¿Qué es la terapia de drama y qué beneficios tiene?
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La terapia de drama, también llamada «dramaterapia», es una modalidad de terapia psicológica que permite hacer cambios en la conducta y en aspectos de la personalidad con el fin de mejorar el bienestar mental de las personas. Puede aplicarse tanto de forma individual como en grupos.
En particular, permite abordar diferentes situaciones, a través de varios recursos teatrales, en los que el cuerpo es el principal medio expresivo. Abarca movimientos corporales, improvisaciones, juegos de roles, danza, entre otros. De este modo, se pretende reforzar el autoconocimiento, la autoconfianza y la autoestima.
¿Cómo se realiza? ¿Qué otros beneficios aporta? Dado que no es tan conocida como otras formas de terapia psicológica, existen varias dudas al respecto. A continuación, te contamos en detalle en qué consiste y cómo se puede implementar.
¿Cómo se realiza la terapia de drama?
La terapia de drama, creada por J. Levy Moreno en el año 1920, es un tipo de terapia que se vale de diferentes recursos para conseguir que las personas expresen sus malestares emocionales, resuelvan sus conflictos o logren involucrarse en un proceso de cambio.
Emplea diferentes técnicas, pero casi todo transcurre en torno a personas que representan o escenifican una situación, mediante la orientación o guía del terapeuta. Si bien su aplicación suele ser más frecuente en terapia de grupo, también se puede practicar de manera individual.
En el primer caso, además del director, se requiere de los yoes auxiliares (personajes secundarios que colaboran con la escena), de un escenario (un lugar seguro en donde expresarse con confianza) y el paciente o actor principal.
Por lo general, se realiza en las siguientes etapas:
- Caldeamiento. En esta etapa el terapeuta debe crear el clima emocional adecuado para que las personas se sientan cómodas y luego puedan expresarse.
- Dramatización. Esta etapa sería el clímax de la representación, ya que aquí la persona designada como protagonista debe representar el rol asignado. Lo hará representando la situación como lo desee, ya sea a través de gestos, expresión oral, etcétera. Si se trata de un trabajo grupal, el resto de los personajes colaborará en el desarrollo de la escena para que se sienta bien vívida.
- Eco grupal o sharing. En esta parte se pone en común cómo se ha sentido el protagonista. Los demás participantes también deben expresar cómo se sintieron y deben aportar su visión acerca de la representación del protagonista.
Principios básicos de la terapia de drama
Como principios elementales de la dramaterapia es posible citar la espontaneidad y la filosofía del momento o «el aquí y el ahora».
- La espontaneidad, Moreno la enfoca desde el punto de vista creativo, de las soluciones que pueden surgir a partir de poder expresar los sentimientos, en lugar de dejarlos atrapados.
- En cuanto a la filosofía del momento, se refiere al trabajo en el aquí y en el ahora; por más que se puedan hacer presentes elementos del pasado o del futuro, se trabaja en un momento y un tiempo determinado.
Ahora bien, aunque la terapia de drama emplea como principal recurso la actuación, es importante señalar que no es lo mismo y que tampoco se requiere experiencia previa. Se diferencia por sus fines terapéuticos, dado que persigue algo más que la puesta en escena.
Hay quienes emplean como sinónimos la terapia de drama y el psicodrama, ya que tienen algunos aspectos en común. No obstante, tienen una diferencia en cuanto a su abordaje. Mientras que la primera aborda un problema o una situación de manera indirecta y no real, el psicodrama se basa en situaciones concretas, reales y referidas al protagonista de la escena.
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Beneficios de la terapia de drama
Además de facilitar la expresión de las emociones y la espontaneidad —más allá de que haya una situación diseñada— la terapia de drama presenta otros puntos a favor. En el siguiente espacio los abordamos uno a uno.
1. El paciente se vuelve un protagonista activo
Al igual que muchas otras terapias, la terapia de drama considera el rol proactivo de la persona, comprometido con el cambio. De hecho, en este caso se hace más explícito, ya que de la forma en que elija hacerlo, el paciente estará actuando su malestar o su preocupación.
2. Facilita la catarsis
Muchas personas tienen dificultades para expresar sus emociones y sus sentimientos cuando son «ellas mismas». Sin embargo, cuando sienten que toman distancia del problema y pueden personificar otro rol, tienen más facilidad para hacerlo.
3. Adquirir una nueva mirada de los hechos y nuevas habilidades
Cuando se da en un ámbito grupal y otros expresan su visión de los hechos, es posible enfocar una situación desde otro ángulo. Esto nos permite ampliar nuestra mirada, pensar en soluciones creativas y tener en cuenta detalles que habíamos omitido.
En esta misma línea, también podemos deshacernos de «viejos roles» cristalizados, que son impedimentos para la adaptación y para respuestas más funcionales y menos rígidas.
¿Qué actividades se pueden hacer en la terapia de drama?
En la terapia de drama se pueden poner en práctica diferentes técnicas que favorecen la libre expresión de los involucrados. Las más habituales son las mencionadas a continuación.
1. Mímica
Como su nombre lo indica, la mímica se vale de la mimesis, es decir, de la representación mediante gestos o movimientos. El lenguaje no verbal o corporal cobra importancia y es una técnica muy útil para aquellas personas a quienes les cuesta expresarse con palabras.
2. Role playing
También conocidos como «juegos de rol». Aquí la consigna es que cada persona que participe encarne un rol determinado.
3. Doblaje
Otro de los miembros del grupo representa al protagonista y actúa como si fuera él. Así, expresa lo que cree que siente y piensa. Esta técnica —de tipo espejo— sirve para verse. Resulta esclarecedora sobre los propios comportamientos y el modo en que somos vistos en el exterior.
4. Inversión de roles
Esta técnica tiene como objetivo la comprensión de la otra persona, poniéndose en su propia piel. Es decir, se trata de «ponerse en sus zapatos». La indicación para el desarrollo de la escena tiene que ver con representar a un otro, cómo piensa, qué podría estar sintiendo, etcétera.
5. Soliloquio
En este caso el protagonista comparte con el público todo lo que le está pasando, sus pensamientos y emociones. Puede hacerlo hablando con el director (el terapeuta), como si estuviera hablando consigo mismo o con un otro imaginario.
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6. Máscaras
Muchas veces las personas se liberan cuando pueden ser lo que no son. En ese caso, a veces basta con introducir una variante como las máscaras para que puedan representar una situación.
Cada una de las técnicas mencionadas se puede aplicar desde la infancia. Es posible incorporar elementos como los títeres, los disfraces, entre otros.
Una terapia para todos
La terapia de drama es compatible con otras líneas teóricas; se pueden emplear aportes desde la psicoterapia sistémica, la cognitiva, Gestalt, etcétera. La clave para poder potenciar su uso es que el terapeuta planifique qué hacer en función de lo que necesita el paciente y, por supuesto, enseñarle a dominar las técnicas.
Esta forma de terapia puede ser una alternativa muy útil para trabajar un tema específico, o bien, para desarrollar algunas habilidades expresivas y emocionales, sobre todo en personas muy tímidas o introvertidas.
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