¿Que es «skyr»? Datos y usos de este lácteo de Islandia
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
El skyr es un lácteo común en Islandia que es ha comenzado a extenderse por diferentes gastronomías debido a su valor nutricional. Se trata de un alimento que puede resultar beneficioso para la salud y que puede complementar de manera eficiente al yogur natural. Cuenta con una dosis elevada de proteínas de alta calidad y grasas de tipo cis, ambos elementos especialmente importantes para lograr alcanzar un buen estado de salud.
Antes de comenzar, es importante destacar que el consumo de lácteos está recomendado por la mayor parte de los expertos en nutrición. Estos productos cuentan con minerales esenciales que ayudan a prevenir el desarrollo de patologías crónicas y complejas. Eso sí, en la medida de lo posible han de consumirse sin azúcares añadidos, ya que, de lo contrario, se podría experimentar un pico glucémico que resultase perjudicial a medio plazo.
Propiedades del «skyr»
El skyr es un lácteo que se elabora a partir de leche desnatada. La temperatura de la misma se eleva hasta los 100 grados centígrados para, después, reducirla de manera drástica hasta los 37 grados centígrados.
Será importante, también, inocular bacterias que permitan la fermentación, por lo que se puede afirmar que el producto cuenta con probióticos en su interior. Antes de finalizar la preparación del producto, habrá que eliminar el líquido, dejando así la parte sólida, con alta concentración en proteínas.
Es clave destacar también que el skyr cuenta con menos porcentaje de grasa que un yogur natural o que otro tipo de lácteos. No obstante, todas ellas son de tipo cis; es decir, beneficiosas. Solamente hay que evitar las grasas trans en la dieta, ya que son las que han demostrado ser capaces de incrementar los mecanismos inflamatorios en el medio interno. Su consumo regular da lugar al desarrollo de patologías.
Beneficios del «skyr»
En primer lugar, el skyr es fuente de proteínas de alto valor biológico. Estos elementos concentran en su interior todos los aminoácidos esenciales. También, presentan una buena puntuación en cuanto a digestibilidad.
Por este motivo, serán óptimos para cubrir los requerimientos diarios que se estiman en al menos 0,8 gramos de proteína por kilo de peso al día en personas sedentarias. Así lo afirma un estudio publicado en la revista Annals of Nutrition & Metabolism.
El consumo de proteínas es fundamental para garantizar una correcta recuperación tras un ejercicio físico intenso. Pero también será determinante para evitar el desarrollo de patologías crónicas y complejas que afecten a la masa magra con el paso de los años, como puede ser el caso de la sarcopenia. Esta cursa con pérdida de masa muscular y de fuerza de manera progresiva, lo que condiciona la funcionalidad de las personas.
Asimismo, el skyr es fuente de probióticos. Estos elementos colonizan de manera selectiva el tubo digestivo generando beneficios para el huésped. Una investigación publicada en la revista Molecular Nutrition & Food Research lo confirma. No solo el sistema digestivo se volverá más eficiente, sino que resultará menos probable que se desarrollen problemas como el estreñimiento.
Además, los propios probióticos pueden ayudar a evitar alteraciones como las intolerancias a ciertos nutrientes. Estas es producen por la incapacidad del organismo de digerir sustancias como la lactosa. Muchas veces están condicionadas por un problema de diversidad a nivel de la microbiota, por lo que incidir sobre este aspecto causará beneficios en poco tiempo.
¿Cómo consumir «skyr»?
El skyr puede consumirse del mismo modo que un yogur natural. Es posible también encontrarlo con diferentes sabores, lo cual mejora sus características organolépticas. Eso sí, será importante evitar las versiones que concentran una gran cantidad de azúcares añadidos en su interior para no generar alteraciones a nivel metabólico.
Además, es un alimento que combina bien con otros comestibles de calidad, como la avena, los frutos secos e, incluso, la fruta troceada. Puede formar parte de los desayunos o de cualquier refrigerio, aportando así nutrientes de calidad que contribuyen a asegurar el correcto funcionamiento del sistema digestivo.
No se debe olvidar tampoco que existe la alternativa de incluir el skyr en las recetas saladas. Suele quedar muy bien con aguacate, con salmón ahumado e, incluso, en tostadas. Las opciones para introducir este lácteo en la dieta son variadas por lo que te aconsejamos que lo pruebes.
«Skyr» para los deportistas
Más allá de los beneficios comentados, el skyr es especialmente positivo para la dieta de los deportistas. Consigue aportar proteínas de alta calidad bajo un contexto de densidad energética baja.
Gracias a ello, se podrán optimizar los procesos de recuperación sin poner en riesgo el estado de composición corporal. Incluso, se podría introducir en el contexto de una dieta hipocalórica que tiene como objetivo reducir el porcentaje de grasa del organismo.
Asimismo, el skyr es buena fuente de calcio. Este elemento contribuirá a mejorar la salud ósea, previniendo fracturas en un futuro. Normalmente, los huesos de los deportistas están sometidos a un estrés elevado, por lo que será clave optimizar el aporte de vitamina D y de calcio, y mejorar el estado de la masa muscular para evitar lesiones.
Incluye el «skyr» en la dieta de forma regular
Como has podido comprobar, el skyr es un alimento muy beneficioso que puede formar parte de la dieta de manera regular, mejorando así la calidad de la misma. Este producto consigue aportar una buena cantidad de nutrientes esenciales. Además, es muy versátil a nivel culinario. Presenta unas excelentes características organolépticas, de forma que puede combinarse con alimentos muy distintos.
Eso sí, recuerda que siempre habrá que fijarse en el etiquetado de los lácteos. No todos gozan de una buena calidad. En ocasiones, pueden concentrar en su interior aditivos artificiales, como los edulcorantes, cuyos efectos a medio plazo no están del todo contrastados. En líneas generales, conviene ser cautos con el consumo de dichas sustancias para evitar disfunciones en un futuro que puedan condicionar a la salud.
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