Cómo quitar el dolor muscular sin tomar analgésicos
Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila
Quitar el dolor muscular sin tomar analgésicos es posible mediante algunas prácticas muy sencillas de estiramientos y ejercicios suaves. Por supuesto, el reposo prudente y la buena hidratación también serán claves a lo largo del proceso.
A diferencia de lo que se suele pensar, no es recomendable el reposo absoluto –a menos que el médico así lo indique–, pues luego puede afectar la movilidad y la ejecución normal de actividades.
Tampoco es recomendable recurrir a la automedicación porque así se “ocultan” o “disimulan” las molestias, pero no se atienden de raíz y luego el problema puede empeorar. De hecho, solo cuando el médico nos ha pautado un tratamiento determinado es recomendable tomar medicamentos analgésicos o antiinflamatorios.
Veamos a continuación cuáles son las opciones que tenemos para quitar el dolor muscular.
Consejos para eliminar el dolor muscular
Podemos aplicar los siguientes consejos para mitigar el dolor de espalda relacionado con malas posturas durante la realización de alguna actividad en concreto o al dormir, así como también después de haber realizado una rutina de ejercicios demasiado exigente.
También podemos ponerlos en práctica como método de prevención de molestias cuando nos proponemos abandonar el sedentarismo y adoptar un estilo de vida más activo.
1. Hielo
La aplicación de hielo mediante compresas frías permite reducir la inflamación en los músculos al momento que se empiezan a notar las molestias. No obstante, para que esta técnica surta efecto debes aplicarla de inmediato (cuando comiencen las molestias). No sirve de nada poner hielo en la zona dos días más tarde.
- Para evitar quemar la piel envuelve los cubitos en un paño o bolsa plástica y mantén entre 10 y 15 minutos.
- Otra opción es darse una ducha de contraste con agua fría y caliente.
Descubre: 6 técnicas de hidroterapia para mejorar la salud de manera natural
2. Calor
Si la aplicación de hielo no funciona porque la zona no está inflamada, entonces se puede colocar una compresa caliente sobre la zona. Para ello se pueden utilizar los sacos de semillas.
- Toma una ducha con el agua lo más caliente que puedas soportar para que relaje los músculos.
- Una buena opción es preparar un baño de inmersión con sales de Epsom o espuma.
- Por su parte, los baños de vapor son muy efectivos para relajar la tensión y reducir el dolor muscular. Puedes hacerlo en casa, ir a un sauna o a un spa (donde quizás también te hagan masajes descontracturantes).
3. Haz estiramientos
- Podemos hacerlos en cualquier sitio ya sea en la oficina, en el gimnasio o en casa.
- Una serie de estiramientos de unos 10 minutos de duración nos puede servir para reducir los dolores por estar mucho tiempo en la misma postura o por una rutina de ejercicio fuerte.
- La elongación no sirve si el músculo está lesionado o si lo forzamos demasiado.
- Todas las mañanas apenas te levantes cumple con una rutina de 5 minutos que incluya estiramientos de brazos y piernas. Así reducirás el dolor y evitarás contracturas mayores. Además es una excelente manera de comenzar la jornada.
4. Camina
La recuperación activa es muy interesante porque evita el sedentarismo. Si últimamente te duelen demasiado los músculos debido a tu trabajo estático, entonces trata de caminar un poco más.
- No hace falta que sean kilómetros. Puedes comenzar con algunas calles, por ejemplo, dejando el coche aparcado un poco más lejos de la oficina.
- Mientras caminas puedes rotar los hombros, mover los brazos y girar la cabeza hacia los laterales para lograr un mayor alivio.
5. Fisioterapia
Para quitar el dolor muscular no es recomendable intentar hacernos automasajes si no tenemos una idea de cómo hacerlo adecuadamente. Por ello, lo mejor es ponernos en manos de un experto, es decir, en manos de un fisioterapeuta.
Lo ideal sería visitar a un experto una vez por semana en el caso de que los dolores sean habituales o frecuentes. Aplicará técnicas eficaces e incluirá cremas, aceites o geles que descontracturen y “descarguen” la zona adolorida.
Descubre: Consejos para dar masajes relajantes
6. Descansa
El estrés, la ansiedad, la rutina y las obligaciones son los principales causantes de dolores musculares. Por eso es fundamental dormir bien cada noche y, si podemos, también unos 20-30 minutos por las tardes.
Trata de ir a la cama siempre a la misma hora y cumplir con, al menos 8 horas de descanso diario. No olvides que durante la noche los músculos se recuperan y curan.
7. Haz friegas
Según la zona del cuerpo que te duela puedes disfrutar de las ventajas de las friegas naturales. Básicamente se trata de frotar los músculos con un paño o toalla mojados con agua caliente.
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8. Haz yoga
Para quitar el dolor muscular (o bien evitarlo, según sea el caso) también es posible recurrir al yoga.
De hecho, la práctica regular de esta disciplina mejora la flexibilidad, previene los calambres y aleja el estrés. Justo lo que puede que al cuerpo le esté faltando.
Si no puedes ir a un centro especializado en yoga, trata de cumplir con una rutina sencilla en casa varias veces por semana. Hay muchos vídeos online que pueden serte de utilidad para este fin.
9. Come bien
Muchas veces la falta de ciertos nutrientes nos hace más propensos a las contracturas, los calambres y los dolores musculares.
- Trata de llevar una dieta equilibrada que incluya todos los grupos alimentarios: proteínas, hidratos de carbono, grasas saludables y azúcares simples como la miel.
- Las frutas y las verduras de estación no pueden faltar en tus comidas, así como tampoco las legumbres, los frutos secos y la carne magra.
- Mantén un consumo bajo de sal.
10. Bebe agua
Cuando los músculos no están bien hidratados son más vulnerables y no pueden recuperarse como corresponde. Si a eso le sumamos una práctica excesiva de deporte o demasiado sedentarismo, no es extraño comprender por qué nos duelen.
Para evitarlo, hay que beber suficiente cantidad de agua al día, en función de la sed. No tienen por qué ser dos litros obligatoriamente, pero sí más de 3 vasos al día.
En caso de que el dolor no se alivie con ninguno de los consejos aquí mencionados, habrá que consultar con el médico. Es posible que sea necesario tomar algún tipo de analgésico o antiinflamatorio y seguir un tratamiento concreto que incluya sesiones de fisioterapia periódicas.
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