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Síntomas tempranos de demencia: ¿cómo detectarlos?
Hacer ejercicio físico a diario, dormir bien, cultivar la autoestima, mantener una dieta equilibrada son hábitos que pueden aportar múltiples beneficios a la salud, incluyendo en lo que respecta a la prevención de la demencia.

Muchas personas preguntan qué signos pueden ser síntomas tempranos de demencia que desencadenen en una enfermedad neurodegenerativa asociada a la edad, y más en concreto, la demencia.
La demencia es un término genérico para describir los síntomas que afectan al razonamiento, la memoria y la actividad cognitiva, como resultado del deterioro natural con la edad.
Algunos signos pueden ser significativos, pero siempre requieren que se contrasten con un especialista. No todas las personas tenemos las mismas capacidades y habilidades todos los días, y hay que tener en cuenta que el estado emocional ejerce una gran influencia en esto también.
Por consiguiente, hay que distinguir bien entre una sensación de aturdimiento, como consecuencia de atravesar un periodo de estrés, y nerviosismo, por ejemplo.
Posibles síntomas tempranos de demencia
A pesar de que cada caso es distinto, podemos nombrar síntomas tempranos de demencia que suelen ser comunes:
Sentidos:
- Tener menos olfato. La pérdida de olfato (total o parcial) suele ser uno de los síntomas tempranos de demencia y en concreto: alzhéimer y párkinson.
- Peor gestión de la visión. La información visual puede volverse dificultosa, por ejemplo, a la hora de calcular las distancias o las diferencias de colores. También la capacidad de lectura empeora y cuesta más entender lo que se está leyendo.
Dificultades generales
Por lo general, existen algunos síntomas que podrían indicar la aparición de la demencia en un futuro.
- Problemas para expresarse y escribir. Se experimentan dificultades para entablar o participar en una conversación. Se les olvida lo que acaban de decir, se olvidan de palabras sencillas y la gramática empeora. También comenten más errores gramaticales y en los signos de puntuación. La escritura se vuelve más difícil de leer y comprender.
- Pérdida de objetos. Suele ser frecuente que no recuerden dónde han colocado los objetos rutinarios y cotidianos (las llaves, el mando de la tele, el monedero, etc).
- Dificultad para realizar las tareas domésticas. A veces pierden la capacidad de elaborar tareas sencillas como hacer una taza de té, encender la televisión, manejar el ordenador o llegar a casa de un familiar conocido.
- Lentitud al tomar decisiones. Aumento de las dificultades para tomar decisiones como por ejemplo planear un itinerario o decidir qué receta vas a hacer. También a la hora de seguir las indicaciones para preparar la receta o para seguir el itinerario adecuado cuando vas conduciendo.
- Fallos de la memoria. Una persona con demencia tiene más dificultades a la hora de recordar información de cosas que ha aprendido recientemente, como fechas, nombres o lugares que ha visitado. Se les olvida la cita médica que tenían prevista o incluso se les puede olvidar apuntar la cita médica.
- Fácil desorientación y pérdida de la noción del tiempo. Las personas con demencia son proclives a desorientarse en lugares que visitan con frecuencia y olvidar incluso la razón por la que se encuentran en ese lugar. También presentan dificultades a la hora de analizar el paso del tiempo. Se les olvidan fechas importantes y a veces encuentran dificultades para distinguir el pasado y el futuro.
Descubre: Anatomía de la demencia: ¿cómo es la vida de un paciente demente?
Ámbito personal
- Cambios en el carácter y el humor. Las personas con síntomas tempranos de demencia experimentan cambios en el humor. De pronto se pueden sentir muy ansiosos, irascibles, temerosos o depresivos en exceso, y por otra parte, a veces pueden tener comportamientos inapropiados o desinhibidos en público.
- Tendencia al aislamiento. En vista de que suelen tener tendencia a sentirse más temerosos y vulnerables, no muestran interés por relacionarse socialmente o no prestan atención a lo que dicen los demás. En consecuencia, se pueden volver más retraídos y con tendencia al aislamiento y a la melancolía.
- Los cuadros depresivos son la antesala del alzhéimer.
- Descuido del aseo personal. Presentan dificultades a la hora de tomar decisiones y reducen su capacidad de juicio y sensatez. Por ejemplo, a la hora de hacer compras, van a tener tendencia a comprar objetos inútiles, extravagantes o en excesiva cantidad. Por otra parte, pueden abandonar su aseo y decoro personal, lo cual hace que tengan varios problemas en el ámbito social.
Buenos hábitos para ayudar al cerebro a mantenerse joven
El cerebro no envejece como el resto del cuerpo. No tiene canas o arrugas, pero sí sentimos que con el progreso de la edad algunas capacidades mentales se ralentizan. Por ejemplo, la memoria a corto plazo (la que nos permite recordar números de teléfono) se resiente.
Para mantener el cerebro joven podemos apoyarnos en ciertos hábitos de vida tan sencillos como:
- Hacer ejercicio físico moderado, aeróbico de preferencia y al aire libre. En contacto con la naturaleza, respirando bien y haciendo ejercicios de oxigenación con respiraciones profundas. La oxigenación del cerebro es fundamental.
- Mantener una vida social activa. Estudios como el publicado en 2006 en la revista Neurology sugieren que las relaciones sociales pueden tener un papel positivo en la demencia.
- Dormir bien. Lo recomendable son entre 7-9 horas. También es muy saludable la siesta, entre las 13-16 horas un mínimo de 30 minutos y un máximo de 90 minutos.
- Comer alimentos apropiados. Algunos alimentos como el azúcar refinado, los alimentos procesados, las harinas industriales, las grasas saturadas y el alcohol pueden tener un efecto en la aparición de la demencia.
- Cultivar la autoestima. Las relaciones sociales empiezan por la relación que establecemos con nosotros mismos. Mirarnos con amor, con admiración, con orgullo, mimarnos el cuerpo, cuidar nuestro aspecto físico y dedicar un rato a escuchar nuestro cuerpo puede ser un parámetro que nos haga sentir más jóvenes.
Evidentemente, no hay dos cerebros que envejezcan de la misma manera. Sin embargo, la mayoría de las pautas de vida ya mencionadas y que tenemos en nuestras manos en todo momento pueden contribuir a mantener el cerebro joven.
Ver también: LATE: una nueva demencia
El valor del diagnóstico precoz
La detección de los síntomas mencionados (antes de que se agudicen) puede ayudar a establecer tratamientos más eficaces para paliarlos. Por ello, visitar a un especialista si se presentan de forma recurrente y empeoran con el paso del tiempo ayudará a prevenir el deterioro creciente.
Raquel Marín es neurocientífica, catedrática de Fisiología y divulgadora científica. Se doctoró en Biomedicina en la Universidad Laval de Quebec y ha dedicado gran parte de su vida a la investigación científica, en particular a las enfermedades del cerebro en el envejecimiento y los nutrientes neurosaludables. Tiene una amplia bibliografía científica con 127 publicaciones científicas internacionales y numerosas ponencias en todo el mundo. Ha recibido varios premios: el Premio a la Mujer Investigadora en Biomedicina en la Universidad Laval (Canadá), el Premio de Investigación Agustín de Bethencourt de la Fundación Caja Canarias, la Medalla Europea al Trabajo de Economía y Competitividad, la Medalla de Honor del Instituto de Ciencias Forenses de Barcelona y el Premio Expofinancial 2019 por su divulgación sobre nutrición y salud cerebral. Además, ha dado cientos de charlas en centros públicos y privados. Es colaboradora en diversos programas de la radio como Radio Nacional en Cataluña, Cadena SER, Radio Autonómica de Canarias, Radio Nacional de Colombia, etc. También participa con frecuencia en programas de la televisión como el Programa La Mañana y Saber Vivir (TVE1), televisión española en Canarias (programa Buenos Días Canarias), etc. Además es autora del libro de no-ficción “Dale vida a tu cerebro” (RocaEditorial). En octubre de 2019 saldrá en librerías su segundo libro de divulgación: “Pon en forma tu cerebro”, una guía práctica con ejercicios y recetas culinarias para tener un cerebro en plena forma toda la vida. En su página web www.raquelmarin.net escribe noticias de actualidad sobre la investigación del cerebro y la nutrición. También aporta recetas neurosaludables de su propia cosecha, sencillas, económicas y sabrosas para tener la mente a tope.