Esta es una pregunta muy frecuente. Un fisioterapeuta y un quiropráctico no son lo mismo, aunque tienen actividades parecidas. En…
Tratamiento de la hepatitis C
El tratamiento de la hepatitis C crónica ha sufrido una notable evolución en los últimos años.

La hepatitis C es una enfermedad vírica que provoca la inflamación del hígado. El tratamiento está cambiando rápidamente pero el acceso al mismo sigue siendo limitado.
El virus de la hepatitis C (VHC) se identificó en 1989, es de tipo ARN y pertenece al género Hepacivirus de la familia Flaviviridae. Aunque se distinguen más de 6 genotipos y más de 80 subtipos, el más frecuente es el genotipo 1.
Se estima que la infección por el virus de la hepatitis C afecta a 170-180 millones de personas en todo el mundo (2%). Su incidencia anual es de 4 millones de nuevos casos y causa alrededor de 500.000 muertes.
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Causas de la hepatitis
El principal rasgo de esta patología es la hepatitis. Con esta palabra se denomina a la inflamación del hígado, la cual puede ser debida a numerosas causas entre las que están:
- Presencia de un virus hepatotropo (afinidad por el hígado) u otras infecciones.
- Sustancias tóxicas (alcohol, drogas o fármacos). Este punto justifica la importancia de detoxificar nuestro organismo de vez en cuando, evitando el acúmulo de estas sustancias.
- Enfermedades autoinmunes.
Las hepatitis víricas forman un conjunto de patologías infecciosas con gran relevancia clínica y pública. La principal causa de la inflamación hepática son los virus hepatotropos. Los más importantes son los de las hepatitis A, B, C, D y E.
Evaluación del paciente que padece hepatitis C
La transmisión es casi siempre por vía parenteral, llegando a ser responsable del 90% de las hepatitis postransfusionales. Generalmente, la infección aguda por VHC es asintomática, aunque pocas veces se asocia a una enfermedad mortal.
Si no se trata, el 15% de los pacientes con hepatitis C crónica acabará por desarrollar cirrosis y el 20% un hepatocarcinoma. Por esta razón, es la primera causa de trasplante hepático en España.
En el 80% de los casos la infección por VHC se cronifica y un 20-30% de los infectados desarrollarán cirrosis. El tratamiento debe ser individualizado, prestándose atención a algunas variables como:
- Gravedad de la enfermedad hepática.
- Riesgo potencial de efectos secundarios.
- Probabilidad de respuesta.
- Comorbilidad.
Todo paciente candidato al tratamiento será ratificado mediante una biopsia hepática para valorar la gravedad de la enfermedad. A día de hoy se está sustituyendo la biopsia por una elastografía, técnica menos invasiva. Esta técnica se complementa con pruebas de carácter bioquímico:
- Determinación de los anticuerpos anti VHC mediante ELISA.
- PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para la confirmación con la presencia de ARN sérico.
Primeros tratamientos de la hepatitis C
Inicialmente, el tratamiento de la hepatitis C se basaba en la administración de interferón alfa subcutáneo (o interferón pegilado para aumentar su vida biológica) y ribavirina oral. Sin embargo este tratamiento podía durar un tiempo comprendido entre las 24 y las 72 semanas.
En el año 2011 se aprobó el uso de dos nuevos medicamentos: boceprevir y telaprevir. Ambos constituyeron la primera generación de inhibidores selectivos y reversibles de la proteasa NS3 (implicada en el procesamiento de proteínas virales).
Nació así la terapia triple pues los dos habían de combinarse con la ribavirina y el interferón.
Esta estrategia era útil para el tratamiento de la hepatitis C de tipo 1 tanto en pacientes ya tratados como no tratados. Se alcanzó una tasa de respuesta en torno al 70%. Además, este tratamiento permitía acortar la duración del mismo de 48 a 24 semanas.
No obstante, boceprevir y telaprevir presentaban dos inconvenientes:
- Un perfil toxicológico importante. Por este motivo el tratamiento se suspendía en un porcentaje de pacientes superior a los tratados sólo con interferón y ribavirina.
- Gran número de interacciones farmacológicas.
La evolución del tratamiento de la hepatitis C
Tras esta primera generación de inhibidores de la proteasa del VHC, en 2014 aparecieron nuevos agentes terapéuticos. Sus propiedades de eficacia y seguridad eran más satisfactorios. Entre ellos destacan:
- Simeprevir.
- Daclatasvir
- Sofosbuvir (inhibidores de la polimerasa viral). Se han logrado unas tasas de respuesta viral sostenida por encima del 80%.
A la vista de los resultados, el tratamiento de la hepatitis C pasó a consistir en la combinación a dosis fijas de estos fármacos. Algunos de ellas son la asociación de:
- Ledipasvir y sofosbuvir,
- Ombitasvir y paritaprevir (más un inhibidor de la proteasa como es el ritonavir)
- Elbasvir y grazoprevir.
Con estos nuevos medicamentos se han logrado optimizar los resultados. Se ha reducido también la duración de los tratamientos a doce semanas. A su vez ha disminuido la aparición de resistencias y la tolerancia también es mucho mejor.
Licenciado en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid (2015). El tema del trabajo de fin de grado: «Mecanismos bioquímicos de la enfermedad de Alzheimer: aproximaciones terapéuticas».