Tipos de conflictos familiares y consejos para superarlos
¿Te sientes mal por las discusiones y las diferencias que tienes con las personas con las que convives? Es verdad que hay distintos tipos de conflictos familiares, pero se pueden resolver. Además, es normal que haya una confrontación de opiniones en determinados momentos, ya que somos seres distintos que tenemos perspectivas muy diferentes.
Lo que nunca hay que hacer es dejar que los conflictos se queden sin resolver. Esto es un error, pues terminarán enquistándose y generando mucho dolor.
La psicóloga Silvia Congost afirma algo que es muy interesante: “cuando hay conflictos, estos generan problemas de salud mental (ansiedad, depresión, violencia) y de salud física (enfermedades)”. Por lo tanto, hay que solucionarlos.
¿Por qué aparecen los conflictos familiares?
Convivir nunca es fácil. Además, puede haber ciertos roles de poderes. Por ejemplo, en el caso en que vivamos con nuestros padres.
Asimismo, también pueden surgir cuando hay una diferencia de opiniones con respecto a traer amigos a casa, según qué momento del día. Por eso es fundamental que haya normas.
El problema es que en la mayoría de las ocasiones, los tipos de conflictos familiares no se resuelven. Por lo que quedan ahí, esperando al siguiente problema para que la bola se haga más grande.
Esto no es positivo, ya que el vínculo con las personas con las que vivimos en el hogar puede debilitarse. Al final, la convivencia se hace difícil de soportar.
Tipos de conflictos familiares que se deben conocer
Existen distintos tipos de conflictos familiares que se deben tener en cuenta para poder abordarlos de la mejor manera posible. La razón del conflicto va a requerir de una serie de medidas u otras y será fundamental que todas las personas implicadas pongan de su parte.
Conflictos relacionados con una invasión de la relación
Estos conflictos siempre tienen que ver con otra persona que puede alterar la calma de una relación de pareja. Esto puede ocurrir cuando una expareja intenta boicotearla o cuando un suegro se inmiscuye demasiado en temas que no son de su incumbencia. Se generan discusiones que pueden resolverse de una manera muy sencilla: poniendo límites.
Conflictos vinculados con el cuidado de un familiar
Puede ser un hermano que tiene una discapacidad o un padre que ya no se puede valer por sí mismo. En estos casos, es fundamental que los hijos tengan una reunión en la que puedan negociar y llegar a un acuerdo.
Es interesante que nadie se aísle en este tipo de circunstancias y que se ceda un poco. Esto va a ser clave para que la solución del conflicto sea justa.
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Conflictos debido al dinero
Gastar demasiado dinero o tener deudas es otro de los tipos de conflictos familiares que hay que tener presente. En una convivencia familiar, lo adecuado es siempre que todos los miembros destinen una misma cuota para el pago del agua, el alquiler, la luz o internet. Esto es lo justo.
No obstante, hay que tener cuidado cuando se comparten cuentas de banco. Puede haber un control sobre el gasto que hace la otra persona, lo que deriva en conflictos.
Conflictos por determinados eventos familiares
La muerte de un familiar, el hecho de que un progenitor haya perdido su casa o cualquier otro evento, pueden generar estrés, ansiedad y un cambio en el estilo de vida. Por lo tanto, ante la adversidad es recomendable sentarse a hablar para tomar decisiones. Al final, todos los miembros de la familia deben aportar su grano de arena y apoyarse en momentos difíciles.
Conflictos por circunstancias externas
A veces, hay tipos de conflictos familiares que surgen por circunstancias externas. Por ejemplo, la pérdida de un trabajo o no conseguir aprobar una carrera.
Esto provoca momentos de tensión y malestar que conviene abordar desde un primer instante. La comunicación es esencial.
Conflictos relacionados con el ciclo vital
La transición de la madurez a la vejez o la propia adolescencia son cambios en el ciclo vital que pueden provocar conflictos familiares. Por ejemplo, la adolescencia supone una serie de transformaciones que preocupan a los adultos de su hogar, como lo indican desde la Asociación Española de Pediatría.
¿Cuándo consultar con un profesional?
Todos estos tipos de conflictos familiares pueden requerir la ayuda de un profesional para que se resuelvan de la mejor manera sin dañar la salud mental ni los vínculos. A veces dejamos para el último momento acudir al psicólogo, sin embargo, no hay que esperar.
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