¿Qué es el “síndrome burnout” y cómo evitarlo?
Si sientes que tu cabeza está a punto de explotar o que tus neuronas prácticamente se han quemado de tanto trabajar o estudiar, entonces quizás estés sufriendo el síndrome burnout.
Se trata de un padecimiento causado por el estrés excesivo y prolongado que afecta tanto nuestro rendimiento mental y físico como a nuestras relaciones personales.
El síndrome burnout, o “tener la cabeza quemada”
Quemado o fundido es traducción de la expresión inglesa “burn out” que da nombre a este síndrome.
Se trata del desgaste ocupacional que sucede luego de varios días, semanas o meses de trabajar casi sin detenernos o sin descansar lo suficiente.
Si bien podemos pensar que se trata de una frase del siglo XXI, ya se hablaba de ella en la década de 1970.
El concepto de burnout apareció por primera vez en 1969 como una especie de metáfora a lo sucedido con los oficiales de policía de libertad condicional.
En ese momento se hablaba de un fenómeno psicosocial, que luego fue modificado en 1974 para añadirle los síntomas habituales: agotamiento, cansancio y frustración.
Ya en los años 80, las psicólogas Chritina Maslash y Susan Jackson lo definen como un síndrome de agotamiento emicional y despersonalización producto de la adicción y las sobre cargas de trabajo.
Síndrome burnout: causas y síntomas
El burnout se puede dividir en tres etapas:
- Desequilibrio en la cantidad de trabajo y poca posibilidad de responder a este.
- Presencia de respuesta emocional negativa en quien lo sufre.
- Cambio de conducta o actitud en la persona afectada.
Este problema suele aparecer con más frecuencia en aquellos que eligieron su empleo por vocación.
También son más vulnerables las personas con trabajos que requieren mucha interacción con clientes-pacientes-alumnos, así como en los deportistas de élite, los teleoperadores y los ingenieros.
Al principio el malestar y manifestaciones aparecen durante la jornada laboral, pero luego alcanzan la vida personal y social.
Vale decir también que en las mujeres prevalecen más los síntomas que en los hombres.
Las principales causas del síndrome burnout son:
Organización y burocracia
Algunos trabajos requieren de demasiado papeleo y formularios.
Las tareas se vuelven tediosas, rutinarias y a contrarreloj, ya que nunca hay tiempo suficiente para organizar carpetas y expedientes o colocar en su lugar tanta documentación.
Expectativas externas
No solo trabajamos para conseguir buenos resultados o cumplir nuestras metas, sino también para alcanzar las expectativas de los demás (la familia, la pareja, el jefe, etc.).
Los trabajadores pueden, a su vez, tener una idea diferente a su actividad laboral y deben adaptarse a la realidad, lo que puede ocasionar depresión, frustración y decepción.
Si las expectativas no se cumplen, las consecuencias son tan graves que la persona incluso puede renunciar a su empleo o solicitar un traslado a un puesto “más sencillo”.
La ansiedad, la apatía y la tristeza son signos típicos en una situación de estas características.
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Cualidades personales
No existe un perfil marcado de las personas vulnerables a sufrir el síndrome burnout, pero algunas cualidades o rasgos de la personalidad aumentan el riesgo de padecerlo.
Por ejemplo, aquellos dependientes, conformistas e inseguros pueden sufrir más depresión y fatiga al enfrentarse a situaciones que estresan.
Tipo de puesto
Aquellos empleos que incluyen atención al público y un contacto constante con otras personas -sobre todo si la relación se basa en quejas o reclamos- aumentan los niveles de estrés y provoca cambios en la conducta.
Un cliente insatisfecho o un servicio deficiente “contagia” el humor del trabajador.
Demasiada responsabilidad
Algunos puestos, como el de jefe o gerente, exigen más concentración, atención y responsabilidad. Un error, por pequeño que sea, trae consecuencias.
El riesgo de padecer el síndrome es superior en aquellos profesionales que están sometidos a mucho estrés o de cuyo desempeño depende la vida de otra persona, como el caso de los médicos.
Jornadas laborales extensas
Cuando se trabaja a tiempo completo los empleados sienten el desgaste y las presiones hasta tal punto de no soportar siquiera un día entero sin sentirse abrumados.
Es más probable en puestos de 10 o 12 horas de trabajo.
Trabajos monótonos
Hacer la misma tarea durante días o semanas no solo es aburrido, sino que, además, no cuenta con los incentivos suficientes como para hacer las cosas bien o mejorar.
La frustración y el estrés no tardan en aparecer. Luego llega el enojo, la irritabilidad y, por supuesto, la “cabeza quemada”.
¿Cómo saber si sufro de burnout?
El sindrome de burnout termina convirtiéndose en un estrés crónico, causado por el trabajo
Los síntomas más habituales del “síndrome del trabajador quemado” son:
- Baja autoestima y poca realización personal (falta de sentido por las tareas realizadas, sentimiento de fracaso, metas poco claras, agotamiento e impotencia).
- Cambios de humor (impaciencia, comportamiento agresivo, irritabilidad).
- Problemas para pensar en el futuro, dificultad para concentrarse, desmotivación, agotamiento mental y falta de energía.
- Aburrimiento, estado de nerviosismo permanente, taquicardias.
- Insomnio o pesadillas, necesidad de dormir todo el fin de semana.
- Deterioro cognitivo (falta de memoria o dificultad para aprender tareas nuevas, problemas de comunicación)
- Absentismo en el trabajo, bajo rendimiento laboral o académico
- Dolor de cabeza, mareos, dolores musculares o articulares
- Mayor riesgo de obesidad y alteraciones en el apetito
- Cambios en la conducta sexual
Cómo superar el síndrome de Burnout
Si sospechas de tener síndrome de burnout, lo primero que hay que hacer es buscar el apoyo de familiares, amigo e incluso de un especialista que te ayuden y orienten con una visión imparcial.
Hay que tener la mente abierta y evaluar la situación. Algunas recomendaciones alternativas permiten bajar la presión y orientar mejor las ideas.
- Administra mejor las obligaciones. Una vez detectado el problema organiza tu tiempo y tus prioridades.
- Trabaja con los supervisores. Cuéntales tus problemas laborales de forma profesional y traten de encontrar un balance positivo en tus labores.
- Cambia la actitud. Busca un nuevo incentivo en tu trabajo.
- Busca otras opciones. Si concluyes que no estás hecho para el trabajo que tienes, evalúa un cambio.
- Haz ejercicio. Es un gran aliado para despejar la mente, dejar atrás los problemas y liberar el estrés.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- The measurement of experienced burnout. Chritina Maslash and Susan Jackson. Jourbal of OCupational Behaviour. Vol. 2.99-113 (1981)
- Depression: What is burnout? (2017). ncbi.nlm.nih.gov/pubmedhealth/PMH0072470/