Tipos de dolor de espalda
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Hay varios tipos de dolor de espalda y todos ellos son muy comunes en el mundo entero. A veces aparecen de forma repentina, después de sentir una punzada, y otras veces están ahí de forma constante y aumentan de forma paulatina.
De todos los tipos de dolor de espalda, el más común es el que se presenta en la zona baja y se conoce como lumbalgia. Se estima que entre un 60 % y un 80 % de la población mundial va a experimentar al menos un episodio de estos a lo largo de su vida y por eso se le llama el mal del siglo.
¿Cuáles son las causas del dolor de espalda?
El dolor de espalda obedece a muchas causas que abarcan desde el estrés hasta las lesiones deportivas. Sin embargo, lo más común es que se produzca por una mala higiene postural o por levantar pesos de una forma inadecuada.
En la actualidad son muchas las personas que permanecen sentadas durante varias horas frente a un computador o conduciendo el coche. Si además de esto, también adoptan una postura incorrecta en la silla, más temprano que tarde desarrollarán un dolor de espalda.
Estar mucho tiempo de pie o con el cuerpo inclinado causará un efecto similar. Así mismo, el estrés hace que los músculos se mantengan tensos y contraídos, lo que favorece el dolor. Movimientos bruscos, levantar pesos elevados o excederse en el ejercicio son factores que también desembocan en dolores de espalda.
Es muy importante dormir en condiciones adecuadas, ya que la almohada o el colchón inapropiados también afectan la espalda. La artrosis, el embarazo, el sobrepeso o las anomalías en la estructura de la columna vertebral son causas subyacentes.
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Tipos de dolor de espalda según la zona afectada
La forma típica de clasificar los tipos de dolor de espalda es según la zona que afecten. Desde ese punto de vista hay tres modalidades de presentación clínica: cervicalgia, lumbalgia y dorsalgia. Veamos cada una de ellas.
Cervicalgia
La cervicalgia es el dolor en el cuello o dolor cervical. Lo más frecuente es que se produzca por lesión, sobrecarga muscular o estrés. En algunas ocasiones, el dolor se localiza solo en el cuello y otras veces se irradia hacia los brazos, la cabeza o la espalda.
Este es uno de los tipos de dolor de espalda más comunes y suele estar acompañado por cefalea, rigidez, dificultad para movilizar la zona y mareos. En la mayoría de los casos la cervicalgia no es grave y se soluciona en unos cuantos días.
Dolor lumbar
Este es el más común de todos los tipos de dolor de espalda, como ya lo anotábamos al comienzo. La molestia se siente en la zona baja y puede llegar a ser incapacitante. Quienes han padecido lumbalgia tienen alto riesgo de volver a experimentarla.
Lo más habitual es que se produzca por movimientos repentinos o bruscos (incluso un estornudo intenso); también por permanecer mucho tiempo en la misma posición. Puede ser efecto de la artrosis, la hernia discal, la espondilitis anquilosante, una infección o un tumor.
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Dolor torácico
El dolor torácico o dorsalgia es el menos frecuente de todos los tipos de dolor de espalda. Se siente desde la mitad del torso hasta la base del cuello y puede ser estructural o funcional. La primera forma tiene que ver con la anatomía de cada persona y la segunda con las actividades que se realizan o el estado psicológico.
Las principales causas son permanecer en la misma posición por mucho tiempo, las lesiones, las enfermedades degenerativas o reumatológicas y el estrés. El embarazo, la menstruación y la menopausia también generan esta molestia. A veces este dolor es señal de problemas cardiovasculares, pulmonares o de otro tipo.
Tipos de dolor de espalda según su duración
Otra forma de clasificar los tipos de dolor de espalda es según su duración. Desde ese punto de vista hay molestias agudas y crónicas. En este caso, no importa en qué zona de la espalda se presente el dolor. Veamos.
Agudo
El dolor de espalda agudo es de corta duración, lo que quiere decir que desaparece en un lapso corto. A veces solo se extiende por unos cuantos días y otras veces alcanza a durar algunas semanas. La molestia puede ser leve o intensa y afectar la movilidad o no. El signo característico, en todo caso, es que remite solo.
Crónico
Se habla de dolor de espalda crónico cuando su duración se extiende por más de tres meses. Lo más habitual es que sea progresivo, es decir, que vaya aumentando conforme pasan las semanas. No es uno de los tipos más comunes y obedece a muchas causas. Debe ser tratado por un especialista.
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo en todos los tipos de dolor de espalda es la edad. Aunque, de hecho, este tipo de molestias se presentan en cualquier etapa de la vida, definitivamente sí son más frecuentes en personas mayores de 40 años.
Los hábitos inadecuados también incrementan el riesgo de sufrir dolor de espalda. Estos incluyen la falta de actividad física, el tabaquismo y la mala higiene postural. Es importante aprender a levantar los pesos de una forma correcta. La artritis, la obesidad, el cáncer, el embarazo y el estrés también son factores de riesgo.
Consejos para prevenir el dolor de espalda
La mejor manera de combatir el dolor de espalda es adoptando hábitos adecuados. El primero de ellos es realizar actividades físicas que fortalezcan esta parte del cuerpo, como estiramientos y yoga. Así mismo, evitar el sedentarismo y hacer pausas activas para no mantener una misma postura por mucho tiempo.
Una buena higiene postural ayuda mucho. Lo adecuado es sentarse con la espalda recta, apoyada en la silla y con los pies tocando el piso. La cabeza debe estar erguida y, de ser posible, las rodillas deben estar a mayor altura que la cadera.
Para levantar algo pesado lo adecuado es doblar las rodillas y no la espalda, la que debe permanecer recta. Es importante controlar el peso corporal y tomar suficiente calcio, de manera que se prevengan patologías óseas.
¿Qué hacer cuando ya hay un tipo de dolor de espalda?
Existe el mito de que descansar y mantenerse quieto es lo más recomendable cuando surge el dolor de espalda. Esto no es cierto. De hecho, puede agravar los síntomas. Si bien no se debe realizar ninguna actividad pesada, tampoco es aconsejable el reposo en cama.
Las llamadas sillas ergonómicas o camas especiales no parecen ayudar por sí solas a evitar el dolor de espalda. Tampoco hay productos milagrosos para tratar esta molestia. En definitiva, lo mejor es mantenerse activo y evitar las posturas o los movimientos riesgosos. Un dolor que dura más de tres meses debe ser motivo de consulta médica.
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