Tratamiento del cáncer de piel (melanoma)
El melanoma representa la forma más agresiva y mortal, así como la de más difícil tratamiento del cáncer de piel. El abordaje puede incluir agentes únicos o terapias combinadas, según la salud del paciente, el estadio y la ubicación del tumor.
Surge la enfermedad de la aparición de mutaciones genéticas en los melanocitos, que son las células productoras de pigmento presentes en la piel, los ojos, el oído interno y las leptomeninges. La identificación temprana de este cáncer es crucial para el éxito de la terapéutica. ¿Sabes qué opciones existen? A continuación las detallamos.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento del cáncer de piel?
Las guías de práctica clínica de la Sociedad Europea de Oncología Médica para el melanoma cutáneo destacan la importancia de un diagnóstico detallado para el establecimiento del estadio tumoral. En algunos casos, también se requiere una prueba de mutación antes de iniciar el tratamiento del cáncer de piel, el que puede valerse de las siguientes herramientas.
Cirugía convencional
La cirugía sigue siendo el pilar del tratamiento del cáncer de piel. En la mayoría de los casos es curativa. El manejo quirúrgico depende del estadio de la enfermedad.
El abordaje por este medio, si es adecuado, resulta fundamental para el diagnóstico, la estadificación y la curación del melanoma cutáneo primario, tanto in situ como invasivo.
Los sitios de melanoma cutáneo tienen patrones escalonados de diseminación linfática. Es decir, uno o más ganglios son los primeros en estar involucrados con la enfermedad metastásica dentro de un grupo mayor de ganglios linfáticos determinados. La biopsia está indicada para melanomas de más de 1 milímetro de grosor.
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Inmunoterapia
En muchos tipos de cáncer se sabe que las interacciones complejas entre el tumor y el sistema inmune son clave en la diseminación metastásica a sitios y órganos distantes. En los últimos años, un mejor conocimiento de la fisiopatología del papel que juegan las sustancias inmunológicas en la evolución del cáncer de piel han llevado al desarrollo y aprobación de varias inmunoterapias:
- Interferón (IFN) α-2b: los IFN son citocinas secretadas por leucocitos. Estas proteínas de señalización interfieren con la replicación viral y juegan un papel importante en las actividades inmunomoduladoras, antiangiogénicas, antiproliferativas y antitumorales.
- Peginterferón α-2b (Peg-IFN): el Peg-IFN fue aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) en 2011 como terapia adyuvante para melanomas en estadio III.
- Interleucina-2 (IL-2): los estudios demostraron que la IL-2 en dosis altas tiene actividad antitumoral. La FDA aprobó este tratamiento para los melanomas metastásicos. Los efectos adversos pueden incluir hipotensión, taquicardia, edema periférico, insuficiencia orgánica reversible y arritmias cardíacas.
Radioterapia como tratamiento para el cáncer de piel
Aunque el melanoma es un tumor que posee relativa radiorresistencia, es decir, que no responde del todo bien a esta terapia, la radioterapia sigue siendo una opción válida y eficaz para su tratamiento. Se ofrece en situaciones bien definidas, como inoperabilidad médica, forma lentiginosa del cáncer, presencia en las mucosas y en el globo ocular.
La radioterapia es muy eficaz para paliar los síntomas de la metástasis distante del melanoma. Las indicaciones comunes, de acuerdo al Journal of Surgical Oncology, incluyen las siguientes:
- Dolor con efecto de masa: esto es la presión que un tumor puede ocasionar en otras estructuras secundarias.
- Hemorragia.
- Irritación local de la piel o lesiones subcutáneas.
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Quimioterapia
La quimioterapia fue la primera opción de tratamiento para el melanoma avanzado. Han sido evaluadas por Cancer treatment and research las combinaciones para mejorar las respuestas clínicas, pero la supervivencia general no mostró una diferencia respecto a otros abordajes.
Aunque ha sido reemplazada por opciones adicionales, la quimioterapia sigue siendo importante en el tratamiento paliativo de melanomas refractarios, progresivos y recidivantes.
Las secuelas y el seguimiento del tratamiento del cáncer de piel
Las secuelas que pueden surgir del tratamiento del melanoma van a depender de su localización y del área de superficie de la piel que se haya extirpado. Una de las principales es la estética. Puede resultar tan solo una cicatriz o, en aquellos casos que requieran colgajos cutáneos e injertos, la alteración será aún mayor.
Aquellos pacientes que luego de una biopsia de ganglio centinela positiva hayan sido sometidos a un vaciamiento ganglionar de la región, pueden desarrollar linfedema, que es la retención localizada de líquidos por debajo del área intervenida.
El examen dermatológico de estos pacientes deben ser de por vida. La frecuencia de los controles dependerá de cada persona, el tipo de piel, los factores de riesgo, la presencia de nevos displásicos, la historia familiar y la posibilidad de aparición de cáncer de piel no melanoma.
Se recomienda examen anual mediante dermatoscopia digital (DIAR-D). Esto es indispensable para evidenciar algún cambio de las lesiones previas o alguna nueva sospecha que requiera biopsia. Además, los exámenes de rutina incluyen ecografía abdominal, radiografía de tórax y análisis de sangre que abarque LDH y fosfatasa alcalina.
La importancia del diagnóstico precoz en el melanoma
Se han logrado notables mejoras en el tratamiento del melanoma durante la última década. Sin embargo, sigue siendo un tipo de cáncer letal cuando se lo diagnostica en una etapa avanzada. Por eso la tendencia clínica y de investigación es mejorar el procedimiento de detección para realizar abordajes tempranos que se adelanten a las secuelas.
El descubrimiento de marcadores específicos de riesgo de melanoma puede permitir la detección temprana. Por ende, se limitaría la cantidad de tratamiento citotóxico que debe recibir un paciente.
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