Tipos de tabaco sin humo y sus repercusiones en la salud
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En la actualidad, es posible encontrar en el mercado una amplia variedad de productos de tabaco sin humo. Los más comunes son para para masticar o para aspirar, en forma de polvos de rapé. Influido en parte por la cultura deportiva, sobre todo del beisbol, estos han ganado bastante popularidad.
Al respecto, cabe preguntarse si contienen las mismas sustancias que el cigarrillo o si son menos perjudiciales. A su vez, hay que señalar que suelen promocionarse como una alternativa al hábito de fumar, no tan dañinos para la salud, por cuanto no producen cáncer de pulmón.
De todos modos, hay que considerar que también contienen nicotina y varios compuestos cancerígenos, además de sustancias que causan mal aliento, caries, entre otros problemas. ¿Qué debes saber al respecto? A continuación, lo detallamos.
Distintas formas de consumir tabaco sin humo
En líneas generales, el tabaco sin humo ha ido ganando adeptos, ya que estos productos se ofrecen como una alternativa a la nicotina, que puede usarse incluso en áreas donde está prohibido fumar. Hoy en día se comercializan y se consumen de diversos tipos, aunque no son tan novedosos como algunos creen.
El rapé se conoce en Europa desde el siglo XVI, y el mascado es aún más antiguo; lo utilizaban los aborígenes americanos antes de la llegada de Colón.
Tabaco de mascar
El tabaco de mascar viene en variedad de presentaciones. Las más populares son las siguientes:
- Hojas trenzadas (ristra) o comprimidas (prensado).
- Sobres o envoltorios de hojas desecadas (como una bolsa de té).
- Pasta.
- Jalea oscura.
- Chicles.
- Caramelos saborizados.
Sea como sea, suelen consumirse colocando una porción dentro de la boca, en la mejilla, en la parte interior del labio inferior o en las encías. Allí se puede mantener durante un tiempo indefinido, mientras se mastica o se chupa, y se escupe una parte. La nicotina mezclada con la saliva, en parte se absorbe y en parte se ingiere.
El tabaco de mascar se ha convertido en una moda muy popular, incluso entre los jóvenes. De acuerdo con los datos suministrados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), los menores de edad lo están consumiendo cada vez con mayor más frecuencia.
Por una parte, a los jóvenes les gustan estos productos, ya que son aromatizados y saborizados. Estas características resultan más atractivas para los nuevos consumidores, según un informe elaborado por la organización Truth Initiative.
Por otro lado, influye el hecho de que mascar tabaco está asociado a la práctica del deporte profesional, específicamente el béisbol. Sobre esto, la Organización de las Grandes Ligas ha impuesto restricciones a los jugadores y equipos, que no pueden proveer de estos productos a sus miembros. Los beisbolistas tampoco lo pueden llevar en sus uniformes ni aparecer masticando tabaco en televisión.
Tabaco para aspirar
Este tabaco sin humo es un polvo que viene en latas o sobres. El usuario puede colocarlo en su boca, pero lo común es que sea inhalado. En este caso, la persona toma una pizca con el pulgar e índice en forma de pinza, la coloca ante la fosa nasal y aspira.
Aunque se parecen en la forma de uso, hay una diferencia entre el llamado rapé y el conocido como snus. El primero venía en finas hebras; en tanto que el segundo es un polvo molido, bastante fino y seco. Sin embargo, ambos se consumen por igual.
Otras formas de tabaco sin humo
Hoy por hoy, las compañías tabacaleras comercializan otras formas de tabaco sin humo. Pueden venir en diversas presentaciones, como las siguientes:
- Pastillas.
- Caramelos.
- Bolitas.
- Tiras como una goma de mascar.
- Varillas como un mondadientes.
A menudo, les agregan saborizantes y edulcorantes, de modo que parecen dulces. Y como tales se consumen, ya que son solubles. En tal sentido, se colocan en la boca y se mantienen hasta que se disuelven, o bien, se mastican o se chupan para que se libere la nicotina.
Son algo parecido a las pastillas de nicotina que se usan para ayudar a las personas a dejar de fumar, solo que tienen una finalidad opuesta. De hecho, esta y otras formas de tabaco sin humo pueden contener niveles de nicotina tan o más altos que un cigarrillo, según señalan los estudios.
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Ingredientes del tabaco sin humo
La nicotina, como algunos lo saben, es un estimulante, un alcaloide. Una vez que es absorbida en el torrente sanguíneo, llega a las glándulas suprarrenales, donde se desencadena una respuesta de liberación de adrenalina.
Los productos de tabaco sin humo contienen nicotina, incluso más que los vapeadores. En promedio, en un cigarrillo hay entre 10 y 12 milígramos, aunque esto puede variar de una marca a otra; según la longitud, el tipo de tabaco utilizado, la mezcla, el filtro, entre otros factores.
Una lata entera de tabaco de mascar, de 35 a 50 gramos, equivale a 12 o 14 cigarrillos, es decir, 140 milígramos de nicotina. Por su parte, en el tabaco de aspirar y en los solubles se encuentra también esta sustancia, en proporciones variables; desde 4 mg en pastillas, hasta 17 mg en algunos polvos de rapé secos.
Por si fuera poco, hay estudios que señalan que los productos de tabaco sin humo contienen alrededor de 28 compuestos que son potenciales cancerígenos para el ser humano. Entre estos se encuentran los siguientes:
- Hidrocarburos aromáticos polinucleares o policíclicos.
- Polonio-210 (elemento radiactivo).
- Nitrosaminas.
- Aldehídos.
- Arsénico.
- Plomo.
- Mercurio.
Efectos del tabaco sin humo en la salud
La nicotina presente en el tabaco de mascar se absorbe a través de los tejidos de la cavidad bucal, en los plexos linguales. Luego, pasa al torrente sanguíneo, y de allí a los riñones, al cerebro y a otros órganos. Y aunque no haya humo en los pulmones, esto no significa que sean inofensivos. Son diversos los problemas de salud que pueden ocasionar.
Adicción
Cuando se mastica tabaco, la absorción de nicotina es más lenta que al fumar. Así, se alcanzan los niveles máximos de esta sustancia en la sangre a la media hora de la ingestión. No obstante, la cantidad al final puede ser igual, y la posibilidad de desarrollar adicción a la nicotina será la misma, sea cual sea la forma de consumirla.
Por otra parte, en algunas investigaciones se ha encontrado que el uso de snus incrementa de forma significativa las posibilidades de desarrollar adicción al tabaquismo. Y cuanto más joven se inicia este consumo, mayor la asociación entre ambas variables.
Riesgo de intoxicación
La apariencia, aroma y sabor parecido a los dulces hacen que algunos productos de tabaco sin humo resulten atractivos para los niños. Pero su ingesta a estas edades puede provocar los siguientes efectos secundarios:
- Mareos.
- Náuseas y vómitos.
- Convulsiones.
- Dificultad para respirar.
De acuerdo con un estudio compartido en Tobacco Regulatory Science, en 15 años (2001-2016) se registraron más de 120 000 casos de intoxicación por nicotina.
Cáncer
Los estudios exponen que los productos de tabaco sin humo tienden a tener altos niveles de sustancias cancerígenas. Incluso, estos elementos entran en contacto directo con el revestimiento de la boca. Por ende, se han relacionado con el aumento de riesgo de cáncer en la cavidad bucal, garganta, esófago y páncreas.
De igual modo, se ha encontrado que el riesgo de cáncer en los consumidores de tabaco sin humo es mucho más alto que en los no fumadores, aunque a su vez es menor que el de los fumadores. Estos resultados están apoyados por estudios clínicos y de laboratorio realizados con animales.
Enfermedad cardíaca
Las investigaciones sobre el tema sugieren que el consumo de estos productos puede acelerar la frecuencia cardíaca y elevar la presión arterial. A largo plazo, aumenta las posibilidades de desarrollar enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
Riesgos para el embarazo
Masticar tabaco durante el embarazo puede conllevar los mismos riesgos que fumar en cuanto a la salud fetal. Dicho de otro modo, aumenta el riesgo de muerte intrauterina, parto prematuro, problemas cardíacos y bajo peso del niño al nacer
Salud bucal
Las caries, el mal aliento, las manchas en las piezas, la enfermedad de las encías, la leucoplaquia, entre otros problemas, pueden ser potenciadas por el contacto directo y repetido con el tabaco sin humo. Sin dejar de mencionar que algunos de estos productos también contienen azúcar.
Cómo disminuir el consumo de tabaco sin humo
Si eres consumidor habitual de tabaco de mascar y estás considerando dejarlo, acude a tu médico para que te brinde orientaciones acerca de lo que puedes hacer en relación con el síndrome de abstinencia, en los primeros momentos. También es conveniente aplicar lo siguiente:
- Terapia de ayuda, con profesionales de la conducta.
- Grupos de apoyo (también conocidos como grupos de doce pasos).
- Reemplazo de nicotina, con chicles, pastillas o parches, para ayudarte a manejar los síntomas de la abstinencia.
- Medicamentos, como bupropión y vareniclina (pero solo se pueden consumir bajo prescripción y con receta).
- Apoyo de familia y amigos.
Mascar tabaco, al igual que otras adicciones, es algo que se puede superar, si te lo propones. Es lo mejor para tu salud.
Ni humo ni tabaco sin humo
Según la Organización Mundial de la Salud, el cigarrillo mata a más de 8 millones de personas al año. Aunque se ha emprendido una importante lucha contra el hábito de fumar, no se han hecho mayores campañas en relación con el tabaco sin humo. No hay leyes que restrinjan su consumo en lugares públicos.
Incluso, puede pensarse que mascar tabaco es menos dañino que fumar, dado que no provoca humo y no produce el mismo riesgo de cáncer de pulmón. Sin embargo, se ha determinado que acarrea graves problemas de salud.
Y si bien se ha querido difundir la idea de que el tabaco sin humo puede ser una terapia sustitutiva de la nicotina, esto es solo una idea sin fundamento. Puede ser peor el remedio que la enfermedad. La única forma de evitar los problemas de salud causados por el cigarrillo es dejar de fumar por completo.
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