¿Qué es el síndrome del gemelo evanescente?

El síndrome del gemelo evanescente solo se pudo descubrir debido a los avances en las técnicas de imágenes diagnósticas. Es posible que muchas personas hayan tenido un gemelo al comienzo de su vida, pero no lo sepan porque no hubo ecografías que lo evidenciaran.
¿Qué es el síndrome del gemelo evanescente?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 06 julio, 2023

El síndrome del gemelo evanescente es un hecho muy curioso que tiene lugar durante la gestación. Solo se descubrió debido al avance en las pruebas de ultrasonido que han permitido hacer un seguimiento más detallado al embarazo.

Como el nombre lo sugiere, el síndrome del gemelo evanescente se produce cuando desaparece uno de los embriones durante un embarazo múltiple. Esto significa que una ecografía revela que hay más de un embrión, pero una imagen posterior ya no lo muestra.

En esos casos, es como si uno de los gemelos hubiera desaparecido. Por eso, al síndrome del gemelo evanescente también se le llama «síndrome del gemelo desaparecido». ¿Por qué ocurre esto? ¿A dónde va a parar el embrión que «desaparece»? De todo ello hablaremos enseguida.

¿En qué consiste el síndrome del gemelo evanescente?

Superfetación o quedar embarazada en el embarazo
La ecografía puede detectar que uno de los embriones de un embarazo múltiple ha desaparecido.

El síndrome del gemelo evanescente es el fenómeno que se produce cuando hay dos o más embriones  en un embarazo y uno de ellos «desaparece» de repente. Esto se detecta a través de una ecografía de seguimiento.

Lo habitual es que esto ocurra durante el primer trimestre del embarazo, antes de la semana 16. Al principio de la gestación se ve a dos o más embriones que crecen según lo esperado. Sin embargo, al cabo de unas semanas solo uno de ellos sigue vivo.

Lo que sucede en esos casos es que uno de los embriones es reabsorbido por el cuerpo de la propia madre, por la placenta  o, incluso, por el otro embrión. También se puede dar el caso de que el embrión quede momificado y, luego, aparezca adherido a la placenta.

Contrario a lo que pudiera pensarse, este fenómeno es relativamente común. Según un informe de la American Pregnancy Assotiation, se presenta en el 20 al 30 % de los embarazos.

¿Por qué ocurre?

La ciencia no ha establecido la causa exacta por la que se produce el síndrome del gemelo evanescente. Sin embargo, gracias a diversos análisis genéticos en este tipo de embarazos, se ha establecido que podría ser consecuencia de alteraciones cromosómicas en el feto perdido.

Al parecer, uno de los gemelos tiene anomalías en sus cromosomas desde el comienzo de su desarrollo. Esto lo hace incompatible con la vida. Lo que se supone es que en esos casos la naturaleza actúa y sacrifica al embrión para garantizar la supervivencia del otro embrión.

También se cree que el síndrome del gemelo evanescente puede ser ocasionado por falta de recursos en la placenta. Esta condición se puede dar por sobrecarga. En ese caso también opera un mecanismo de selección natural.

Consecuencias del síndrome del gemelo evanescente

Las consecuencias del síndrome del gemelo evanescente varían de acuerdo con el momento en el que se produzca la desaparición del embrión o del feto. Si ocurre en el primer trimestre , como sucede en la mayoría de los casos, no genera ningún efecto. La gestación puede avanzar de manera normal.

Cuando la desaparición se produce en el segundo o en el tercer trimestre, ya no se habla de síndrome de gemelo evanescente, sino de feto papiráceo. Los efectos varían dependiendo de si los gemelos comparten la placenta o no.

Si comparten placenta, el embarazo se denomina «monocorial» y los vasos sanguíneos de ambos fetos pueden estar comunicados. En esos casos, es posible que se presenten las siguientes consecuencias:

  • Si uno de los fetos presenta falla cardiaca, también sufre una baja de tensión arterial.
  • En esos casos, es posible que el feto que continúa vivo envíe sangre hacia el feto muerto, a través de la placenta.
  • Lo anterior podría causarle una baja significativa del volumen sanguíneo al feto vivo. Esto lleva a que llegue menos oxígeno a sus tejidos.
  • La falta de oxígeno puede provocar daños en los tejidos y los órganos. Si afecta al cerebro, es posible que genere parálisis cerebral.

Cuando los fetos no comparten placenta, se habla de embarazo bicorial. En esos casos, rara vez hay complicaciones para el feto cuando su gemelo muere. Lo usual es que el sobreviviente no sufra ninguna consecuencia.

Impacto psicológico para los padres

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El síndrome del gemelo evanescente es una pérdida que los padres deberían sobrellevar con acompañamiento psicológico. 

El síndrome del gemelo evanescente implica, de un modo u otro, una pérdida. Esto puede provocar sentimientos contradictorios en los padres, ya que han perdido a uno de sus hijos en formación, pero el otro continúa vivo.

Es frecuente que tras la noticia aparezcan sentimientos de tristeza, frustración, culpa, miedo e, incluso, ira. Si la pérdida se produce después del primer trimestre, lo habitual es que esos sentimientos sean más intensos. Sin embargo, en cualquiera de las etapas hay un impacto importante.

Lo anterior podría hacer más difícil el manejo emocional del resto del embarazo. Se requiere de apoyo y de tiempo para superar los efectos de la pérdida. Es importante exteriorizar las emociones y puede ser necesaria la orientación de un profesional especializado en duelo.

¿Qué hay que recordar?

El síndrome del gemelo evanescente tiene lugar cuando uno de los embriones desaparece del útero en el marco de un embarazo múltiple. Esto constituye un aborto involuntario y el embrión es reabsorbido por el cuerpo de la madre o por el otro gemelo.

Este fenómeno no provoca ningún síntoma en la madre, ni genera riesgos para el embrión que continúa vivo, si se produce en el primer trimestre. Cuando se produce en el segundo o tercer trimestre, no se habla de síndrome del gemelo evanescente, sino de feto papiráceo.

En este último caso, el feto no es reabsorbido y, por lo tanto, no desaparece. Si los gemelos comparten placenta, la muerte de uno puede afectar al otro de forma severa. Si no la comparten, no existe mayor riesgo.


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