Cómo la relación de tus padres puede afectar tu vida amorosa

Aunque no lo creas, la relación de tus padres puede intervenir desde el momento en que eliges pareja, o antes. Depende de ti qué tomas como ejemplo y qué eliminas de tus recuerdos.
Cómo la relación de tus padres puede afectar tu vida amorosa
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Yamila Papa Pintor

Última actualización: 19 abril, 2021

Existen ideas que indican que que al buscar pareja es más probable que esa persona sea similar a uno de nuestros padres, tanto en lo físico como en la personalidad. Y se dice también que se debe a que necesitamos aquello que nos es familiar. En este artículo te diremos cómo afecta la relación de tus padres en tu vida amorosa.

Por ello no es extraño pensar que según cómo sea la relación de tus padres es cómo seas tú con tu pareja. ¿Estamos condenados a repetir los errores? ¿O podemos aprovechar la lección para no hacerlo a futuro? Te respondemos a continuación.

La relación de tus padres dice mucho sobre ti

El sexo no se acaba en la menopausia.

Si te has criado en un hogar en el que las expresiones de cariño no eran frecuentes, es posible que no seas una persona demasiado espontánea a la hora de demostrar afecto. O bien, si en tu familia son de organizar reuniones y cenas para todos, quizás seas un excelente anfitrión cuando te mudes, te cases o recibas gente.

Todo lo que recibimos -o no- en nuestra niñez repercute de una manera asombrosa en nuestra adultez. Los traumas de esa época son los más difíciles de superar y los recuerdos bonitos, imposibles de borrar.

¿Sabías que nuestra personalidad se forja desde antes de nacer? Se dice que según cómo es la madre durante el embarazo, el bebé será en el futuro. Por ejemplo, una mujer muy nerviosa dará a luz a un niño inquieto. Por supuesto hay excepciones, pero es para comprender hasta qué punto somos vulnerables a los actos de nuestros padres.

Esto no significa echarles la culpa de todo lo que nos sucede, pero sí de tenerlo en cuenta al momento de analizar nuestras actitudes o la forma en que hacemos ciertas cosas. Porque todo lo que nos ha sucedido en la infancia ha dejado huellas, muchas de ellas imperceptibles hasta que ‘salen a la luz’ y pueden influir en nuestras relaciones personales.

La relación de tus padres es tu ejemplo

Hijo de padres divorciados.
Los hijos siguen manteniendo un vínculo de paternidad, a pesar del divorcio, por lo que deben considerarse en la ecuación.

Si tus padres se han divorciado, ¿quiere decir que tú también iras por ese camino? No necesariamente. Pero sí debes tener cuidado de qué patrones de conducta de ellos sigues tú en tu relación.

Por ejemplo, si tu padre no era demasiado cariñoso contigo, quizás no te guste mucho que tu pareja te demuestre su afecto; o si tu madre era muy sobreprotectora, puede que “conviertas” a tu novio en tu hijo y lo llenes de atenciones que él no solicita o que considera innecesarias.

La relación que tengan tus padres (o que hayan tenido cuando eras pequeño) es el reflejo de tus relaciones amorosas. Analízalo por un momento y di, con total sinceridad, si no hay aunque sea algo de lo que haces que te recuerda a ellos.

Es natural que busquemos aquello con lo que nos sentimos familiarizados, no podemos olvidar que el hombre es un animal de costumbres. Los cambios nos aterran, aunque estos sean positivos y nos conviertan en mejores personas.

La relación amorosa que buscaremos entonces, estará marcada “a fuego” por la experiencia que hemos tenido con nuestros padres. Tal vez no te hayas dado cuenta, pero hay muchos rasgos de tu pareja que se asemejan a los de uno de tus progenitores. Y no siempre es novio-padre o novia-madre; a veces los roles están cambiados.

Por supuesto que “heredamos” lo bueno y también lo malo de quienes nos han dado la vida y nos han criado. Por ello depende de nosotros saber diferenciar lo que podemos conservar y aquello que es mejor resolver o tratar.

Quizá te interesa informarte sobre: 6 características de los padres ausentes

Saca lo mejor de la relación de tus padres

Te recomendamos que realices un ejercicio, para el cual debes ser lo más objetivo y sincero posible contigo mismo. La idea es que, como primera medida, hagas una lista con todo lo que te acuerdes de la relación de tus padres cuando eras niño. Puedes separarla en aspectos positivos y negativos como para diferenciarles.

Luego, toma cada uno de esos ítems y piensa si lo estás repitiendo en tu historia de amor. De ser así, determina si trae consecuencias negativas o positivas a tu relación. Si son benéficas, sigue haciéndolas; de lo contrario, haz lo posible para desterrarlas de tu vida.

No te sientas prisionero de las acciones de tus padres; tienes una posibilidad única: predecir el futuro. Si ellos siguen juntos, toma nota de cómo lo han logrado. Y si se han separado, también ten presente sus tratos, sus palabras, sus gestos o todo aquello que los llevó a esa situación.

Solo estás condenado a repetir el pasado si no haces nada para cambiarlo. Cuentas con todas las herramientas a tu disposición… ¡Y te sabes el final (o el presente) de la historia! No debes desaprovechar esa oportunidad.

Continúa aplicando los hábitos de la relación de tus padres que consideras pueden funcionar con tu pareja. Y deja de lado las actitudes dañinas y que no permiten un futuro feliz a su lado.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.