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¿Qué debes saber sobre el linfoma cutáneo?
Los linfomas cutáneos son un tipo de cáncer de los linfocitos que actúan atacando a la piel y generan sarpullidos y tumoraciones de diversa índole. Se trata de una enfermedad muy poco conocida.

El linfoma cutáneo de las células T (CTCL) es un tipo de cáncer que, como su propio nombre indica, comienza en un tipo de glóbulos blancos, es decir, los linfocitos T. Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, los linfocitos B también pueden verse afectados por esta patología, aunque la presentación primaria y más común es la ya nombrada.
El linfoma cutáneo se presenta, en la mayoría de los casos, bajo un trastorno denominado micosis fungoide. Desde luego, estamos ante una patología atípica de difícil abordaje, pues sus causas y las manifestaciones clínicas aún no están del todo claras. Aquí te presentamos, entonces, todo lo que debes saber sobre el trastorno.
¿Qué es el linfoma cutáneo?
Como hemos dicho con anterioridad, el linfoma cutáneo es un tipo de cáncer atípico que tiene su origen en los linfocitos (glóbulos blancos). Según el Instituto Nacional del Cáncer (NIH), en condiciones normales, la médula ósea produce los precursores de dichas células que se diferenciarán para producir anticuerpos y combatir infecciones.
En este término general de cánceres cutáneos, las células protectoras desarrollan anomalías que les hacen atacar la piel. El ataque mal dirigido provoca una serie de lesiones dérmicas de diversa naturaleza, las que se recogen en dos cuadros clínicos distintos: la micosis fungoide y el síndrome de Sézary (una forma más agresiva).
Cabe señalar que todo este conglomerado clínico se encuentra englobado dentro del grupo de linfomas no hodgkinianos, es decir, un conjunto de enfermedades del sistema linfático que abarca a todos los linfomas, menos el de Hodgkin. Este último es una patología mucho más estudiada y conocida.
¿Cómo se distribuye en el mundo?
Existen estudios epidemiológicos que ponen en perspectiva la situación global de este grupo de enfermedades. Algunos datos esenciales son los siguientes:
- La incidencia global del linfoma cutáneo es de 0,36 casos por cada 100 000 habitantes al año.
- El 80 % de los linfomas cutáneos provienen de la proliferación clonal de linfocitos T, con un comportamiento clínico y biológico muy heterogéneo.
Poca más información tenemos que aportar a nivel mundial, pues como reportan estas fuentes bibliográficas, estamos ante una patología que ha sido fuente de debate en la literatura médica. Todavía plantea problemas de detección en un buen número de casos.
Para saber más: Tratamiento del linfoma de Hodgkin
Síntomas
Organismos oficiales, como la Clínica Mayo, recogen algunos de los síntomas más comunes del linfoma cutáneo de las células T. Si bien es cierto que el cuadro clínico puede ser muy diverso, aunamos los signos usuales a continuación:
- Manchas redondas de la piel.
- Protuberancias que se forman en el tejido dérmico y se pueden abrir.
- Agrandamiento de los ganglios linfáticos.
- Pérdida de pelo.
- Piel erupcionada y enrojecida en todo el cuerpo.
Como podemos ver, la presencia de un sarpullido rojo en la piel, que produce picor en el 20 % de los casos, es un síntoma de linfoma cutáneo y, en específico, de micosis fungoide. Según el NIH, esta enfermedad se puede presentar en cuatro etapas diferentes:
- Etapa premicótica: aparece un sarpullido rojizo y escamoso en partes del cuerpo no expuestas al sol. No produce picores y es posible que permanezca en el paciente durante meses o años.
- Fase de manchas: esta erupción da lugar a otro sarpullido similar a un eccema.
- Fase de placas: se presentan una serie de bultos (pápulas) o lesiones duras en la piel.
- Etapa tumoral: se forman tumores en la piel.
Desde luego, las primeras etapas de esta enfermedad nunca son asociadas a un proceso cancerígeno. Además, según el tipo de linfocito afectado, el cuadro clínico y las fases serán variables. De todas formas, de acuerdo a otros estudios científicos, son patologías de curso lento y progresivo que afectan la calidad de vida del paciente.
Causas
No se conocen las causas exactas de los linfomas cutáneos. El cáncer comienza cuando se producen mutaciones a nivel del ADN en las células, pero el motivo subyacente de este error en los linfocitos no se conoce. En la gran mayoría de los casos tampoco se cree que la causa sea genética o hereditaria.
Además, según libros profesionales, no se ha observado una correlación clara entre estos procesos tumorales y la exposición a agentes químicos dañinos. A pesar de todo este desconocimiento general, sí que se ha registrado que aparecen más en gente adulta, mayores de 20 años, y que son más prevalentes en hombres que en mujeres.
Tratamiento
Se pueden utilizar diversos tratamientos para abordar los linfomas cutáneos. Según fuentes ya citadas, la terapia fotodinámica, la radioterapia y la quimioterapia son los caminos a seguir. Estos procedimientos tienen como finalidad eliminar a las células cancerosas y evitar su proliferación.
También se pueden emplear medicamentos accesorios, como corticoides o retinoides, ya sea para aliviar la sintomatología del paciente enfermo o para retrasar la proliferación de células cancerosas.
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Un cáncer poco conocido: el linfoma cutáneo
Como hemos podido ver en estas líneas, estamos ante un tipo de cáncer muy poco conocido y de presentación excepcional. Las probabilidades de presentar esta patología son bajas, por lo que ante un sarpullido generalizado, siempre son más probables otras causas que un cáncer.
Estas enfermedades ponen en evidencia el largo camino que aún nos queda por recorrer como sociedad para entender la naturaleza y las causas del cáncer. Desde luego, solo el tiempo y la ciencia nos otorgarán respuestas.
Graduado en Biología por la Universidad de Alcalá de Henares (2018). Máster en Zoología en la Universidad Complutense de Madrid (2019). A lo largo de su carrera estudiantil, se ha especializado en áreas de parasitología, epidemiología, microbiología y otras ramas que convergen entre la ciencia experimental y la medicina.
Formó parte de un equipo de investigación del departamento de Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) durante dos años, durante los cuales obtuvo conocimiento específico acerca de ADN, heredabilidad y otras cuestiones genéticas.
A día de hoy, se dedica a tiempo completo a la divulgación científica, redactando para portales de índole médica, psicológica y epidemiológica.