¿Qué es el Banksying? Un manera muy cruel de terminar con alguien


Revisado y aprobado por la psicóloga Macarena Liliana Nuñez
Aunque solemos imaginar que los finales comienzan con un «tenemos que hablar», cada vez más gente deja que el vínculo se apague solo. Siguen sonriendo, besan como siempre y todavía dicen «te quiero», aunque emocionalmente ya no están. A eso se le llama banksying: una de las formas más silenciosas —y crueles— de terminar con alguien.
No hay despedida clara, solo una distancia que se impone sin que nadie se atreva a nombrarla. Este comportamiento no es solo abandono: es una desaparición premeditada. Y, aunque parezca inofensivo, el vacío que deja confunde, hiere y deja a la otra persona reconstruyendo sola lo que pasó. Identificarlo no siempre es fácil, pero entender cómo se manifiesta puede ayudarte a protegerte.
¿En qué consiste el banksying?
El banksying ocurre cuando alguien ya decidió terminar una relación, pero en lugar de enfrentarlo con honestidad, empieza a retirarse sin decir nada. No hay confrontación, solo una rutina que se enfría: menos tiempo juntos, evasivas, escasa intimidad y una distancia emocional que crece sin explicación.
Es una forma de irresponsabilidad afectiva. Quien la aplica evita asumir sus emociones; quien la sufre queda atrapado en la incertidumbre. Pensamientos intrusivos, ansiedad, culpa y una pérdida de autoestima son respuestas comunes cuando el cierre nunca llega.
A diferencia del ghosting, que ocurre de un día para otro, el banksying es un proceso lento que puede durar semanas o incluso meses. Toma por sorpresa porque, al principio, todo parece seguir igual, pero con el tiempo, la conexión se va apagando. Esa es su crueldad: cuando te das cuenta, ya es tarde, y la otra persona está fuera de tu vida.
El término surge como referencia al artista Banksy, conocido por crear obras que se autodestruyen después de ser expuestas. Así funciona esta forma de ruptura: deja una última marca —una frase ambigua, una actitud distante— y luego desaparece, como si nunca hubiera estado ahí.
¿Cómo saber que te están haciendo banksying?
Al principio puede parecer una mala racha, pero cuando el distanciamiento se vuelve constante y emocional, conviene estar alerta.
1. Ya no hace planes a futuro contigo
Cuando hablas del futuro, se incomoda: cambia de tema, desvía la mirada o responde con un «no pensemos en eso ahora». Lo que antes eran charlas sobre viajes o mudarse juntos, ahora se convierten en evasivas o silencios. Ya no te visualiza en lo que viene. A veces, incluso se adelanta: organiza un viaje o toma decisiones importantes sin contarte y, si lo cuestionas, responde con un «pensé que no te importaría».
2. La intimidad disminuye, al igual que la comunicación
Los besos son fugaces, los abrazos distantes. El «buenos días» desaparece, y en la cama, todo cambia: evita el sexo, pone excusas, lo hace por compromiso o solo te busca para desahogarse. Habla menos, responde con monosílabos y rara vez pregunta por ti. Aunque sigue habiendo contacto, se siente distante y sin afecto.
3. Evita las confrontaciones
Cuando intentas hablar de lo que está pasando, cambia de tema, minimiza lo que sientes o te acusa de exagerar. No propone soluciones ni se abre a una conversación sincera. Prefiere que la relación se desgaste sola, sin confrontar nada ni hacerse cargo.
4. Dejas de ser una prioridad
Antes se organizaba para verte; ahora siempre hay algo más urgente: el trabajo, sus amigos o el teléfono. Cancela planes, responde cuando puede y solo te incluye si le queda tiempo. Ya no te elige: te acomoda donde no estorbas. Y tú lo sientes: pasaste de ser su prioridad a convertirte en un último pendiente del día.
5. No muestra ningún tipo de compromiso para salvar la relación
Notas que algo anda mal, pero él o ella actúa como si nada. No propone hablar, no busca soluciones ni sugiere un cambio. Deja que la relación se enfríe sin hacer el más mínimo esfuerzo por recuperarla. Es como si estuviera esperando que tú tomes la decisión que no se atreve a enfrentar.
¿Cómo afrontar este tipo de ruptura?
Cuando alguien desaparece emocionalmente sin decirlo, el duelo se vuelve más confuso. Pero aunque el cierre no llegue de forma clara, sí hay formas de empezar a sanar.
- Deja de buscar respuestas. Quedarte esperando explicaciones solo alarga el duelo y te mantiene atado a alguien que ya se fue emocionalmente.
- No te culpes por lo sucedido. Que no haya habido un cierre claro no significa que tú hiciste algo mal. A veces, el otro elige irse en silencio porque no sabe —o no quiere— afrontar sus emociones.
- Valida lo que sentiste. El dolor es real, aunque la ruptura haya sido ambigua. Apostaste por alguien que no supo valorarte, y eso también duele.
- Rodéate de personas que te escuchen sin juzgar. Hablarlo te ayuda a entender qué pasó y a sanar desde un lugar más consciente.
- Busca apoyo profesional si lo necesitas. Un terapeuta puede ayudarte a cerrar un ciclo que quedó abierto sin tu consentimiento… y ayudarte a abrir uno nuevo contigo mismo.
Cerrar un ciclo sin explicación
El banksying deja huellas profundas: ansiedad, inseguridad y miedo a confiar de nuevo. Puede afectar tu autoestima, hacerte dudar de tu valor y condicionarte en futuras relaciones.
Sin embargo, lo más doloroso es que te obliga a cargar con una despedida que nunca se dijo, a reconstruir solo una historia que el otro abandonó en silencio. Pero no necesitas una explicación para seguir adelante.
El verdadero cierre no siempre llega con palabras. A veces, comienza cuando decides dejar de idealizar lo que fue y eliges priorizar tu paz. Aunque no hubo un «adiós», puedes escribir tu nuevo comienzo con claridad, conciencia y la fuerza que te dejó esa herida.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.