7 claves para el cultivo de enebro

El enebro es una especie que prospera en cualquier suelo. No obstante, la planta demanda una atención particular durante la siembra y en su desarrollo.
7 claves para el cultivo de enebro

Última actualización: 24 mayo, 2023

El cultivo de enebro se ha vuelto popular porque el fruto sirve como ingrediente para la preparación de ginebra. Además, se trata de un vegetal de fácil adaptación, con aspecto decorativo y propiedades medicinales.

La apariencia es similar a la del ciprés y no requiere una poda rigurosa para destacar la forma conífera. La especie otorga un toque silvestre a los jardines; incluso, se presta como nido de aves.

¿Más información sobre la planta? Continúa la lectura.

¿Qué es un cultivo de enebro y cuáles son sus características?

Una investigación presentada en el Congreso Iberoamericano de Biogeografía señala que el enebro común, perteneciente a la especie Juniperus communis L., comprende varias subespecies o variedades, diferenciadas por la forma de la copa: ovalada, erecta o achaparrada.

El arbusto de origen europeo mide de 1 a 2 metros, sus hojas de carácter perenne se asemejan a una aguja y la textura es pinnada. Las bayas azules y violetas que produce resultan útiles en la preparación de bebidas, a las que proporciona aromas penetrantes y una mezcla de sabores amargos con notas dulces.

La planta es dioica, es decir, hay macho y hembra. Estas últimas son las que florecen en primavera. La condición para obtener el producto es sembrar ambos géneros, ya que las masculinas proveen el polen a las flores femeninas.

Un enebro tolera cualquier clima y se integra a todos los suelos, por lo que no es descabellado encontrar cultivos en pastizales, matorrales, costas y montañas. Incluso, se dan sin problemas en zonas urbanas.

Otros nombres que recibe esta planta son «jabino», «arándano de nebrera», «gorbizo», «gorbicio» y «ajarje». 
Ginebra con enebro.
El enebro es popular en la preparación del gin tonic, al que le aporta un aroma especial.

Beneficios del cultivo de enebro

A esta especie le atribuyen propiedades medicinales. De hecho, IQB Medciclopedia especifica que suele utilizarse como componente de remedios naturales contra la cistitis, los cálculos renales y la uretritis. En aplicación externa, está asociada al tratamiento para la artritis, los dolores musculares y la micosis.

La fruta contiene vitamina C, monoterpenos y antioxidantes. También actúa como diurético y antiséptico; en todo caso, es pertinente la aprobación de especialistas para la medicación con la hierba.

En el ámbito culinario funciona como aromatizante de salsas y carnes. Por otra parte, las cualidades ornamentales de sus ramas y troncos destacan en el embellecimiento del jardín. Pero es la madera que ofrece, aunque poca, la que se aprovecha para construir cajas decorativas y envases.



Claves para el cultivo de enebro

El principal consejo para un buen cultivo de enebro es que el suelo esté bien drenado. El resto de las recomendaciones, las presentamos a continuación.

1. Plantar sin dejar bolsas de aire

Tal como sucede con otras plantas coníferas, cultiva enebros en otoño. Es la época que favorece el desarrollo de los arbustos.

Abre un hoyo profundo e introduce la planta, haciendo que el cuello del tallo quede a ras con el fondo del hueco. La misma tierra que apartaste excavando, es la que usarás para rellenar.

En tanto juntas el barro, presiona hacia abajo con el propósito de desinflar posibles bolsas de aire. Por último, riegas la siembra y, si lo requiere, pones un poco de tierra extra.

2. Revisar el suelo

Si bien florecen en distintos terrenos, les va mejor en aquellos de tipo calizo, cuyo pH sea mayor a 7. El cultivo no debe regarse en exceso, porque acabaría encharcado; sobre todo si el suelo es arcilloso.

Estas plantas tienden a crecer lento, pero si aportas dosis reguladas de fertilizantes y complementos botánicos de magnesio, ayudas al desarrollo. Además, previenes que las hojas cambien su tonalidad verde por una opaca.

3. Abonar con pertinencia

Los fertilizantes granulados que contienen fósforo, nitrógeno y potasio favorecen el desarrollo de la planta. La cantidad sugerida oscila entre 100 y 200 gramos, suministrados una vez al mes hasta que arribe el invierno. El abono lo echas rodeando el tallo.

4. Reproducir por retoños del tallo

La reproducción del Juniperus communis L. es mediante esquejes. Corta tallos de unos 10 centímetros o menos, remójalos por 2 días y después los llevas a la maceta.

Para sembrarlos, prepara el sustrato con perlita y turba. Si quieres, puedes incorporar una mezcla de agua y hormonas de enraizamiento.

Aunque por semillas también es posible, el procedimiento es más dificultoso. Amerita la estratificación de la semilla para que logre germinar.

5. Regular el riego

Los cultivos de enebro resisten perfecto la sequía, de manera que no hay que abusar del riego. Cuando reciben demasiada agua, el sembradío corre el riesgo de infectarse con mohos del tipo Phytophthora.

La recomendación general es hidratarlos un par de veces a la semana, en primavera y verano. En otoño, el riego es una vez por semana; en invierno, mojas la mata una vez cada 2 semanas y si hay mucha lluvia no la riegas.

6. Ubicar donde le llegue luz solar

Procura ubicar la planta en una zona que le garantice luz solar. No tengas miedo de dañarla. Esta especie aguanta temperaturas muy frías y los climas más calurosos.

Bayas de enebro.
Las bayas de enebro tienen aplicaciones medicinales, decorativas y gastronómicas.

7. Podar de manera adecuada

Lleva a cabo la poda con tijeras jardineras o un cortasetos. Procura equiparar la altura, en tanto le otorgas al arbusto el diseño que deseas.

El identificador botánico Picture This sugiere no podar en exceso y enfocarse en los brotes de la parte superior, para ayudar al crecimiento y la forma de las yemas laterales. Igualmente, se recomienda quitar las ramas densas, con el fin de que cuenten con mejor ventilación y permeabilidad de la luz.

¿Qué hacer si el cultivo de enebro se enferma?

De acuerdo con una publicación del Consejo de Agricultura de la Generalitat Valenciana, un ejemplar de enebro podría decaer por virus, bacterias, hongos y fanerógamas parásitas. Los síntomas son hojas marrones y la sequedad; estas alteraciones resultan una vez que la patología avanza a través de los conductos por los que tendría que circular la savia.

La falta o exceso de sales, los daños mecánicos y las sustancias tóxicas son otras causas de daños en los cultivos. La cura está en retirar las partes afectadas o utilizar un pesticida, cuando la enfermedad es por plagas.

Si ves orugas en las ramas, quítalas. Y si encuentras huevos o larvas, corta y quema las ramas, además de rociar el arbusto con el remedio contra los insectos.


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