5 señales de que tu bebé podría tener hambre
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Para los padres de los recién nacidos todo es nuevo y desconocido. También lo referente a su alimentación. Existen algunas señales de que el bebé podría tener hambre y que pueden orientar un poco en estos momentos de dudas y preocupaciones.
En el siguiente artículo conocemos algunas de ellas y cómo saber si el pequeño se queda hambriento o tiene todos los nutrientes necesarios para desarrollarse con normalidad.
¿Cuáles son las principales señales de que mi bebé podría tener hambre?
Como indican la mayoría de los expertos en alimentación infantil, la leche materna es el mejor alimento para el bebé. O bien las leches de fórmula o sustitución si no se puede amamantar por la razón que sea.
Las tomas tienen que ser a demanda y la principal guía es la sensación de hambre del propio bebé. Es necesario aprender a interpretar estos signos tanto de hambre como de saciedad. Al principio puede parecer complicado, pero con el paso de los días todos los padres y cuidadores acaban encontrando la forma.
Si bien cada caso es único, existen algunas señales que indican que el bebé tiene hambre y que suelen ser válidas para todos los niños en general.
1. Busca el pecho
Si el bebé está en brazos y acerca la cabeza a la zona pectoral o al pezón es que tiene hambre y quiere encontrar el pecho. También puede mover mucho la cabeza de un lado a otro como buscando comida.
2. Está más activo
Se muestra más despierto y atento a lo que pasa alrededor y realiza movimientos constantes. Esto indica que el bebé tiene hambre, pues esta sensación les causa un poco más de excitación.
3. Intenta succionar
Un niño que tiene ganas de comer realiza movimientos de succión con la boca, aunque no tenga chupete ni ningún juguete o mordedor. También es habitual que acerque las manos a su boca y se las chupe con insistencia.
4. Saca la lengua
Los chasquidos con la boca y los movimientos de la lengua también pueden llegar como señal de necesidad y ganas de comer. Aunque a veces el ruido es muy suave y casi imperceptible.
5. Llora y se enfada
El llanto de un bebé casi siempre es señal de que algo no va bien y, algunas veces, es debido a la sensación de hambre que tiene. Sin embargo, llegar al punto de llorar indica que hace tiempo que necesita comer.
Si se da el caso es mejor calmarlo antes de ofrecerle la toma, porque de lo contrario estará demasiado nervioso para que sea buena. Además, puede tragar más aire de lo normal y sufrir después problemas de gases y malestar.
Cómo saber si quedó con hambre después de haber sido alimentado
Reconocer cuando el bebé quiere comer es una de las principales preocupaciones. Sin embargo, aquí no acaban las dudas, ya que puede asaltar otra preocupación habitual: saber si el bebé come suficiente o se queda con hambre. En este caso también se aprende a interpretar algunos signos.
- Disminuye su tono muscular: esta es el señal más habitual durante los primeros seis meses de vida, junto con una reducción de su actividad. La relajación indica la saciedad.
- Pierde el interés por el pecho o la tetina: el bebé aparta la boca del pezón o del biberón cuando ya no tiene más hambre. Si se vuelve a ofrecer la leche y sigue sin mostrar interés es que está de verdad satisfecho.
- Centra su atención en otras cosas: una vez han quedado saciados es habitual que tengan ganas de hacer otras cosas. Puede ser que mire hacia otro lado con insistencia o siga con la mirada algún juguete. En definitiva, la comida pasa a un segundo plano.
- Está contento: si la toma ha sido satisfactoria para el bebé y ya no tiene más hambre se muestra contento, ríe e incluso juguetea. Si por el contrario está cansado va a mostrar señales de tener ganas de ir a dormir.
¿El bebé puede comer de más?
Es tan importante conocer y respetar las señales de que el bebé podría tener hambre como las que indican que ya está saciado. Ellos tienen claro cuándo deben parar de comer y es raro que coman de más.
No se aconseja nunca obligar a los más pequeños a comer, tampoco durante la lactancia. El hambre de los niños pequeños es muy errático e impredecible y las cantidades pueden variar mucho de un día a otro o incluso entre tomas.
El llanto de un bebé no siempre indica que tiene hambre. Si de verdad quiere comer, al acercarlo al pecho succionará la leche. Algunas veces, en cambio, necesitan estar cerca del mismo, pues les aporta sensación de tranquilidad y seguridad.
Signos de que mi bebé está bien nutrido
La mejor forma de saber que un bebé come lo necesario es su crecimiento. Si aumenta de peso y se desarrolla de forma progresiva y dentro de los parámetros habituales es que no se queda con hambre y tiene todos los nutrientes.
Es importante seguir con las visitas de seguimiento y todos los controles de pediatría. Allí se resuelve cualquier duda acerca de la alimentación del bebé, además de mantener un seguimiento de su estado de salud.
Es fundamental fijarse en sus deposiciones y su orina. El bebé que come suficiente defeca varias veces al día y las heces son líquidas y de color amarillo. Su orina también es clara y abundante.
En cambio, si muestra alguna de estas señales puede ser un signo de que algo no va bien con su alimentación:
- Se muestra soñoliento, cansado y con poca energía, incluso para succionar.
- Dedica mucho tiempo (más de 45 minutos) a hacer una toma o a beber un biberón.
- Sus heces son escasas o de color verde y también hace poca orina.
- El aumento de peso es poco o no lo suficiente para su edad.
Las señales de que el bebé podría tener hambre ayudan a controlarlo
Los recién nacidos necesitan ser alimentados a menudo. Por norma general, cada dos o tres horas o incluso más veces en algunos casos.
Una de las principales preocupaciones de las madres que amamantan es si su leche es alimento suficiente para el bebé. La cantidad y composición se adapta según cambian las necesidades, incluso en cada toma de un mismo día.
Durante su desarrollo los bebés pasan por unos picos de crecimiento. Es habitual que tengan más hambre y quieran comer más a menudo. Esto no quiere decir que la leche ya no sea buena para ellos.
Pasa lo mismo con los bebés que se alimentan con leche de fórmula. Las cantidades señaladas son pautas para la preparación correcta del biberón, pero es necesario entender y respetar sus ganas de comer.
Ellos tienen señales propias para indicar el hambre y la saciedad y con el tiempo todos los padres las saben interpretar. Controlar el crecimiento con el pediatra y su ritmo de deposiciones y orina son los mejores signos para saber que come lo que necesita.
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