4 trucos para que la ropa de lana no te pique
Las prendas de lana —como los suéteres, los jerséis o los chalecos— suelen ser bastante cómodas, cálidas y suaves cuando se encuentran nuevas. Sin embargo, a veces el tejido genera comezón al contacto con la piel. ¿Qué puedes hacer para que la ropa de lana no te pique? En esta ocasión, te compartimos varios trucos.
Ya sea porque la piel es sensible, o bien porque la lana está deteriorada, es posible presentar irritaciones o reacciones alérgicas al utilizar una prenda en este material. Esto sin contar que el calor y la humedad tienden a empeorar las molestias. Veamos entonces cómo solucionarlo.
¿Por qué pica la ropa de lana?
La lana es una de las fibras naturales más populares y usadas alrededor del mundo. Se obtiene de los ovinos y otros animales de pelaje largo, como las llamas, las alpacas y los conejos. Es un material sumamente versátil y se emplea en la industria textil para la elaboración de gorros, guantes, bufandas, abrigos, suéteres y muchas más prendas.
Una gran cantidad de personas se niegan a comprar ropa de lana porque en algún momento se probaron alguna prenda y no aguantaron la picazón. Y aunque es cierto que algunas variedades generan comezón, no hay que generalizar o privarse de los beneficios de esta fibra natural. Es una de las mejores para protegerse del frío.
La reacción puede presentarse por el grosor de la fibra que se utilizó para su elaboración, ya que su estructura se basa en escamas que se sobreponen para formar el producto final.
Entre más pequeña sea la escama, más suave será la lana (como es el caso de la lana merino), y entre más larga sea la escama más irritación puede llegar a causar.
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4 trucos para que la ropa de lana no te pique
Si no quieres deshacerte de tu suéter de lana favorito, no te preocupes. Hay algunos consejos que permiten suavizar la textura de estas prendas. ¡Apunta!
1. Sácale partido al frío
Si sientes que la textura de tu abrigo ha cambiado y no quieres que tu ropa de lana pique, puedes ayudarte del frío. Esta técnica hace que la lana se apriete y se sienta más suave al tacto.
Solo debes guardar tu prenda en una bolsa de plástico e introducirla en el congelador durante 3 o 4 horas. Luego, sácala y déjala que tome temperatura a la sombra antes de ponértela.
2. Suavizante y glicerina
Para este método, agrega una cucharada de glicerina al jabón que estés utilizando y lava la prenda suavemente a mano. Evita restregar o lavar a máquina, ya que solo harás que las escamas de lana se levanten y empiece a picar o a perder calidad.
Luego, enjuaga bien con abundante agua fría y agrega un poco de tu suavizante de telas favorito. Si quieres, puedes realizar tu propio suavizante casero. Deja reposar un par de minutos y aclara con agua fría. Por último, pon a secar a la sombra.
3. Vinagre blanco
El vinagre blanco puede llegar a ser un gran aliado a la hora de suavizar los tejidos de lana más ásperos. Para aprovechar su efecto, diluye una copa de vinagre blanco en un litro de agua y deja reposar tu prenda durante 15 minutos.
Este método es efectivo, pero debes recordar que el vinagre puede dejar la lana impregnada con su típico olor. Por ende, asegúrate de lavar luego con un jabón con aroma o con un poco de champú.
4. Acondicionador para el cabello
¿Sorprendido? No deberías. La lana es una fibra natural y orgánica compuesta de queratina, al igual que el cabello. Puedes aprovechar todas las propiedades de tu tratamiento o acondicionador para brindarle suavidad a tus prendas. Así, evitarás que la ropa de lana te pique.
Luego de lavar el jersey con abundante agua fría (recuerda, el frío es uno de los mejores amigos de la lana), aplica una delgada capa del acondicionador por toda la prenda. Hazlo apretando y no halando el tejido para evitar dañarlo. Al cabo de media hora, puedes aclarar con abundante agua y dejarlo secar a la sombra. Aparte de suave, olerá delicioso.
Para que la ropa de lana no te pique debes cuidarla
Si deseas que tus prendas de lana permanezcan tan suaves como el primer día que las utilizaste, debes tener cuidados especiales para evitar maltratarlas. Consejos básicos como aprovechar el frío y lavar suavemente con acondicionador y suavizante puede hacer una gran diferencia en el tacto. Así que anímate a seguir alguna de estas técnicas y vuélvete a enamorar de la comodidad de la lana.
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