Todo lo que debes saber sobre la fibromialgia
La fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado acompañado por fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo.
Se caracteriza por abarcar una serie de dolores y rigidez en ligamentos y músculos. Además, está acompañada por el insomnio que afecta a la gente en muchos casos.
La depresión y la ansiedad pueden cursar con esta serie de dolencias en cualquier persona, aparte del estrés y otros factores producidos por la carga laboral o familiar que se esté llevando en el momento.
Por eso, no produce ninguna lesión notable en las áreas del cuerpo que resultan ser las más afectadas, como, por ejemplo, el cuello, la espalda, las piernas y las áreas oblicuas.
¿A quiénes puede afectar?
La fibromialgia es una enfermedad que puede afectar a personas de cualquier sexo y edad: desde niños hasta adultos mayores.
Sin embargo, según el documento de consenso publicado por la Sociedad Española de Reumatología, las mujeres adultas suelen ser las más afectadas. Cabe destacara que el estudio determinó que este síndrome es completamente aislado, aunque puede llegar a asociarse con otras enfermedades, tales como el lupus y la artritis.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más característicos de la fibromialgia son el dolor generalizado (de intensidad variable) a nivel muscular, así como rigidez muscular, cansancio, confusión, alteraciones del sueño y otros síntomas psicosomáticos.
El dolor y el cansancio en los músculos del cuerpo (espalda, hombros y cuello, sobre todo) son los síntomas más característicos de la fibromialgia.
Hasta la fecha, la única forma de diagnosticar la enfermedad es analizando con detenimiento el tipo de síntomas, su ubicación, extensión y duración en el tiempo. Además, debe revisarse que no aparezca ninguna marca que denote la presencia de otra enfermedad totalmente diferente.
¿Existe una cura para la fibromialgia?
De momento, la fibromialgia no tiene ninguna cura conocida, por ende, el tratamiento está dirigido simplemente al alivio de algunos síntomas físicos (como el dolor muscular) y al apoyo psicológico para ayudar al paciente a gestionar el estrés y las molestias psicosomáticas.
Dentro de los medicamentos que se suelen emplear en el tratamiento de esta enfermedad se encuentran varios analgésicos y antiespasmódicos.
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