis destacan que muchos vertebrados carnívoros pueden infectarse. Se calcula que, en algunos países, hasta el 96 % de los perros y el 80 % de los gatos pueden encontrarse infestados.
Aun así, cabe destacar que estas especies son hospedadoras de los parásitos Ancylostoma caninum y Ancylostoma ceylanicum. Estos no son patógenos usuales para el ser humano, aunque sí pueden causar episodios de lesiones cutáneas. Al no ser parásitos especializados en nuestra especie, el cuadro clínico es mucho menos severo y la infección menos común.
Diagnóstico y tratamiento de la anquilostomiasis
En general, el diagnóstico de la anquilostomiasis es fácil y sencillo. Los parásitos se reproducen en el intestino y liberan sus huevos con las heces, por lo que un análisis de las deposiciones del paciente es más que suficiente para confirmar la patología.
A veces se puede requerir de un análisis de sangre para comprobar si hay anemia y carencia de hierro.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los objetivos del tratamiento contra la anquilostomiasis son los siguientes:
- Curar la infección.
- Tratar las complicaciones clínicas producidas por la anemia.
- Solucionar la malnutrición en los casos en los que se produce.
El albendazol, el mebendazol o el pamoato de pirantel suelen ser los fármacos parasitarios de elección en estos casos. Además, la anemia se puede abordar con pastillas de hierro, y la malnutrición con un aumento de proteínas en la dieta.
Prevención de la anquilostomiasis
En países de condiciones climáticas frías y precipitaciones dispersas, esta patología no es un problema, pues las larvas se proliferan en ambientes húmedos con 18-25 ºC y con lluvias superiores a los 1000 mm/año. En climas secos y ante la exposición directa de la luz del sol, las larvas mueren en poco tiempo.
Por ello, solo se contempla este riesgo en zonas tropicales y subtropicales con un bajo ingreso o situación de salubridad reducida. En estos casos, se recomienda seguir las siguientes indicaciones:
- No caminar descalzo sobre la tierra en ningún ambiente donde exista riesgo de la enfermedad. Hay que recordar que las larvas de estos parásitos penetran por la piel.
- Evitar la ingesta de alimentos sin lavar.
- Por obvio que suene, en caso de tener la enfermedad, es primordial defecar en entornos controlados donde las deposiciones se eliminen de forma aséptica, nunca al aire libre.
¿Qué hay que recordar sobre esta enfermedad?
La anquilostomiasis es una de esas enfermedades infecciosas que suelen pasar desapercibidas por la población general, pero que están bastante extendidas en los lugares más pobres. Si bien en muchos casos es asintomática, en largos periodos de tiempo puede llegar a causar anemia, malnutrición y cuadros más graves.
Por todas estas razones, prevenir el contagio es esencial. Para eso, es conveniente priorizar la higiene y el cuidado. Procura no andar descalzo por tierras húmedas en regiones cálidas, y limpia bien todos los alimentos antes de consumirlos.
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