Cultivo endocervical: ¿para qué sirve y cómo se realiza?

El cultivo endocervical permite obtener muestras del cuello del útero para comprobar si hay infección. Te explicamos cómo se realiza.
Cultivo endocervical: ¿para qué sirve y cómo se realiza?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 09 julio, 2023

El cultivo endocervical es una prueba que también recibe el nombre de cultivo vaginal o del cuello uterino. Es una forma de obtener muestras del endocérvix y examinarlas en el laboratorio.

El endocérvix es una porción del cuello del útero. Se encuentra justo después del orificio cervical externo. Por lo tanto, se puede decir que es la abertura del útero. Lo que se busca con un cultivo endocervical es comprobar si existe algún microorganismo infeccioso en esta zona.

Muchas veces las mujeres confunden esta prueba con otras, como la citología. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre y cómo se realiza.

¿Qué es el cultivo endocervical?

El cultivo endocervical es una prueba de laboratorio. Está encaminada a identificar posibles infecciones en el tracto genital femenino. Para ello, se toman muestras del endocérvix, que es la zona interna del cuello del útero.

Una vez tomadas las muestras se procesan en el laboratorio. Sobre todo, suele realizarse cuando hay sospechas de que una mujer sufra una enfermedad de transmisión sexual. Por ejemplo, si tiene alteraciones en el flujo vaginal, como cambios de color, de olor o de cantidad.

El cultivo endocervical no solo permite saber si hay infección, sino que también ayuda a identificar a los gérmenes que la producen. Por eso se puede instaurar un tratamiento en función de la causa.

Para realizarlo se necesita que la mujer se coloque en una camilla ginecológica. De esta forma, es más sencillo introducir el espéculo. Es el instrumento que permite visualizar el cuello del útero. A través de él se introducen los hisopos con los que se van a obtener las muestras.

Prueba de cultivo endocervical en un consultorio.
La toma de muestra se realiza en consultorios de ginecología con los instrumentos adecuados para tal fin.

Diferencias con la citología

Muchas veces se tienden a confundir los términos de cultivo endocervical y citología. Es cierto que para ambas se requiere un proceso similar. En la citología también suele ser necesario que la mujer se coloque en posición ginecológica y se introduzca el espéculo.

Sin embargo, la finalidad es diferente. La citología se realiza para obtener muestras de células del cuello del útero. Lo que se busca, en este caso, es identificar lesiones precancerosas en dicha zona.

Para obtener las muestras de la citología se utiliza una especie de cepillo. A diferencia del cultivo, la citología no se realiza para identificar infecciones. Sin embargo, es una prueba de cribado que se debe practicar cada dos o tres años en las mujeres mayores de 25 años de edad.

¿Cuál es el propósito del examen?

Como hemos señalado, la principal finalidad del cultivo endocervical es identificar si hay alguna infección. Por eso suele pedirse cuando se producen cambios inusuales en el flujo vaginal.

También puede estar indicado si aparece dolor pélvico, fiebre o lesiones en los genitales. En algunos casos puede realizarse ante síntomas de infecciones urinarias, como escozor al orinar o urgencia de hacerlo.

Del mismo modo, es la prueba básica a realizar si se ha tenido contacto sexual con alguien que presenta alguna enfermedad de transmisión sexual. Según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día más de un millón de personas contraen una infección de este tipo.

Además, gran parte de los casos están causados por bacterias, como la clamidia o las trichomonas. Ambas producen infecciones que, en muchos casos, son asintomáticas. Si no se tratan a tiempo pueden conllevar complicaciones graves; por ejemplo, enfermedad pélvica inflamatoria.

De ahí la gran importancia del cultivo endocervical. Con esta prueba se puede poner en manifiesto si hay infección y cuál es el microorganismo causante. Esto permite planificar e instaurar un tratamiento adecuado.

Preparación para el cultivo endocervical

Antes de un cultivo endocervical es normal que la mujer se sienta insegura o intranquila. Sin embargo, es una prueba sencilla que no debe causar ningún tipo de vergüenza. Lo ideal es acudir con ropa cómoda que sea fácil de quitar y poner, ya que habrá que desnudarse de cintura para abajo.

Según explica un artículo de la Enciclopedia Médica, se recomienda no tener relaciones sexuales los días anteriores. Tampoco se deben utilizar productos vaginales ni realizar duchas vaginales antes. Esto se debe a que, si existe infección, este tipo de actos ayudan a propagarla.

Si se está tomando algún medicamento vía vaginal hay que consultar con el médico antes de acudir al examen. Es posible que sea necesario retirarlo. Además, es fundamental que la mujer comunique todos los síntomas que haya experimentado y que comente cómo son sus relaciones sexuales.

¿Qué ocurre durante la prueba?

El cultivo endocervical es una prueba sencilla que se realiza en poco tiempo. Antes de proceder a realizar el cultivo se suele realizar un tacto vaginal para comprobar si hay alguna lesión. También se observa toda la zona vulvar y vaginal.

Para proceder, la mujer debe desvestirse de cintura para abajo y colocarse sobre la camilla ginecológica. Los pies se colocan en una posición más elevada, sobre los soportes. De esta forma es más fácil introducir el espéculo y observar el endocérvix.

El espéculo suele introducirse sin utilizar lubricantes. No obstante, si hay mucha sequedad vaginal se puede humedecer con agua para reducir las molestias. Es normal que la mujer sienta algo de dolor e incomodidad.

A través del espéculo se introducen los hisopos. Son pequeños bastoncillos de algodón con los que se frota el cuello del útero. Así se obtiene la muestra, que se envía al laboratorio. Los resultados suelen tardar poco en llegar.

Se deben recoger dos hisopos. Una de las muestras es para microscopio directo y la otra se utiliza para el cultivo. En el caso de que se sospeche una infección por clamidias o micoplasmas, lo ideal será recoger tres muestras.

Tras obtenerlas, se retira el espéculo y la mujer puede irse a casa. Si hay síntomas sospechosos de una infección se recomienda no mantener relaciones sexuales hasta conocer los resultados.

Médico muestra la anatomía del útero.
Las infecciones del tracto genital femenino pueden tener un origen de transmisión sexual, lo que reviste riesgo de propagación.

Resultados del cultivo endocervical

Los resultados del cultivo endocervical suelen obtenerse al poco tiempo. Puede que el resultado sea normal y no se identifique ningún microorganismo infeccioso. Sin embargo, también es probable que se obtengan resultados alterados.

Las infecciones que se detectan con más frecuencia son por Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrea y el virus del herpes. Las clamidiasis son más frecuentes en mujeres jóvenes, aunque pueden presentarse en cualquier persona.

En una gran parte de los casos no produce síntomas. Eso da lugar a complicaciones graves si avanza, como la enfermedad inflamatoria pélvica. Consiste en una infección se extiende hacia el útero y las trompas de Falopio. Puede dañar dichos órganos e incluso causar esterilidad.

Con la infección por Neisseria gonorrea sucede algo similar. Puede que la mujer sea asintomática, pero esta bacteria produce complicaciones en el bebé en caso de gestación. Además, también aumenta el riesgo de infectarse de VIH y de padecer infertilidad, tal y como explican los especialistas de la Clínica Mayo.

El cultivo endocervical es un examen de gran utilidad

El cultivo endocervical es una prueba sencilla que permite identificar si hay una infección en el tracto genital femenino. Se realiza de forma rápida y solo supone una molestia momentánea para la mujer.

Es de gran utilidad cuando hay sospechas de alguna enfermedad de transmisión sexual. Por ello, todas las mujeres que experimenten algún síntoma o signo de alarma deben acudir al médico para evaluar la realización de la prueba.


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