¿Cuáles son las diferencias entre actitud y aptitud?

Actitud y aptitud son dos conceptos claves en cualquier ámbito de la vida, pero debido a su similitud, tienen a confundirse habitualmente. Es importante diferenciarlos, ya que cada uno aporta lo suyo.
¿Cuáles son las diferencias entre actitud y aptitud?
Gloria Redondo Rincon

Revisado y aprobado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo Rincon.

Última actualización: 26 mayo, 2023

La actitud y aptitud son dos requisitos básicos para tener éxito en el deporte. Para alcanzar sus objetivos, un buen deportista debe tener altas dosis de ambas. No obstante, el hecho de que estos elementos sean necesarios no significa que sean equivalentes.

Normalmente se tiende a confundirlos, ya que solo se diferencian en una letra. Sin embargo, esa mínima diferencia tiene repercusiones importantes en el significado.

¿En qué difieren la actitud y aptitud?

Aunque a continuación procedamos a compararlas en profundidad, en rasgos generales la actitud se refiere a aspectos que tienen que ver con la valoración y la disposición personal, en tanto que la aptitud se vincula con habilidades y conocimientos aprendidos. Con esto, se puede intuir la importancia que tiene potenciarlas y preocuparse por mejorarlas.

La actitud es un concepto más graduable

La primera diferencia entre aptitud y actitud hace referencia al aspecto cuantitativo. Es decir, a la posibilidad de medir o graduar ambos conceptos.

En este sentido, la actitud es un concepto en el que se pueden establecer grados intermedios o cantidades: poca, bastante o mucha. Por su parte, la aptitud es más dicotómica: se expresa en término de «se tiene» o «no se tiene».

Hombre entrena utilizando un chaleco de peso.

Por ejemplo: una persona puede tener mucha, bastante o poca actitud a la hora de aprender un deporte nuevo. En cambio, una determinada aptitud —saber nadar crol, por ejemplo— se entiende más en términos de «se sabe» o «no se sabe».

La aptitud es más estable en el tiempo

También es posible diferenciar aptitud y actitud en el aspecto de estabilidad a lo largo del tiempo. Hay uno de ellas que es más resistente al paso del tiempo y se conserva mejor.

Se trata de la aptitud, ya que los conocimientos que se aprenden a lo largo de la vida perduran durante más tiempo que las actitudes. Estas últimas pueden fluctuar en función de factores como el estado de ánimo o la opinión de otras personas.

Esto no significa que las actitudes sean muy lábiles o inconsistentes. Hay 3 maneras que explicarían por qué las actitudes se hacen fuertes: cuando la persona piensa mucho sobre ellas; si están formadas a partir de la experiencia directa; o si implican un tema de relevancia personal.

La actitud puede ser positiva o negativa

Por último, es posible diferenciar entre actitudes y aptitudes con base en su valencia positiva o negativa. La actitud es la valoración que se hace de cualquier hecho, cosa o fenómeno. Por tanto, es esperable que pudiera ser positiva, si algo resulta apetecible o atractivo, o negativa, si por el contrario causa rechazo.

La aptitud no tiene sentido que sea positiva o negativa, ya que corresponde con los conocimientos. Entonces, no se concibe que una persona tenga conocimientos negativos. El conocimiento se tiene o no se tiene, pero en ningún caso su saldo puede ser negativo.

Asimismo, es importante destacar que el hecho de que una actitud sea negativa no significa que sea peor. Tan solo es una forma de expresar gustos personales.

Trabaja tanto la actitud como la actitud para tener éxito

La natación de baja intensidad es aconsejable para la recuperación deportiva.

Una vez que se ha comparado la actitud y aptitud, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿cuál es mejor o más importante para cumplir los objetivos? La respuesta es simple: las dos son igual de importantes. Como se ha comentado, para que un deportista tenga éxito es necesario que posea una actitud positiva y unas buenas aptitudes.

Así lo pone de manifiesto un publicado por la Revista Atlante. Entre los factores internos que garantizan el éxito en el proceso de aprendizaje, están desde luego la actitud y aptitud.

Estas son especialmente relevantes, ya que la actitud garantiza que se mantenga el proceso y la aptitud, la capacidad de aprender. Ahora que tienes claro en qué consiste cada una, empieza a plantearte objetivos de mejora.


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