Síntomas y tratamiento de la cervicalgia
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La cervicalgia es el dolor que se experimenta en la zona del cuello y las áreas próximas a este. En casi todo el mundo, ocupa el segundo lugar en la lista de los dolores asociados a la columna, superado solamente por el dolor en la espalda baja.
La zona cervical es la de mayor movilidad de toda la columna vertebral. También es una de las más flexibles. Ese dinamismo hace que esta área esté más expuesta al deterioro, lesiones o sobreesfuerzos. Estos y otros factores son los que dan origen a la cervicalgia.
En la mayoría de los casos, la cervicalgia no es una patología grave. Normalmente responde bien a los tratamientos convencionales y no genera secuelas. Solo en contadas ocasiones los síntomas se tornan severos y están asociados a un problema de salud más serio.
¿Qué es cervicalgia?
La cervicalgia es lo que comúnmente llamamos “dolor de cuello”. En algunas ocasiones corresponde a un dolor localizado en el cuello mismo, pero en otras oportunidades se extiende a la cabeza, la espalda o los brazos. Puede ocasionar dolor en la nuca, hormigueo y adormecimiento de los dedos de la mano e incluso mareos y nauseas.
Este dolor puede tener diversas intensidades, que van desde una molestia leve hasta una sensación incapacitante. Este problema es más frecuente en las personas mayores de 40 años, y afecta hasta al 50 % de quienes tienen más de 60 años.
Básicamente se distinguen dos tipos de cervicalgia:
- Aguda. Más conocida como tortícolis. Se caracteriza porque aparece de manera súbita y es el resultado de una contractura muscular. Los síntomas desaparecen a corto plazo.
- Crónica. En la cervicalgia crónica el dolor se mantiene por varias semanas. Se estima que el 10 % de la población adulta tiene este problema.
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Causas de la cervicalgia
Lo más habitual es que este problema sea el resultado de una sobrecarga muscular o una lesión nerviosa. Ambos factores, a su vez, pueden tener diversas causas. Veamos:
- Origen muscular. Ocurre cuando hay sobrecargas, esfuerzos continuados, fatiga o contractura de los músculos cervicales. Los traumatismos también dan origen a la cervicalgia de origen muscular. Si la causa se mantiene, es posible que se lesionen los discos intervertebrales, las mismas vértebras o los nervios.
- Origen nervioso. Ocurre cuando hay lesión de las vértebras intervertebrales y esto da lugar a un pinzamiento del nervio. Los traumatismos, las enfermedades reumáticas o el envejecimiento contribuyen a que esto suceda. También pueden llevar a desarrollar una hernia discal.
Por otro lado, hay algunas enfermedades que dan origen a la cervicalgia. Las más frecuentes incluyen: enfermedades del disco intervertebral cervical, estenosis cervical, artrosis y traumatismos, en particular el llamado “latigazo cervical”.
Síntomas
Obviamente, el principal síntoma de la cervicalgia es el dolor en el cuello. Lo usual es que este se sienta rígido y se experimente molestia al moverlo. No es infrecuente que aparezcan otros síntomas como:
- Dolor de cabeza.
- Sensación de cansancio o debilidad.
- Nauseas y vómitos.
- Fiebre.
- Vértigo.
- Trastornos visuales.
- Pitidos en los oídos.
- Hormigueo en hombros y manos.
Si el dolor es muy fuerte, aparece después de un golpe o está acompañado de fiebre o vértigo, lo más aconsejable es consultar al médico cuanto antes. Este realizará una exploración ocular y manual para evaluar la movilidad de la columna cervical y el funcionamiento de los músculos y articulaciones.
Lo más habitual es que también ordene radiografías y un análisis de sangre. En algunos casos será necesario practicar una tomografía computarizada o una resonancia magnética nuclear. Asimismo, a veces puede requerirse de una punción lumbar, si hay sospecha de meningitis.
Tratamiento de la cervicalgia
Para abordar la cervicalgia, en principio se emplea un tratamiento conservador de fisioterapia. Este mejora la movilidad cervical y genera relajación. Normalmente, incluye masajes en el cuello, así como aplicación de calor en la zona afectada. Es usual que se recomienden duchas de presión sobre el cuello y los hombros, al levantarse.
También es habitual que el fisioterapeuta indique una serie de ejercicios y que dé recomendaciones puntuales sobre la higiene postural. En algunos casos se emplean fármacos suaves, como antiinflamatorios, analgésicos o miorelajantes para tratar el problema.
Los casos más graves exigen cirugía para tratar el dolor. A veces, el objetivo es estabilizar la columna vertebral, cuando el origen de la cervicalgia es un traumatismo. En otras ocasiones, lo que se busca es reducir la presión en la médula espinal o en las raíces nerviosas.
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