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Trastorno explosivo intermitente
Las personas con trastorno explosivo intermitente tienen poca tolerancia al estrés y la frustración, lo cual les hace adquirir conductas agresivas aunque el motivo sea insignificante.

El trastorno explosivo intermitente es un problema de salud mental que se caracteriza por expresiones extremas de enfado, con conductas impulsivas y violentas. Estas por lo general son demasiado exageradas para la situación en que se producen.
Junto a la piromanía, ludopatía y otras alteraciones, se integra en la categoría de trastornos del control de impulsos que se describe en el manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales (DMS-5) publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Las personas que lo padecen tienen un umbral de frustración muy bajo que los hace reaccionar de manera agresiva a cualquier contrariedad, por insignificante que parezca. Inclusive, pueden verse furiosos aunque segundos antes hayan estado de buen humor.
El trastorno explosivo intermitente
Los individuos que tienen trastorno explosivo intermitente no son capaces de controlar su conducta agresiva cuando sufren un estallido de ira.
Durante estos episodios, que no suelen durar más de una hora, pueden tener reacciones violentas con otras personas, llegándoles a causar agresiones físicas o verbales.
A menudo estas reacciones ocurren por situaciones poco frustrantes o relevantes. Por eso, una vez trascurre la furia, la persona se cuestiona el por qué de su modo de actuar y acaba teniendo un sentimiento de culpa por no haber controlado sus impulsos.
Causas del trastorno explosivo intermitente
No hay una causa exacta para explicar el origen del trastorno explosivo intermitente. Sin embargo, al igual que otros problemas mentales, es probable que se dé por la combinación de factores ambientales, psicológicos y biológicos.
En detalle, sus posibles detonantes incluyen:
- Antecedentes de maltrato físico o crecer en entornos violentos
- Genética o componentes hereditarios
- Antecedentes de otros trastornos de salud mental como trastorno de personalidad antisocial y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
- Descontroles en la química cerebral
- Historia de abuso de sustancias (drogas o alcohol)
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Síntomas del trastorno
Las primeras manifestaciones del trastorno explosivo intermitente se pueden dar en la infancia. La alteración es común después de los 6 años o durante la adolescencia. La mayor parte de las veces se manifiesta antes de los 40 años.
Su síntoma principal es una reacción agresiva repentina, casi siempre en situaciones que poco lo ameritan. Esa conducta explosiva se extiende durante unos 30 minutos y sus episodios pueden ocurrir de manera constante o separados por varios meses sin agresiones.
Otras señales que se pueden apreciar en la crisis agresiva son:
- Ira e irritabilidad
- Aumento de energía
- Frenesí de ideas
- Hormigueo y temblores
- Palpitaciones y opresión en el pecho
- Sensación de presión en la cabeza
- Gritos o berrinches
- Discusiones acaloradas
- Agresiones físicas y verbales
- Daños materiales
- Depresión y cansancio después del enojo
- Sentimiento de culpa y arrepentimiento
Diagnóstico
Para confirmar el diagnóstico de trastorno explosivo intermitente, el profesional de salud realiza una exploración física con el fin de determinar si hay otras posibles enfermedades o trastornos mentales relacionados. Después, sugiere una evaluación psicológica.
En esta última se hace un análisis profundo de los sentimientos, conductas y pensamientos del individuo. Posteriormente, se hace una comparación con los criterios descritos en el DMS-5.
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Tratamiento del trastorno
De momento no hay un tratamiento único y exclusivo para controlar el trastorno explosivo intermitente. Por eso, tras analizar la situación de cada paciente, el profesional encargado puede sugerir terapia de conversación, medicamentos, o ambos.
1. Psicoterapia
Las sesiones de psicoterapia o terapia conversacional se pueden llevar a cabo de manera individual, familiar o grupal.
A menudo se aplica la terapia cognitiva conductual, que ayuda a identificar las situaciones o conductas que detonan las respuestas negativas.
También tiene como objetivo ayudar a controlar la ira y las reacciones agresivas mediante la capacitación en relajación y cambio de pensamiento. Otra de sus funciones es ayudar a descubrir la capacidad para enfrentar desafíos y situaciones estresantes.
2. Medicamentos
Hay disponibles varios tratamientos farmacológicos para ayudar a controlar las crisis que atraviesan estos pacientes.
En caso de síntomas psicopatológicos se pueden sugerir antidepresivos tricíclicos e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) (fluoxetina, la fluvoxamina y la sertralina).
Opciones como los estabilizadores de ánimo gabaérgicos y drogas anticonvulsivas disminuyen la aparición de los accesos de ira.
Además, se puede aconsejar el uso de ansiolíticos para aliviar la tensión y reducir los ataques de ira. Estos últimos ayudan a incrementar la tolerancia a los estímulos que detonan el episodio explosivo.
Desafortunadamente, el trastorno explosivo intermitente se prolonga por muchos años, manifestándose de forma leve o severa.
Algunos casos disminuyen con la edad, sobre todo cuando se mantiene el tratamiento. Es importante solicitar ayuda para que sus episodios no alteren la vida social, laboral y familiar.
Redactora profesional con más de 7 años de experiencia. Daniela Echeverri Castro ha trabajado como creadora de contenidos y editora en diferentes páginas web. Ha sido coordinadora y gestora de contenidos en diversos equipos editoriales. Asimismo, cuenta con una amplia experiencia en SEO y marketing digital. En los últimos años ha centrado su trabajo de redacción en temas de salud, nutrición y bienestar. Además, realizó el curso Nutrición y obesidad: control de sobrepeso, ofrecido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Asimismo, ha colaborado en varios proyectos de edición y curación de textos para blogs temáticos. Desde el año 2014 es redactora en Mejor con Salud y actualmente colabora en la sección editorial del Grupo MContigo.