¿Qué puede causar la hipertensión?
A la hipertensión se le conoce también como el “asesino silencioso” ya que quienes la padecen no notan ningún síntoma hasta que tienen un problema en el corazón, los riñones o el cerebro. En otras palabras, no se sabe que se padece esta enfermedad hasta que surge una complicación grave o bien, se acude a revisión por alguna otra molestia y se termina recibiendo el diagnóstico.
Una vez se recibe el diagnóstico es necesario realizar ciertos ajustes en el estilo de vida y mantener una serie de cuidados. Además, será fundamental seguir las indicaciones del doctor y cumplir con un tratamiento farmacológico. Todo ello con la finalidad de disfrutar de la mayor calidad de vida posible.
¿Cuáles son las causas de la hipertensión?
George L. Bakris, médico de la Universidad de Chicago, explica lo siguiente:
“A menudo no es posible identificar la causa de la hipertensión, pero algunas veces se produce a consecuencia de una enfermedad renal subyacente o de un trastorno hormonal”.
A lo anterior habría que añadir que hay otras enfermedades (como la diabetes y la obesidad) que también pueden figurar entre las causas de la hipertensión.
Ahora bien, está claro que los malos hábitos de vida (como el tabaquismo, el alcoholismo, el sedentarismo, entre otros) también pueden contribuir en el desarrollo de esta enfermedad. De hecho, entre las primeras recomendaciones que se realiza a los pacientes se destacan las siguientes:
- Perder peso.
- Dejar de fumar.
- Aprender a gestionar mejor el estrés.
- Mejorar los hábitos alimenticios y, sobre todo, reducir la cantidad de sodio en las comidas, así como los alimentos grasos.
En vista de que el corazón tiene que esforzarse para bombear con más fuerza de lo normal para cumplir su función y enviar sangre al resto de los órganos, los riesgos de sufrir complicaciones aumentan. Algunas de las más graves son los infartos y la angina de pecho.
Otras complicaciones pueden incluir los siguientes síntomas: dolores de cabeza intensos, fatiga, náuseas, vómitos y visión borrosa. Cabe destacar que estos pueden derivarse de lesiones y hemorragias.
Cuidados y medidas a cumplir
Una vez que se recibe el diagnóstico de hipertensión, es fundamental seguir todas las pautas del médico y monitorear la presión arterial con regularidad. Para ello, será conveniente aprender a utilizar alguno de los siguientes instrumentos:
- Esfigmomanómetro, este se coloca en el brazo y es muy parecido aun reloj.
- Baumanómetro, es conocido como barra de mercurio y requiere el uso de estetoscopio.
- Medidores de presión digitales, son nuevos y no siempre son precisos.
Cuando se toma la presión debemos tener en cuenta dos valores: El elevado es cuando el corazón se contrae y es llamado sístole. Por otro lado; el bajo es la relajación entre un latido y otro y se le conoce como diástole. Los valores normales en los adultos son de 120-80. Si los valores pasan de 140-90 y la persona está relajada, se considera hipertensa.
Otras recomendaciones para la hipertensión
- Mantener un peso corporal adecuado y estable.
- Mantener controlados los niveles de colesterol.
- Realizar ejercicio a diario para mejorar la oxigenación.
- Dejar a un lado el hábito de fumar y de beber alcohol, puesto que aceleran el ritmo cardíaco y causan hipertensión.
- Tomar los medicamentos recetados, respetando los horarios y las dosis indicadas por el médico.
- Mantener una alimentación equilibrada y sana, rica en frutas, verduras, cereales integrales.
- Evitar las carnes rojas y las grasas saturadas, ya que pueden aumentar el colesterol en la sangre.
- Reducir el consumo de sal ya que el sodio produce retención de agua, aumentando el volumen de sangre y la fuerza que realiza el corazón para bombearla.
- Aprender a gestionar mejor el estrés y procurar reducir los factores que puedan provocarlo, ya que mientras más tranquila pueda estar la persona, menos probabilidades habrá que su presión arterial se eleve.
- No descuidar los controles médicos para estar seguros de que el tratamiento está dando los resultados esperados y que todo marcha bien.
Conclusión
En resumen, para sobrellevar esta enfermedad sin ningún contratiempo, debes seguir las indicaciones de tu médico, respetar los horarios de las medicinas y cuidar la alimentación. De esta manera, podrás disfrutar de una buena calidad de vida.
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