¿Qué tipos de lubricantes íntimos existen?

Cada fórmula de lubricante íntimo está diseñada para adaptarse a diferentes necesidades, preferencias y situaciones, como el sexo anal o vaginal, el uso de juguetes eróticos o si es sexo con preservativo.
¿Qué tipos de lubricantes íntimos existen?

Última actualización: 04 febrero, 2025

Existen tres tipos principales de lubricantes íntimos: a base de agua, de silicona y de aceite. Cada uno tiene características y usos específicos, pero todos ayudan a reducir la fricción y a prevenir molestias en la intimidad derivadas de la sequedad.

De hecho, están indicados para prácticas como el sexo anal, la masturbación, el uso de juguetes sexuales y algunos tratamientos médicos, ya que facilitan la penetración en caso de sensibilidad o en ausencia de lubricación natural. Su uso no solo potencia el placer durante las relaciones sexuales, sino que protege los tejidos de la zona íntima al evitar posibles irritaciones posteriores.

Aun así, no todos son adecuados para cualquier situación, y elegir el incorrecto puede afectar la experiencia o deteriorar los materiales del preservativo. Por eso, antes de decidirte por alguno, es fundamental conocer sus funciones y ventajas. Comprender sus diferencias te permitirá elegir el más adecuado para tus necesidades, asegurando comodidad, seguridad y disfrute en cada encuentro.

1. Lubricantes a base de agua

Los lubricantes a base de agua son los preferidos por su versatilidad y composición neutra. Están elaborados con agua, glicerina y agentes espesantes como la celulosa o el propilenglicol, que les confiere una textura ligera y no grasosa.

Al ser libres de aceites y siliconas, son compatibles con todo tipo de preservativos y juguetes sexuales. ¿Lo mejor? Son fáciles de limpiar y no dejan manchas en la ropa o las sábanas.

Están aconsejados para las mujeres que experimentan sequedad vaginal debido a la menopausia, cambios hormonales, estrés o efectos secundarios de ciertos medicamentos. En los hombres, ayudan a incrementar la comodidad en la masturbación o en relaciones sexuales en las que se requiere mayor deslizamiento.

En general, son una opción segura para quienes tienen piel sensible o propensa a irritaciones, ya que suelen ser libres de fragancias o parabenos.

¿Cómo utilizarlos?

  • Basta con aplicar una pequeña cantidad en la zona íntima o sobre el preservativo o el juguete sexual antes del contacto. Dado que su composición es acuosa, tienden a evaporarse o absorberse rápido; por ello, es posible que tengas que reaplicarlos durante el encuentro íntimo para asegurar una lubricación óptima.


2. Lubricantes a base de silicona

Los lubricantes a base de silicona son más duraderos que los de base acuosa y proporcionan una humectación intensa y prolongada. Suelen estar compuestos por siliconas como la dimeticona, el ciclopentasiloxano y el dimethiconol, sustancias que crean una textura sedosa y resistente que no se evapora con facilidad.

A diferencia de los lubricantes de agua, no se absorben por la piel ni las mucosas; por eso, no suele ser necesario reaplicarlos durante la práctica sexual. Por el contrario, esta composición los hace idóneos para las relaciones sexuales en la ducha, la piscina o el jacuzzi, pues no pierden efectividad como sí lo hacen otras variedades.

Como en el caso anterior, proporcionan lubricación vaginal si hay sequedad por menopausia, tratamientos médicos o cambios hormonales. Además, es la mejor alternativa para practicar sexo anal, pues disminuyen la fricción de forma prolongada sin necesidad de una aplicación constante.

¿Cómo utilizarlos?

  • Su forma de uso no difiere de otros lubricantes; tan solo debes aplicar una pequeña cantidad sobre la zona íntima o el preservativo, antes de iniciar la penetración.
  • Como su durabilidad es mayor, una pequeña cantidad suele ser suficiente para todo el encuentro.
  • No se recomienda su uso regular sobre juguetes sexuales de silicona, ya que pueden deteriorar el material.
  • Ten en cuenta que requieres agua y jabón para eliminarlo por completo de la piel o las superficies.

3. Lubricantes a base de aceite

Los lubricantes a base de aceite se catalogan como la opción más natural, ya que están compuestos por aceites vegetales como el de coco, almendra o jojoba, así como por aquellos derivados del petróleo, como la vaselina. Su textura es mucho más densa y proporciona humectación de larga duración sin necesidad de reaplicaciones. A menudo, se emplean para masajes eróticos o relaciones íntimas prolongadas.

Aunque son aptos tanto para las mujeres como para los hombres, no se recomiendan para prácticas de sexo anal o si hay tendencia a desarrollar infecciones vaginales. El aceite puede dejar residuos en los genitales, donde la piel es más sensible, lo que aumenta el riesgo de molestias e irritaciones.

En la mujer, pueden alterar el equilibrio de la flora vaginal, favoreciendo el crecimiento de bacterias u hongos. No son compatibles con los condones de látex, ya que debilitan el material y aumentan el riesgo de rotura.

¿Cómo utilizarlos?

  • Antes que nada, es primordial verificar que el lubricante a base de aceite sea de alta calidad y sin aditivos que puedan causar irritación.
  • Al momento de uso; frota una pequeña cantidad en la zona íntima o sobre la piel. Es preferible su uso para prácticas de masturbación, masajes o juguetes sexuales. Sin embargo, recuerda que pueden dejar residuos grasos difíciles de limpiar. También pueden manchar la ropa interior y las sábanas.

Otros tipos de lubricantes íntimos disponibles

En el mercado existen otros tipos de lubricantes íntimos que se derivan de los convencionales, pero con componentes adicionales pensados para diversificar las sensaciones en las relaciones sexuales. Estos no solo cumplen la función básica de humectación, sino que añaden propiedades como calor, estimulación o sabores, con el fin de enriquecer la experiencia o intensificar el placer.

Entre los más populares están las siguientes opciones:

  • Híbridos: combinan las propiedades de los lubricantes a base de agua y silicona, para brindar una textura suave y duradera, pero más fácil de limpiar que los de silicona pura.
  • Térmicos: suelen contener ingredientes como el mentol, la canela o extractos naturales que generan una sensación de calor al contacto con la piel. Esto permite aumentar el estímulo y obtener sensaciones intensas y placenteras.
  • Con feromonas: contienen compuestos químicos naturales que imitan las feromonas humanas, diseñados para aumentar la atracción y la conexión emocional y sexual.
  • Con sabores: pensados en el sexo oral, esta variedad ofrece sabores dulces o frutales. Su fórmula es segura para el consumo.
  • En supositorio: elaborados a partir de bases oleosas o de gel, como la glicerina, el ácido hialurónico, la cera de abejas o aceites vegetales, junto con ingredientes hidratantes y suavizantes, se insertan en el ano o en la vagina para proporcionar humectación prolongada.
  • Lubricantes ecológicos: contienen componentes hipoalergénicos para aquellos que suelen tener alergias o sensibilidad. Son libres de químicos artificiales.

¿Cuál es el lubricante más recomendable para el sexo anal?

Los lubricantes de base acuosa, silicona o híbridos son los más aconsejables para esta práctica. Si bien la textura densa de otras variedades, como los de aceite, facilitan igual la penetración, no son compatibles con el látex de los preservativos. Esto es un problema, ya que el sexo anal se considera de alto riesgo para la transmisión de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y, por tanto, el uso de condón es crucial.



Sustancias que no debes utilizar como lubricante

En la cultura popular se han difundido algunas sustancias como lubricantes caseros, pero su uso puede acarrear varios riesgos para la salud íntima. Muchas de estas sustancias no están formuladas de manera específica para la zona genital y pueden alterar el pH, lo que supone un riesgo elevado de infecciones como la vaginosis bacteriana o la candidiasis.

Además, no siempre cumplen de forma adecuada la función de humectar o reducir la fricción y, por el contrario, pueden ser irritantes. Tal es el caso de estas opciones:

  • Vaselina pura y aceites vegetales (como el de oliva), que debilitan el látex de los preservativos, aumentando el riesgo de ruptura y transmisión de enfermedades.
  • Glicerina (cuando no está formulada para uso íntimo), que favorece la proliferación de bacterias y hongos, lo que resulta en infecciones.
  • Miel y gel de aloe vera. No son adecuadas para mantener una lubricación prolongada durante el acto sexual, alteran la flora vaginal y causan irritación.
  • Manteca de Karité. Es demasiado espesa, deja residuos y altera el equilibrio bacteriano de la zona íntima.
  • Saborizantes y perfumes. Si bien son atractivos por sus características, algunos causan reacciones alérgicas, alteraciones del pH y mayor riesgo de infecciones, sobre todo si su uso es prolongado.
  • Saliva. No es un lubricante adecuado porque se evapora rápido y no proporciona la cantidad suficiente de humedad o deslizamiento. Además, su pH y composición pueden alterar el equilibrio natural de la zona íntima, lo que puede resultar en infecciones o irritaciones.

Elige fórmulas probadas dermatológicamente

Ahora que sabes qué fórmula se adapta mejor a cada necesidad, podrás elegir con más facilidad entre las opciones disponibles en el mercado. Sin embargo, considera utilizar aquellas alternativas que han sido evaluadas para garantizar su seguridad y eficacia, como las probadas dermatológicamente.

Este sello, que puedes comprobar en la etiqueta o indagando sobre la marca, indica que el producto tiene componentes suaves, compatibles con el pH de tu zona íntima y libres de irritantes. De este modo, los lubricantes pueden convertirse en tus aliados más confiables para disfrutar encuentros sexuales apasionados y sin riesgos.


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